OnePlus 7, análisis tras un mes de uso

OnePlus lleva varias generaciones coqueteando con la gama alta, empezó con una declaración de guerra con sus llamados “flagship killer”; pero poco a poco se ha convertido en lo que juró destruir. La apuesta para este año es el OnePlus 7 Pro, un terminal cuyo conjunto técnico está a la altura de la gama alta a un precio inferior. Y, esto podría quedarse ahí; pero junto a este terminal presentó una renovación más modesta, el OnePlus 7.

Modesta en innovación, pues en cuanto a hardware comparten la mayoría de sus componentes. Pero mientras el OnePlus 7 Pro apuesta por traer a la gama alta elementos del mundo gaming, pantalla 90Hz, el OnePlus 7 se conforma con ser una revisión actualizada del OnePlus 6T. O al menos eso es lo que nos indica en un primer vistazo, pero ¿será el OnePlus 7 un terminal que solo aspira a mejorar a su antecesor o supondrá algún cambio mayor? Tras usarlo como mi teléfono personal a lo largo de un mes, os cuento mi experiencia en este análisis.

ONEPLUS 7, CARACTERÍSTICAS

Pantalla AMOLED de 6.41” con resolución Full HD+ (2340 x 1080 píxeles) Gorilla Glass 6
Cámara principal 48MP, f/1.7, 0,8 µm, Sony IMX586, OIS, Flash LED Dual

5 MP, f/2.4, 1,12 µm

Cámara para selfies 16 MP, f/2.0, Sony IMX471, 1 µm
Memoria interna 128 o 256 GB UFS 3.0
Ampliación Sin ampliación
Procesador y memoria RAM Qualcomm Snapdragon 855, ocho núcleos con 6 u 8 GB de RAM
Baterí­a 3.700 mAh, carga rápida 20 W
Sistema operativo Android 9.0 Pie con OxygenOS
Conexiones BT 5.0, NFC, USB C 3,1, GPS
SIM nanoSIM
Diseño Metal y cristal
Dimensiones 157.7 x 74.8 x 8.2 mm, 182 gramos
Funciones destacadas Lector de huellas en pantalla, Alert Slider para las notificaciones
Fecha de lanzamiento Disponible
Precio Versión de 6 GB de RAM + 128 GB de almacenamiento interno: 560 euros

Versión de 8 GB de RAM + 256 GB de almacenamiento interno: 610 euros

Diseño: el clásico sándwich de la gama alta

El vanguardismo en el sector de la telefonía móvil se centra en el diseño, pero siempre con la misma materia prima. Materiales que funcionan en mano, tanto por las sensaciones que transmiten como por su calidad. Pero claro, al final, tenemos siempre la misma combinación. Un sándwich mixto va a llevar lo mismo sea del sitio del que sea, y eso ocurre con el OnePlus 7; su estructura de cristal con marco de aluminio es una apuesta segura, pero no es la única. Es que incluso el diseño juega en su contra, se parece irremediablemente al OnePlus 6T y por lo tanto también al OnePlus 6. Sí, hay detalles que nos permiten distinguirlos, pero en un primer vistazo son el mismo teléfono.

OnePlus 7, análisis tras un mes de uso

Frontal casi todo pantalla, marcos reducidos en todas las direcciones y con la inclusión de un notch en forma de gota que invade la parte superior de la pantalla. En esta zona, además se encuentra la primera diferencia con sus antecesores, una rejilla de gran tamaño donde se aloja el auricular para las llamadas que también funciona como altavoz frontal. La pantalla por otra parte mantiene el mismo tamaño que la del OnePlus 6T, 6,41 pulgadas con una resolución conservadora: Full HD+. Inspeccionando la mitad de este sándwich, nos encontramos la parte metálica del conjunto, en concreto aluminio con acabado brillante.

