Este año el iPhone original cumplía 10 años y sabíamos que Apple tenía una sorpresa preparada. Era el momento ideal para romper con el diseño del iPhone sin parecer que simplemente lo hacían por seguir la tendencia del mercado. De hecho, hasta lanzaron el iPhone 8 y el iPhone 8 Plus, dos terminales que mantenían el diseño habitual (con ciertos cambios). Estaba claro que los de Cupertino querían que el iPhone del décimo aniversario fuera algo especial. Y así ha sido. El iPhone X dice adiós al botón Home después de 10 años, para dar paso al nuevo Face ID. Además, desecha el diseño frontal que tantos éxitos ha dado a la familia iPhone, para centrarse en la pantalla. Una pantalla OLED que ahora ocupa todo el frontal y que, por primera vez desde hace años, aumenta en resolución.
No cabe duda de que el iPhone X llega para sentar las bases de lo que veremos en los futuros iPhone. Para ello se ha puesto al día, con un nuevo diseño en cristal o la tan deseada carga inalámbrica. Y no faltan mejoras habituales en una nueva generación, como un procesador más potente y un sistema de cámaras mejoradas.
Pero toda esta innovación tiene un precio. Y no es apto para todos los públicos. El iPhone X parte desde los 1.160 euros para el modelo de 64 GB, llegando a los 1.330 euros si optamos por el modelo con 256 GB de almacenamiento. Hemos tenido ocasión de probar el iPhone X a fondo desde su lanzamiento y os contamos qué nos ha parecido.
Ficha técnica iPhone X
Pantalla | OLED de 5,8 pulgadas, resolución de 2.436 x 1.125 píxeles, HDR, Contraste de 1.000.000:1, tecnología True Tone, Gama cromática amplia, 3D Touch, Brillo máximo de 625 cd/m2 | |
Cámara principal | Cámara dual de 12 MP con gran angular f/1.8 y teleobjetivo f/2.4, Zoom óptico 2x, Modo retrato, Iluminación de Retratos, Doble estabilización óptica de imagen, Flash True Tone de cuatro LED, Enfoque automático con Focus Pixels, Live Photos con estabilización, HDR automático para fotos, Modo ráfaga, Grabación de vídeo en 4K (24, 30 o 60 fps), Estabilización óptica de imagen para vídeo, Vídeo a cámara lenta en 1080p a 120 o 240 fps. | |
Cámara para selfies | 7 MP, f/2.2, Modo Retrato, Iluminación de Retratos, Animoji, Grabación de vídeo en 1080p HD, Retina Flash | |
Memoria interna | 64 o 256 GB | |
Ampliación | No | |
Procesador y memoria RAM | Chip A11 Bionic con motor neuronal y coprocesador de movimiento M11, 3 GB de memoria RAM | |
Batería | 2.716 mAh | |
Sistema operativo | iOS 11 | |
Conexiones y sensores | Wi”‘Fi 802.11ac con MIMO, Bluetooth 5.0, NFC con modo de lectura, Lightning | |
SIM | nanoSIM | |
Diseño | Cristal y marco de acero inoxidable, Certificación IP67, Colores: Blanco y negro | |
Dimensiones | 143,6 x 70,9 x 7,7 milímetros, 174 gramos | |
Funciones destacadas | Face ID, Apple Pay, Animoji | |
Fecha de lanzamiento | Disponible | |
Precio | 1.160 euros (64 GB) 1.330 euros (256 GB) |
Cristal y pantalla sin marcos, el iPhone cambia para siempre
No podemos decir que el diseño del iPhone lleve 10 años sin evolucionar, porque no sería cierto. Desde el iPhone 3GS y el iPhone 4, hemos pasado del cristal al aluminio unibody, con un toque brillante en los iPhone 7. Incluso tuvimos un punto de atrevimiento con el iPhone 7 Red, un modelo con un color rojo muy llamativo. Por supuesto no nos olvidamos del iPhone 5C y sus alegres colores, pero no lo hemos incluido por ser un modelo algo «diferente».
Lo que encontramos en el iPhone X es una mezcla de pasado y futuro. Pasado porque se vuelve a una trasera de cristal, como ya teníamos en los mencionados iPhone más antiguos. En esta ocasión Apple asegura que es «el vidrio más resistente jamás utilizado en un smartphone». Para conseguirlo han utilizado una capa de refuerzo un 50% más profunda. No sabemos si será una exageración o no, pero al menos sí dejamos de lado el resbaladizo aluminio de los modelos anteriores.
