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Hablamos muchísimo del incendio que asoló la catedral de Notre-Dame, en París, pero hemos tardado – y mucho – en hablar de los devastadores fuegos que están ahogando el Amazonas, no solo desde hace unos días, sino durante todo el año. Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), entre enero y agosto se han detectado nada más y nada menos que 72.843 focos, que se dice pronto. Se trata de la cifra más alta anotada desde que empezaron a divulgarse estos registros en 2013.

Los medios le han prestado muy poca atención al desastre. Y lo cierto es que no ha sido hasta hace unas horas que la calamidad de los incendios del que todavía es considerado el pulmón del planeta no se han hecho notar hasta ahora en las noticias.

La NASA, además, ha proporcionado unas imágenes obtenidas a través del Observatorio de la Tierra a través del satélite Aqua, en las que se pueden observar los bosques de la selva amazónica ardiendo. La imagen es del 13 de agosto. El panorama hoy, que estamos a 22, sigue siendo desolador.

Santiago Gassó ha advertido desde el centro Goddard de la NASA que la capa de humo se ha extendido hasta 3,2 millones de kilómetros cuadrados por encima de América Latina.

 

No todo son nubes: el Amazonas arde sin medida

Las imágenes proporcionadas por el satélite muestran la selva amazónica envuelta en infinidad de manchas blancas. Podríamos pensar que son nubes, pero no. Gran parte de lo que se ve en las imágenes es el humo de los incendios forestales que está arrasando la vegetación y matando a muchas especies.

Si bien el Amazonas es una selva tropical con un clima húmedo, los meses de julio y agosto forman parte de lo que se denomina su ‘estación seca’. Nos encontramos, pues, en una temporada muy peligrosa para estos bosques, en parte por culpa de los incidentes que producen las personas que están realizando labores en el campo, en agricultura o en ganadería.

Los que también han captado el desastre que se está produciendo en el Amazonas han sido los satélites Sentinel del Programa de Observación de la Tierra de nuestra Unión Europea. Parece que están recibiendo señales de una gran cantidad de humo y esto es lo que se ve desde las capturas que se han compartido a través de Twitter. Una neblina oscura lo inunda todo. Es el fuego, que está arrasando con todo.

Existe, por otra parte, una muestra de cómo la cantidad de humo existente sobre la cuenca del Amazonas ha ido aumentando desde el 28 de julio hasta el 17 de agosto. Las imágenes proceden del Sentinel 2 en su color verdadero, sobre la superficie al norte de Vista Alegre do Abuña, una zona que limita en los estados de Rondonia y Amazonas.

La situación es extremadamente preocupante y mientras un irresponsable Bolsonaro culpa a las ONG de los incendios, más de un tercio de todas las especies del mundo corren el serio peligro de desaparecer. Además, los expertos coinciden en que el territorio del Amazonas será muy difícil de recuperar. No en vano, las tierras en las que crece la selva más rica del mundo son difícilmente recuperables. Sus suelos tienen una composición que los hace difícilmente viables para un uso agrícola, incluso a largo plazo.

Desde 2018 (Bolsonaro asumió su cargo en enero) los incendios forestales en el Amazonas han aumentado hasta un 278%, coincidencia que resulta, cuanto menos, llamativa. ¿Cuántas más imágenes tienen que llegarnos desde el espacio para que los responsables de este desastre de proporciones ciclópeas hagan algo para solucionarlo?

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