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En este chasis metálico se integran los diferentes botones, en el lateral derecho el de desbloqueo y justo encima el Alert Slider. Este interruptor, para los nuevos, sirve para cambiar entre los diferentes modos de sonido (sonido, vibración y silencio) claramente inspirado en el que llevan los terminales de Apple, se ha convertido en una seña de identidad de los smartphones de la firma asiática. El lateral contrario alberga el botón para el control de volumen junto con la bandeja para la dual NanoSIM. El marco inferior es donde encontraremos el puerto USB C 3.1 en el medio del micrófono para las llamadas y el segundo altavoz. No, no hay jack de auriculares. OnePlus se sumo a la tendencia de prescindir de este puerto y no parece que vaya a cambiar de opinión.

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La trasera luce un acabado brillante en color grisáceo, el cual dependiendo de cómo incida la luz puede dar la impresión de ser un azul muy oscuro, casi negro. Esta trasera de cristal curvado en sus laterales para favorecer la ergonomía es un imán para las huellas, a esto también se le suma su obsesión por cumplir las leyes de la gravedad. El OnePlus 7 es resbaladizo, y parece que la propia compañía lo sabe, de ahí que incluyan una funda dentro de la caja, un detalle que se agradece.

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El OnePlus 7 no es un terminal grande, en cuanto a tamaño está bien conseguido. Está a cierta distancia de terminales de mayor tamaño como el OnePlus 7 Pro, pero también de terminales compactos como puede ser el Samsung Galaxy S10e. Al final, lo que importa son las sensaciones en mano. Y, es que en mano se siente sólido, robusto y bien construido. Pero no deja de ser lo mismo que ya hemos visto en la generación pasada, es sobrio y continuista; un diseño para quienes no deseen llamar la atención, tanto así que solo existe (en España al menos) un solo color disponible.

Apartado multimedia: sonido de calidad con una pantalla que cumple

Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Eso debieron pensar los ingenieros de OnePlus a la hora de diseñar el frontal de este terminal. La propia esencia de la innovación y la mano de obra para llevarla a cabo la han centrado en el OnePlus 7 Pro. El resultado que muchos ya conocemos, es una pantalla que ocupa casi todo el frontal con una tasa de refresco de 90 hercios y dando un paso en cuanto a la resolución, siendo el primer terminal de la compañía en tener un panel QuadHD+.

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En el OnePlus 7 no veremos nada de esto, ni pantalla curva casi sin marcos, ni los 90 hercios, ni ese salto en resolución. Por el contrario, tenemos un panel continuista y que sin OnePlus haberlo confirmado, parece idéntico al del OnePlus 6T.  Son 6,41 pulgadas con tecnología AMOLED, ratio 19,5:9 y resolución 1.080 x 2.340 píxeles o Full HD+. Con un recubrimiento en Gorilla Glas 6 para protegerlo de los arañazos y las posibles caídas, rematado en cristal 2.5D en las esquinas favoreciendo la estética al parecer que el cristal se funde con el metal.

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Aprovechando un 85.5% del frontal y con una densidad de píxeles más que aceptable, 415 píxeles por pulgada, es una pantalla que se deja ver. No llega a las cuotas de excelencia de la pantalla del OnePlus 7 Pro, pero queda un escalón por encima de la del OnePlus 6T. Este escalón es un apartado como el brillo del terminal, en exteriores el brillo automático responde bien y sin tener la necesidad de ponerlo al máximo, permite vislumbrar el contenido que tengamos en pantalla. Es posible y probable que este brillo sea suficiente en la mayoría de lugares, pero si vives en uno donde el sol incide con mayor intensidad lo mejor seria optar por un terminal que parta de los 600 nits.