También mejora el problema de las huellas. Los acabados brillantes del iPhone 7 son realmente bonitos, pero también muy sucios. A los pocos minutos de estar tocándolos las huellas deslucían la parte trasera. En el iPhone X esto se reduce considerablemente. No decimos que no se manche o se queden marcadas las huellas, pero no es tan exagerado, al menos en el modelo en blanco.
Para juntar las dos partes de cristal, Apple ha decidido utilizar un marco de acero inoxidable. Es una aleación especial desarrollada por Apple y refuerza el acabado final del iPhone X. La verdad es que llama poderosamente la atención nada más sacar el terminal de la caja. En el modelo que hemos probado, el blanco, el marco es plata con un acabado cromado brillante. Sin embargo, este acabado hace que el marco sí sea un imán de huellas. Estas se quedan marcadas en el marco con un facilidad pasmosa.
Galería de diseño del iPhone X
En estos marcos de acero encontramos el botón de encendido en la parte derecha, que ahora tiene más funciones (como luego veremos). Justo bajo este botón tenemos la ranura para la tarjeta SIM. Al otro lado tenemos los botones de volumen y el que nos permite silenciar el terminal. Nada nuevo en este aspecto.
Apple no ha querido llevar el lector de huellas a la parte trasera, dejando esta bastante «limpia». Solo tenemos la manzana y el nombre iPhone, ambos en un tono metálico brillante. Y en la esquina superior izquierda tenemos la doble cámara. Como ya sabéis, en el iPhone X se ha colocado en modo vertical, diferenciándose así todavía más del iPhone 8 Plus. Y, como es habitual, la cámara sobresale ligeramente de la carcasa. No es exagerado, pero se nota.
Otro aspecto que no ha gustado demasiado a algunos usuarios es el color elegido para el fondo de la zona de la cámara. En el modelo plateado el fondo de la cámara es de color negro. Lo cierto es que rompe un poco la estética blanca y plata de la parte trasera. Pero por otro lado, guarda sintonía con la parte frontal, que es negra en ambos modelos. De momento solo el iPhone X solo está disponible en blanco y negro, se ha quedado fuera aquel bonito color cobre que veíamos en algunas filtraciones.
Por último debemos recordar que, a pesar del cambio tan drástico de diseño, el iPhone X mantiene la certificación IP67. Es decir, sigue siendo resistente al agua y al polvo.
La gran protagonista del iPhone X: la pantalla
Con permiso del Face ID, la gran protagonista del iPhone X es la pantalla. Según la compañía, llevaban muchos años trabajando en una pantalla sin marcos, no es una cuestión de moda. Lo creamos o no, lo cierto es que Apple no ha sido nunca demasiado propenso a cambiar sus pantallas. Casi siempre ha ido por detrás de los móviles Android tanto en tamaño como en resolución.
En 2014, con la llegada del iPhone 6 Plus, vimos, por primera vez, como el iPhone superaba las 5 pulgadas. Un año después, cuando Samsung revolucionó el mundo de los smartphones con una pantalla curvada a los lados y con una resolución de 2.560 x 1.440 píxeles, Apple mantuvo la misma resolución Full HD en el iPhone 6s y 6s Plus. Y así lo ha hecho incluso hasta el reciente iPhone 8 Plus.
Pero es en el iPhone X donde Apple ha decidido dar el salto. Primero, ha cambiado el habitual panel IPS por un moderno panel OLED. Segundo, se ha aumentado el tamaño hasta las 5,8 pulgadas. Pero, gracias a la eliminación total de los marcos, se ha conseguido mantener un tamaño compacto, prácticamente idéntico al del iPhone 8, el cual tiene una pantalla de 4,7 pulgadas. Y tercero, se ha aumentado la resolución hasta los 2.436 x 1.125 píxeles. Así se consigue una densidad de 458 píxeles por pulgada. A esta nueva pantalla Apple la ha llamado Super Retina HD.
La experiencia con ella no ha podido ser más satisfactoria. No en vano, DisplayMate la ha nombrado la mejor pantalla del mercado. El aumento de contraste es evidente respecto a los paneles IPS, así como la magnífica profundidad de los negros.
Si venís de un iPhone con pantalla IPS, como es nuestro caso, también notaréis un cambio en la temperatura de color. Esto se debe, en gran medida, al sistema True Tone, que ya vimos en el iPad Pro. Esta tecnología utiliza un avanzado sensor de luz ambiental de seis canales que ajusta sutilmente el balance de blancos de la pantalla adaptándolo a la temperatura de color de la luz que nos rodea. La idea de este sistema en que las imágenes parezcan más reales y que el teléfono produzca una menor fatiga visual. A nivel práctica se traduce, generalmente, en unos tonos más cálidos. Pero si no os gusta no os preocupéis, porque se puede desactivar.
