Un pueblo en Francia prohíbe el uso del móvil en la calle

¿Te imaginas pasear por un centro comercial o por las calles más transitadas de una ciudad sin tener que esquivar a personas despistadas que están más pendientes de la pantalla de su móvil? Este escenario, que para muchos puede ser un sueño, ya es posible en el país vecino, y es que un pueblo en Francia prohíbe el uso del móvil en la calle, aunque el motivo real tras esta decisión no sea la de evitar chocarnos con esas personas abstraídas en sus redes sociales o sus conversaciones de WhatsApp.

El municipio en cuestión es Port-Seine, un pequeño pueblo de la región Isla de Francia que tiene menos de 2.000 habitantes. La decisión de vetar el uso de los teléfonos móviles en espacios públicos no ha llegado por iniciativa individual del alcalde, sino que refleja el sentir de la mayoría de los vecinos, que participaron en un referéndum para limitar su uso en espacios públicos. En dicha consulta, eso sí, tan sólo emitieron sus votos 277 personas, apenas un 20% de los ciudadanos con derecho a voto en Port-Seine, y el 54% estuvieron a favor de limitar el uso del teléfono móvil fuera del hogar.

Las restricciones que comporta esta medida van mucho más allá del uso en la calle del móvil, y es que tampoco se podrá consultar las notificaciones estando sentado en un banco o en el interior de tiendas, restaurantes y cafés. Los padres que estén esperando a sus hijos en el colegio tampoco podrán matar el tiempo revisando sus redes sociales o eligiendo canciones en Spotify y YouTube.

Por qué se ha vetado el uso del móvil en Port-Seine en Francia

Hoy día resulta complicado imaginarse una ciudad sin gente utilizando el móvil, ya sea realizando una llamada o utilizando alguna app. Esto hace que muchos se pregunten por qué se ha vetado el uso del móvil en Port-Seine, Francia. El motivo detrás de este referéndum es el excesivo uso que hacemos de las pantallas, algo que afecta especialmente a los más jóvenes, los que más tiempo pasan mirando el móvil y moviéndose entre aplicaciones y redes sociales, y preocupa especialmente a padres y psicólogos.

En declaraciones al diario inglés ‘The Guardian’, el alcalde de Port-Seine, Vincent Paul-Petit, asegura que con esta medida “no se trata de prohibir todos los teléfonos, sino proponer que la gente se abstenga de sacar sus móviles para navegar por las redes sociales, jugar o ver vídeos en lugares públicos que queremos destinar a la vida en sociedad”.

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Tras la aprobación de la consulta, el alcalde emitirá un decreto sobre el uso de los teléfonos móviles, aunque hay que indicar que las autoridades no podrán prohibir a la gente que los utilice o imponer multas por ello, ya que no hay ninguna ley nacional que ampare estos escenarios. De lo que se trata es de invitar a los vecinos a que sean ellos mismos los que limiten su uso en público, y para ello invitará a los negocios locales a que peguen pegatinas en sus escaparates y a solicitar a sus clientes que no saquen el móvil de sus bolsos y bolsillos.

Un debate generacional

Este particular referéndum ha servido para abrir un debate generacional entre los residentes en Port-Seine, y es que esta medida será mucho más sencilla de acatar para los más mayores, mientras que los adolescentes ven en ella un claro desafío a su estilo de vida. En cualquier caso, esto servirá para que muchos se pregunten cuántas horas tienen encendida la pantalla de sus teléfonos móviles, un dato que puede asustar a más de uno si lo consulta en su terminal.