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No deja de ser una pantalla bien resuelta. Sí, se extraña ese extra de definición que proporciona una resolución mayor o los 90 hercios del OnePlus 7 Pro -los que lo han tenido en mano entenderán- Es una pantalla con un nivel de detalle aceptable y que permite navegar, leer o consumir contenido sin que tengamos que esforzarnos visualmente. La calibración de colores, matices y representación de los mismos está más que conseguida. Además, en el caso de querer configurar basándonos en nuestras preferencias personales, OnePlus ofrece tres modos de color: intenso, naturaleza y avanzado. Dentro de este último tenemos otros tres modos: Colores AMOLED, sRGB y Display-P3. Cambiar la tonalidad a más frío (tonos azules) o más cálido (tonos amarillos), está a tiro de piedra gracias al slider que nos proporciona OxygenOS.

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En lo personal, la configuración de colores que más nos gusta es Colores AMOLED dentro del apartado avanzado y modificado la tonalidad para conseguir un color blanco más cercano a la realidad y no tan amarillento. Hay que hablar del notch, estamos ya más que acostumbrados a esta península en nuestras pantallas, con forma de gota e interrumpiendo en la zona superior. Gracias al software seremos capaces de ocultar este notch, los iconos ocuparan esta zona ahora tintada de color negro por lo que su aprovechamiento es bueno. Si vienes de un terminal sin notch, esta puede parecer una opción atractiva, pero al final de cuentas hace lo mismo que tener visible el marco negro que rodea la cámara.

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El sonido, careciendo de puerto para auriculares se podría esperar que este apartado pasase sin pena ni gloria. Todo lo contario, OnePlus ha escuchado a sus usuarios. En el OnePlus 7 hay dos altavoces, el primero destinado a ofrecernos el sonido de manera directa y por ello situado en la rejilla de gran tamaño de la parte superior del frontal, el segundo en una posición más convencional: en la base del terminal junto al puerto USB C y al micrófono. Puede que no sea nada novedoso si estáis acostumbrados a los doble altavoces frontales de terminales como el Google Pixel 3XL, pero es la primera vez que OnePlus decide apostar por una mejora notable del sonido.

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Esta mejora llega de la mano con la certificación Dolby Atmos, que mejora la experiencia de un sonido ya estereo y potente. Subiendo progresivamente el nivel de volumen, somos capaces de percibir los matices en las notas sin que estas pierdan definición y cuerpo debido al aumento del volumen. Porque el OnePlus 7 suena y suena fuerte. A máxima potencia nada tiene que envidiar a mi Google Pixel 2 XL, incluso me atrevería a decir que tiene mayor potencia y mejor sonido. La distorsión es prácticamente nula o imperceptible a oídos no entrenados, el rango dinámico amplio permite tener graves potentes sin olvidarnos de unos agudos precisos.

Retomando la certificación Dolby Atmos, esta ofrece opciones a la hora de cómo queremos la respuesta sonora del OnePlus 7. Con tres opciones, cuatro si contamos su completa desactivación, que pese a no tener un cambio drástico si pasamos de una a otra mientras escuchamos música, consiguen que el usuario pueda elegir la que más adecuada para el momento o la que prefiera. Dinámico, la opción predefinida y con un ajuste más general para que no importe el género musical que estemos escuchando, tenga buenos graves, agudos y nitidez. Película, un efecto más “cinematográfico” que se consigue con la ayuda de la reverberación y dando más cuerpo a todo el sonido. Música, mayores matices para apreciar los diferentes instrumentos y notas tocadas.

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Estas opciones, presentes en el apartado de sonido están destinadas tanto a los altavoces como a los auriculares. En estos últimos tenemos otro apartado de personalización, se activa una vez conectamos los auriculares y se encuentra en el “modo auricular”. Aquí hay tres ajustes más: Equilibrado, Cálido y Matizado. El primero no supone un cambio sustancial al audio de serie y es posible que solo oídos entrenados sean capaces de escuchar la supuesta mejora. El segundo mejora todavía más el rango dinámico y algún que otro matiz dependiendo de si las notas son más graves o más agudas. El tercero y último, a mis oídos, me parece que está a caballo entra los dos primeros. Hay mejora, o al menos cambio, pero nada sumamente notable como para que destaque.