También notaremos un cambio en el brillo. El paso al panel OLED supone una reducción en el brillo máximo respecto a sus hermanos con panel IPS. Sin embargo, no es algo demasiado preocupante, ya que hemos podido utilizarla sin problemas a pleno sol. Según DisplayMate, el iPhone X consigue un brillo máximo en pantalla completa de 634 nits. El Samsung Galaxy Note 8, por ejemplo, a pesar de que puede llegar a picos de 1.200 nits en ciertas zonas de la pantalla, su brillo máximo a pantalla completa es de 560 nits.
¿Y qué pasa con el «notch»? ¿Es horrible, verdad? No vamos a entrar en gustos personales, porque ya sabemos que estos son muy variados. Pero, siendo sinceros, tardamos 5 minutos en acostumbrarnos a él. En la interfaz y aplicaciones no afecta para nada, siempre que la aplicación en cuestión haya sido adaptada.
En la reproducción de vídeo, tampoco influye, ya que se ha optado por colocar dos franjas negras a ambos lados. Sin embargo, si ampliamos para aprovechar todo el tamaño de la pantalla, sí nos molestará ligeramente la pequeña isla. Pero repetimos, el ojo se acostumbra rápidamente, así que si no nos obsesionamos rápidamente dejaremos de verla.
Sin embargo, son los desarrolladores los que tienen que pulir algunos detalles. Por ejemplo, la aplicación de HBO ya está adaptada a la nueva pantalla. Pero, los desarrolladores se han dejado un pequeño detalle. Y es que la barra blanca de la parte inferior, la que muestra como volver al Home, no desaparece al reproducir el vídeo. Y es una barra blanca que sí molesta. No ocurre lo mismo en otras apps, así que es cuestión de que se actualice la aplicación.
Y si hablamos del vídeo, debemos hablar del HDR. La pantalla del iPhone X es compatible con HDR10, pero también con Dolby Vision. Pero no solo para las películas compradas en iTunes, también para aplicaciones como Netflix.
Para cerrar el análisis de la pantalla, comentar que sigue disponible la función de activar al levantar, más necesaria ahora que nunca con el Face ID. Pero también se activa dando un toque sobre la pantalla, muy útil para cuando tenemos el terminal sobre la mesa.
Face ID, cambiamos la huellas por la cara
El cambio de diseño y la nueva pantalla han tenido un daño colateral. El botón Home desaparecía, así que Apple tenía que buscar una alternativa. Durante algún tiempo se habló de un lector de huellas integrado en pantalla. Otra posibilidad era que el lector de huellas pasara a la parte trasera, pero ese no es el estilo de Apple.
Así que los de Cupertino decidieron darle un giro completo y se sacaron de la manga Face ID. Se trata de un avanzado sistema de reconocimiento facial que Apple ha implementado en la parte delantera del terminal.
El sistema TrueDepth está formado por un proyector de puntos (que proyecta más de 30.000 puntos invisibles para crear el mapa facial), un iluminador IR (que permite identificar la cara incluso estando a oscuras) y una cámara de infrarrojos (que analiza el patrón de puntos, captura la imagen y envía los datos al chip).
Todo este despliegue tecnológico se traduce en que, según Apple, el sistema es capaz de identificarnos en casi cualquier circunstancia. Es decir, nos puede reconocer incluso si nos ponemos o quitamos las gafas, si nos dejamos barba, si nos ponemos un sombrero o si, en definitiva, cambiamos nuestro aspecto. Lo único que se le resiste es algunos modelos de gafas de sol con los cristales muy oscuros o de gran tamaño. Y solo si activamos la función «Requerir atención».
Como ya vimos cuando os contamos nuestras primeras impresiones, el sistema es muy sencillo de configurar. Solo tendremos que colocarnos en el centro del círculo verde y dibujar un círculo con nuestra cara. Lo podremos hacer prácticamente en cualquier sitio. La aplicación no nos exige ningunas condiciones específicas de iluminación. Como es lógico, cuanto más preparado esté el entorno mejor. Solo tardaremos unos segundos, siendo más rápido que la configuración del Touch ID.
