
La exposición a troles y haters es prácticamente inevitable en cualquier red social, pero hay bastante consenso en torno a la idea de que Twitter es la plataforma más tóxica hoy día. Aunque sólo hace falta asomarse a los ‘trending topics’ para comprobarlo, a partir de ahora la toxicidad tendrá además premio, ya que cuanto más odio recibas en Twitter más dinero vas a ganar: la justicia poética de Elon Musk, tal como él mismo la define, ya empieza a manifestarse en toda su magnitud.
Cuando Elon Musk compró la compañía fundada por Jack Dorsey, uno de sus objetivos era que los usuarios pudieran monetizar su actividad en Twitter. Para ello, estableció que un porcentaje de los ingresos generados por las impresiones de publicidad en las respuestas a los tweets pudieran generar ingresos. Eso sí, sólo los usuarios suscritos al servicio Twitter Blue podrán recibir este dinero, teniendo que generar además más de cinco millones de impresiones cada mes durante un periodo de tres meses continuados.
Este sistema de monetización no es novedoso, ya que también está vigente en YouTube y otras plataformas. ¿Dónde entra el factor del odio dentro de esta ecuación? En la necesidad que esto generará en cada usuario de atraer interacciones a cada publicación suya. Una de las claves del éxito en las redes sociales, ya sea Twitter, Facebook o Instagram, es que para que una publicación sea exitosa debe generar interacción, y ha quedado demostrado a lo largo de los años que los contenidos más polarizadores son los que más interacción generan al despertar las pasiones internas de los usuarios de estas plataformas, llevándolos a exponer sus puntos de vista, rara vez desde la mesura y el raciocinio.
En el año en el que Elon Musk lleva al frente de Twitter (e incluso antes), muchos usuarios ya habían detectado y denunciado que el contenido polarizador estaba ganando un protagonismo desmesurado. Teniendo en cuenta que ahora es posible monetizar el contenido en Twitter, es natural pensar que muchos creadores de contenido intentarán aportar un contenido aún más impactante a sus perfiles para atraer las respuestas de los ‘haters’, un fenómeno que se conoce como ‘rage bait’, un cebo que sólo busca indignar al lector para que interactúe con él.

A esta conclusión llegó el usuario Farzad Mesbahi, a lo que Musk contestó con un rotundo y conciso “justicia poética”. Este nuevo escenario de monetización presenta un escenario paradójico, ya que lo ideal sería que los mensajes positivos recibieran respuestas del mismo talante, con educación y mesura. La realidad es, por lo general, la contraria, por lo que ahora los ‘haters’ de un usuario deberían pensárselo dos veces antes de atacar a quienes odian, ya que con sus interacciones pueden estar beneficiándolo de forma directa.
Quiénes no pueden monetizar en Twitter
Aunque la monetización de los anuncios de Twitter en las respuestas está abierta a los usuarios que hayan pagado su suscripción a Twitter Blue (un plan que supera los 100 euros anuales), lo cierto es que hay algunas excepciones de usuarios que no podrán recibir ningún tipo de beneficio.
Todos aquellos perfiles que compartan contenido relacionado con el sexo, estafas de diverso tipo (desde las piramidales en las que se basan muchas criptomonedas hasta gurús que prometen hacerse rico en una semana) o que hagan apología de las apuestas no recibirán ingresos por publicidad. Del mismo modo, el contenido que contenga violencia, drogas o bebidas alcohólicas también quedará fuera de esta monetización, a la que Elon Musk destinará en torno a cinco millones de dólares entre todos sus usuarios. Tampoco aquellos que publiquen contenido con derechos de autor de otras personas podrán recibir dinero por su actividad tuitera.
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