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OnePlus se ha puesto las pilas y lo más importante, ha escuchado a sus usuarios. La pantalla no está a la altura de la de su hermano mayor, una pizca de nitidez y brillo le vendrían de perlas, si además contase con una tasa de refresco superior a los 60 hercios sería un lujo en su gama. El sonido en cambio no tiene ninguna pega, con potencia suficiente y nitidez, el OnePlus 7 ofrece una experiencia auditiva digna de mención. Lo reprochable podría ser la exclusión del puerto de auriculares y, sobre todo, no incluir un adaptador en la caja.

Rendimiento que no sorprende

Un apartado en el que OnePlus siempre ha destacado, desde sus inicios ha apostado por la potencia. Con el OnePlus 7 esta característica se mantiene. Poco tiene que envidiar a su hermano mayor o a cualquier flagship de la competencia. En su interior se encuentra la receta ganadora para esta primera mitad de año: el procesador Qualcomm Snapdragon 855 junto con 8 GB para la RAM y 256 GB para el almacenamiento. También existe una versión más modesta que ve reducida su memoria RAM y el almacenamiento a 6 GB y 128GB respectivamente. Un almacenamiento no ampliable y cuya mayor virtud es el tipo de memoria que empleada. OnePlus da el salto y se suma al club del UFS, más concretos, el del UFS 3.0; con velocidades de escritura y lectura superiores a las vistas en las memorias eMMC.

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Entonces, ¿cómo se comporta el OnePlus 7? Pues vuela, y no literalmente, pero la fluidez y rapidez a la hora de responder a los comandos del usuario es destable. Aunque, no sorprende. Lo extraño sería que con esta retahíla de ingredientes la ejecución del plato no estuviese a la altura, pero OnePlus sabe hacer terminales. Es capaz de sacar el máximo partido a los ingredientes, aliñándolo todo con un software que promete y del que hablaremos más adelante.

En el día a día, con uso basado en saltar entre las diferentes redes sociales además de consumir contenido multimedia en streaming tanto de Netflix, YouTube o Spotify; el OnePlus 7 se ha comportado notablemente bien. No existen, al menos en mi experiencia, los lags, los cierres inesperados o los cuelgues a la hora de abrir aplicaciones y moverse entre ellas. Y si queremos llevarlo al límite, buscando y esperando que no sepa resolver bien lo que le pedimos, el OnePlus 7 saldrá del paso airoso. Los juegos como Fortnite, PUBG o Legends se mueven a una tasa de fotogramas solvente y a la máxima calidad gráfica. La Adreno 640 responde bien a las tareas gráficas más exigentes. Además, las temperaturas consiguen mantenerse en unas cifras usables y sin ser desagradable mantener el teléfono en la mano. Eso sí, las zonas de la cámara trasera y el borde superior son las que más sufren este aumento de temperatura.

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A este derroche de potencia le acompaña una batería de 3.700 mAh. Si bien por diseño, tamaño y formato podríamos haber esperado unos 300 mAh extra, llegando a alcanzar a la cifra de su hermano mayor. Se habría aumentado el peso y el grosor, aunque creo que pocos usuarios tendrían queja a cambio de mejorar la autonomía y conseguir que el modulo de cámara sobresalga algo menos. Pero no os equivoquéis, la autonomía no es mala. Dependiendo de la jornada y teniendo en cuenta que mi uso es bastante intenso, he llegado al final del día con un 15% de batería restante. Eso sí, si a lo largo de nuestra jornada echamos alguna partida a juegos es posible que tengamos que pasar por el cargador. Y de ser así, la carga rápida hace muy bien su trabajo. No son los 30 vatios de la Warp Charge, pero tampoco está muy lejos, son 20 vatios capaces de cargar el terminal desde el 0% al 100% en menos de hora y media.