Una vez configurado, podremos utilizar el Face ID para varias funciones. Pero quizás una de las opciones más interesantes que encontramos en los ajustes de Face ID sea «Requerir atención». ¿Qué significa esto? Con esta función activada, el sistema comprueba si estás mirando el iPhone antes de desbloquear. Viene activado por defecto, ya que ofrece un plus de seguridad para evitar que, por ejemplo, alguien desbloquee el móvil mientras duermes. Y la verdad es que funciona realmente bien. Puedes ponerte el móvil delante de la cara, pero hasta que no mires la cámara frontal no se desbloquea.
Otra opción interesante asociada a «Requerir atención» es que cuando el móvil detecta que lo estamos mirando, baja el volumen de las notificaciones. Y hablando de notificaciones, el contenido de las mismas solo se mostrará si miramos la pantalla. Si no lo hacemos, veremos un aviso de la aplicación que nos está notificando, pero no el contenido.
El funcionamiento general de Face ID es muy bueno. Durante el tiempo que hemos usado el terminal nos ha reconocido prácticamente siempre. Incluso en una habitación completamente a oscuras. Pero no es perfecto. Hemos tenido algunos fallos en situaciones muy concretas, como por ejemplo tumbados en la cama. También algún que otro fallo puntual, pero siempre en situaciones muy concretas.
Face ID para Apple Pay y App Store
Pero Face ID no solo sustituye a Touch ID para el desbloqueo del móvil. También lo hace para identificarse en Apple Pay, cuando compramos una aplicación en la App Store o cuando queremos identificarnos en las aplicaciones compatibles (bancos, compras, etc).
El uso de Apple Pay sigue siendo igual de sencillo con el Touch ID. Puede que incluso más. Solo tenemos que pulsar dos veces en el botón de encendido y mirar al terminal. Una vez desbloqueado acercamos el móvil al lector y pago realizado.
La compra o instalación de nuevas aplicaciones sí se ha vuelto algo menos intuitiva. Una vez le demos a descargar la nueva aplicación, tenemos que pulsar dos veces sobre el botón de encendido del iPhone X. Una vez pulsados, nos identificamos utilizando Face ID. En realidad, se trata de una medida de seguridad para que no instalemos aplicaciones por error, pero perjudica ligeramente la interacción con el sistema.
En cuanto a la identificación en apps compatibles, como las del banco por ejemplo, el sistema es igual de fluido que Touch ID. Simplemente tendremos que mirar al móvil en lugar de colocar el dedo.
Animoji, la parte divertida de Face ID
Hace unos días ya vimos cómo crear, guardar y compartir un Animoji en el iPhone X. Así que no nos vamos a extender demasiado en este apartado. Sin embargo, es necesario nombrarlo, ya que es otra de las funciones exclusivas que ofrece el iPhone X.
La cámara TrueDepth analiza más de 50 movimientos musculares para crear emojis animados con nuestras expresiones faciales y grabando nuestra voz. Tenemos hasta 12 personajes para elegir.
En realidad, los Animoji están pensados para ser compartidos a través de iMessage, la aplicación de mensajería instantánea de Apple. Sin embargo, los de Cupertino nos han permitido que, una vez enviados, podamos guardar los Animoji como un pequeño vídeo en el carrete del iPhone. Esto nos abre la posibilidad de compartir estos breves vídeos a través de cualquier red social o sistema de mensajería.
Potencia suficiente para cualquier situación
Una de las novedades que no puede faltar año tras año es el cambio de procesador. Cada nuevo iPhone incluye un procesador más potente que el anterior. Y el iPhone X no podía ser menos, aunque en esta ocasión el procesador se comparte con el iPhone 8.
El nuevo procesador de Apple se llama A11 Bionic, y está demostrando ser el procesador más potente del mercado. Es un chip formado por 6 núcleos, cuatro núcleos de eficiencia y dos núcleos de rendimiento. Los primeros son hasta un 70% más rápidos que en el chip A10 Fusion. Y los segundos son hasta un 25% más veloces.
Además, el chip A11 Bionix del iPhone X incluye un motor neuronal. ¿Qué es un motor neuronal? Es un componente de hardware diseñado para el aprendizaje automático. Es decir, una forma de inteligencia artificial que capacita a los ordenadores para aprender por observación. Este motor puede hacer los cálculos increíblemente rápidos que requieren las redes neuronales y, al mismo tiempo, ser ultraeficiente. Y, ¿para qué sirve? Como imaginaréis, es el responsable de que funcionen Face ID y los Animoji.