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En lo que a la conectividad de se refiere, ninguna sorpresa. Todas las conexiones básicas pensables: NFC, Bluetooth 5.0, USB C 3.1, etcétera. Lo que si tenemos son carencias, su trasera de cristal no es un indicativo de soportar ningún tipo de carga inalámbrica y como adelantábamos en el apartado del diseño, prescinde del puerto jack de 3.5 milímetros. La resistencia al agua es un tema complejo en la serie 7 de OnePlus, no llevan certificaciones IP de ningún tipo. Aunque la propia OnePlus explicó que, en el proceso de fabricación de los terminales, se realizaron pruebas internas para ofrecer cierta seguridad ante salpicaduras accidentales. La certificación IP tampoco garantiza que la empresa se haga cargo de la posible reparación por humedad, mantened el agua lejos de vuestros smartphones.

OxygenOS, lo mejor de Android Stock con añadidos que mejoran la experiencia

La capa de personalización de OnePlus ha llegado a unas cuotas de excelencia, superando la experiencia completamente stock que podría ofrecer un terminal de Google. Es posible que los puristas no coincidan conmigo, pero recuerdo que mi teléfono personal es un made by Google. OxygenOS ha conseguido llegar a lo más alto puliendo su rendimiento, no es la misma capa que llegaba con el OnePlus 2. El bloatware es inexistente o mínimo, tenemos las típicas aplicaciones de Google (podemos inhabilitarlas) y alguna que otra aplicación propia de OnePlus que añade funcionalidad. Lo más curioso es que traiga Netflix instalado de serie, pero también podemos desinstalarla si no usamos este servicio.

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Entrar en detalle y contar todas las características de OxygenOS sería alargar este análisis, en su lugar hablaré de manera general acerca del rendimiento y de las funcionalidades que he usado. En lo visual es una capa bien diseñada, los colores, tipografía y la disposición general está bien conseguida. Nos recuerda mucho a Android Stock, pero con una personalización que no encontramos en los terminales de Google. OxygenOS nos permite cambiar el tipo de letra, el tema del terminal (claro-oscuro), color de los iconos, botonera, gestos y un largo etcétera de opciones. Podemos adaptar la interfaz casi en su totalidad a nuestro gusto, incluso el Launcher nos permite cambiar la cantidad de iconos a mostrar.

Dentro de este Launcher, la pantalla principal es sencilla, con iconos, carpetas y gestos para bajar la cortina de notificaciones o desplegar el cajón de aplicaciones. Otro gesto, arrastrar hacia la derecha abrirá un submenú llamado Shelf, aquí como si un centro de control se tratase podemos abrir aplicaciones de uso rápido (calculadora, calendario, reloj) o incluir las que queramos nosotros. Tiene bastante que ofrecer y es útil en muchos casos, pero en lo personal no lo he usado tanto como pensé en un primer momento. Al hilo de esto, una característica que si he usado bastante son los gestos, tanto los de navegación como los que se realizan con la pantalla apagada.

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Los gestos de navegación están conseguidos, son fáciles de usar y la curva de aprendizaje no es demasiado elevada. En el caso de no convencernos, siempre tendremos la botonera clásica de Android -podremos invertirla- o el amalgama de botones más gesto de Android Pie. En mi uso he prescindido de la botonera, al no ser un terminal excesivamente grande los gestos son cómodos de usar. Con la pantalla apagada también tenemos unos gestos, no para navegar por el terminal, si no para activar la linterna, cambiar de canción, lanzar la aplicación de la cámara y un par más al juego de los ya mencionados. Son útiles en muchas situaciones, evitan que tengamos que desbloquear el terminal y nos ahorran tiempo.

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OxygenOS integra también modos específicos, Modo Zen y el Modo Fnatic, son antagónicos. El primero pretende que nos alejemos del terminal, que nos paremos a oler las rosas del camino y no estemos centrados en la pantalla de nuestro dispositivo. Lo consigue mediante el bloqueo de todas las funcionalidades a excepción de las básicas: llamadas de emergencia. El segundo quiere que nos centremos en el juego que tenemos en pantalla, las notificaciones desaparecen y mediante el software se centrar los recursos en mejorar la experiencia de juego. Ambos hacen su función bien, aunque me he visto usando más el segundo que el primero.

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Otra opción interesante es la capacidad de duplicar aplicaciones, funcionalidad vista en terminales de Xiaomi, nos permite tener diferentes cuentas de una misma aplicación. La versión de Android debajo de esta capa de personalización es Pie y llegará más que seguro al futuro Android Q. Además, OnePlus tiende a enviar actualizaciones a sus terminales periódicamente, tanto así que durante el tiempo que he pasado con el OnePlus 7 he recibido dos. Han mejorado el apartado de la cámara y la estabilidad general, ya de por si muy buena, sin duda es una compañía que mima a sus usuarios en este aspecto.

Seguridad: biometría precisa, correcta y funcional

Escondido en la pantalla encontramos el lector de huellas óptico y con un buen funcionamiento. La superficie de actuación se ha ampliado, esto facilita el desbloqueo al no tener que ser tan precisa la colocación del dedo a la hora del desbloqueo. Y una vez colocado el dedo, el desbloqueo es rápido. No es instantáneo, pero la espera para acceder a la pantalla es mínima pese a tener una animación bastante vistosa (la podemos cambiar o desactivar) Eso sí, la zona en la que apoyamos el dedo ha de estar iluminada, si la pantalla está completamente apagada el teléfono no se va a desbloquear. OnePlus soluciona esto tirando de software, al levantar el teléfono se activa la pantalla ambiente con la zona iluminada y lo mismo ocurre si le damos un doble toque a la pantalla.

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De no convencernos el lector en pantalla, podemos optar a un desbloqueo facial. No usa una cámara o un sensor dedicado al escaneo facial, la cámara frontal es la que se dedica a esta función. La seguridad sería el punto en su contra, al no hacer un escaneo tridimensional una foto podría desbloquear el móvil, aunque lo he intentado y no ha ocurrido. Es un desbloqueo rápido y prácticamente instantáneo, no tenemos que mirar al terminal en un determinado angulo o acercarlo demasiado a nuestro rostro. En condiciones de poca luminosidad un fogonazo de luz nos iluminará la cara para poder desbloquear el móvil, es incomodo y recomiendo en esas situaciones utilizar la huella.

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Cámaras: una evolución justa y nada arriesgada

La renovación en el apartado fotográfico llega a cuenta gotas, dos sensores traseros, pero nada de gran angular o lente teleobjetivo. El principal un sensor Sony IMX 586 de 48 megapíxeles que se agrupan en grupos de cuatro, dejándonos unos 12 megapíxeles para disparar, como añadidos estabilización óptica y electrónica, una apertura f/1.7. El segundo sensor es de 5 megapíxeles, apertura f/1.4 y píxeles de 1,12 micrómetros. Para la cámara frontal han optado por un sensor de 16 megapíxeles firmado por Sony, el IMX 471, su apertura es f/2.0.

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Las capacidades de estas cámaras están por detrás de las de su hermano mayor, simplemente por montar dos sensores menos. Sí, en su trasera hay dos cámara. Pero esto no significa que la segunda añada una funcionalidad diferencial, está pensada para captar mejor información y hacer un efecto desenfoque más realista. No ofrece la versatilidad de un gran angular o el zoom de un teleobjetivo, su uso está destinado a acompañar más que a ser usado individualmente. Aparte de esto, podemos hacer casi lo mismo en el apartado fotográfico y en el de vídeo. La grabación a 4K y 60 fotogramas por segundo, cámara súper lenta en 1080p a 240 fps, modo panorámico, lapso de tiempo, modo pro, HDR, modo retrato y modo paisaje nocturno, todo se mantiene.

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Hablemos de los resultados fotográficos, de día y siendo muy generales tenemos una cámara que cumple. Los niveles de detalle, la interpretación de los colores y el uso del HDR es bueno. El apartado del color es el que más cambio ha sufrido desde el inicio de este análisis, siendo demasiado planos al principio y que gracias a las actualizaciones han ganado en viveza. El HDR que comentábamos hace bien su trabajo en modo automático, decidiendo cuando no actuar. Si disparamos usando siempre el HDR tendremos fotos en las que las sombras y los contraluces han sido levantados, además de momentos en los que el color está demasiado saturado.

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Izquierda sin HDR y derecha con HDR

De noche pasa lo de siempre, la estabilización óptica y la focal 1.7 no consiguen salvar la perdida de detalle y el aumento de ruido en las fotografías. Para evitar esto tenemos un modo especifico, Paisaje nocturno, consigue mejorar las fotografías de noche, aunque tiene un inconveniente, el movimiento. Es un modo usable en objetos o escenas sin movimiento, si existe la posibilidad de que algo o alguien se mueva, la fotografía resultante captara un borrón. Esto es porque aumenta el tiempo de exposición notablemente y el ISO lo mantiene a 0. Es útil, pero hay que saber cuando usarlo y tener un buen pulso o llevarnos un trípode. Existe un modo manual y con el tendremos acceso a los ajustes básicos (ISO, exposición, enfoque, balance de blancos, velocidad de obturación) que nos permitirán jugar más con cómo queremos la fotografía y, darnos un archivo RAW para la posterior edición.

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Arriba normal, abajo modo Paisaje nocturno

En el frontal la cámara hace un trabajo aceptable, el enfoque y el resultado de las fotografías son buenos. En tema de color es posiblemente la cámara que más sufra, suelen salir menos vivos que en la trasera. Cuenta con las típicas funcionalidades de las cámaras para selfies: modo belleza, desenfoque, flash iluminando la pantalla, etc. Pasando al vídeo, en el frontal tiene un buen desempeño, pero se nota la falta de estabilización óptica. En la cámara trasera en cambio, la combinación de OIS y EIS consiguen eliminar los movimientos bruscos. Destaca la capacidad de grabar en 4K a 60 fps, la fluidez y el detalle es notable. Otra mejora son los micrófonos, ahora al grabar algún tipo de espectáculo el sonido de la grabación es audible, no hay pitidos y se pueden distinguir los instrumentos sin demasiado problema.

GALERÍA DE FOTOS DEL ONEPLUS 7

Os dejamos un link a la galería en Flickr, así podéis ver las fotos sin compresión.

OnePlus 7, conclusiones, precio y opinión

Siete son los terminales que OnePlus ha sacado al mercado, pese a llevar relativamente poco tiempo compitiendo ha conseguido hacerse con un publico fiel. Un publico capaz de cambiar de terminal, o al menos planteárselo, cada seis meses para tener el más nuevo presentado por la compañía. En este marco, el OnePlus 7 nos encaja perfectamente. Con una renovación en su interior a la altura, al menos en el apartado de potencia, con un sonido mejorado, con una experiencia de software sublime y unas cámaras que sin ser las mejores arrojan fotografías capaces. Es un terminal que no pretende revolucionar nada, se conforma con ofrecer una serie de ingredientes de calidad para dar como resultado final un sándwich mixto a la altura de cualquier plato de alta cocina.

OnePlus 7, análisis tras un mes de uso

Es posible que la estrategia conformista no les dure demasiado, pero mientras tanto el OnePlus 7 ofrece “casi” lo mismo que su hermano mayor. La baza a jugar es el precio, partiendo desde los 560 euros y llegando a los 610 euros en su versión más avanzada. Siendo sus configuraciones 6 GB – 128 GB y 8 GB – 256 GB respectivamente para la RAM y el almacenamiento. No obstante, no podemos echarles nada en cara y más cuando en el mercado tenemos su apuesta más arriesgada. Aunque claro, ya se escuchan los rumores acerca de una renovación T de sus terminales. Sea como fuere, el OnePlus 7 es una apuesta segura a aquellos capaces de conformarse y no tanto para los que buscan innovación.

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