Aunque Apple no es muy dado a dar estos datos, sabemos que acompañando a este avanzado chip tenemos 3 GB de memoria RAM. Al final, el resultado es un funcionamiento impecable. El sistema se mueve de manera fluida, la multitarea funciona a la perfección, minimizar las aplicaciones es instantáneo e incluso la apertura de apps de gran carga sucede de forma rápida.
Para los amantes de los datos, justo encima tenéis el resultado del test AnTuTu, uno de los pocos que están disponibles en la App Store. Y aquí tenéis una pequeña comparativa con los últimos móviles Android lanzados al mercado. Las cifras hablan por si solas.
Esta enorme potencia permite al chip A11 Bionic manejar la realidad aumentada sin despeinarse. De hecho, ya son muchas las aplicaciones que lo aprovechan, como Ikea Place o Measure Kit. Pero ahora que Apple entra en el mundo de la realidad aumentada, estamos seguros de que los desarrolladores se pondrán las pilas con este tipo de contenido.
Mejorando una de las mejores cámaras del mercado
Año tras año Apple ha conseguido mejorar la cámara principal del iPhone. En el iPhone 7 Plus la compañía estrenó la doble cámara, lanzando un modo retrato que enamoró a los usuarios. Este año, tanto en el iPhone 8 Plus como en el iPhone X se ha seguida una línea continuista. Sin embargo, se han introducido algunos cambios para darle un toque de exclusividad al iPhone X.
El modelo del décimo aniversario incluye una cámara principal con dos sensores de 12 megapíxeles. Uno de los sensores es un gran angular con apertura f/1.8. El otro es un teleobjetivo con apertura f/2.4, frente al f/2.8 del teleobjetivo del iPhone 8 Plus. Ambos sensores tienen un tamaño mayor a los que vimos en el iPhone 7 Plus.
Otra de las novedades del iPhone X es que incluye estabilización óptica de imagen en ambas lentes, mientras que su hermano con marcos solo la incluye en la cámara gran angular. Esto permite mejorar las fotos en condiciones de poca luz, compensando el inevitable movimiento de nuestras manos.
Donde no hemos visto cambios en la aplicación Cámara. Esta sigue siendo bastante sencilla, con la única novedad de los nuevos modos retrato en modo de dial. En realidad, hubiera sido muy raro ver una aplicación cámara más compleja, ya que una de las máximas de Apple es facilitar el uso de la tecnología a todo el mundo. Para expertos o entendidos existen varias aplicaciones en la App Store que ofrecen muchos más controles.
En la gran mayoría de situaciones, el rendimiento de la cámara es muy bueno. Sin embargo, hemos notado algunos fallos que no esperábamos en un móvil de esta gama.
Pero empezamos por el principio. En condiciones de mucha luz conseguimos imágenes con muy buena exposición, mucho detalle en las sombras, una representación de color de gran nivel y un balance de blancos preciso. Las imágenes no muestran ruido y el HDR funciona realmente bien, aunque salta pocas veces si lo dejamos en automático.
En condiciones de poca luz o interiores, el iPhone X sigue haciendo un buen trabajo. El balance de blancos se mantiene preciso y los colores siguen mostrándose bastante vivos.
La mejor apertura del teleobjetivo hace que las fotos con zoom sean más nítidas que en otros iPhone. También el modo retrato funciona bastante bien, consiguiendo un desenfoque natural y agradable. Sin embargo, sigue sin ser perfecto. En ocasiones es posible que, debido a pequeños errores de estimación de profundidad, algunas partes del retrato se vean ligeramente borrosas. Además, los nuevos modos de luz necesitan que les ayudemos con la iluminación. Por ejemplo, si elegimos el modo luz de escenario, funcionará mucho mejor si tenemos una luz directa sobre la persona u objeto.
También hemos notado la aparición de ruido en el modo retrato cuando la luz no acompaña. Sin embargo, en las fotografías en modo «normal» el ruido solo aparece cuando tenemos muy poca luz. Y hablando de poca luz, el flash hace un trabajo correcto, aunque no excelente. En imágenes con muy poca luz vemos una subexposición clara en las imágenes, con unas esquinas bastante oscuras. Además, hemos detectado un efecto de ojos rojos en muchas de las fotografías tomadas.
En cuanto al vídeo, como novedad tenemos la posibilidad de grabar con resolución 4K a 60 fps. El resultado de la grabación es muy bueno en condiciones de mucha luz y bueno cuando empieza a escasear. Es en este segundo caso cuando podemos perder lago de definición.
También en interiores bien iluminados obtendremos buenos resultados. E incluso en algunos más oscuros, gracias al sistema de estabilización.
Otras de las novedades es la posibilidad de grabar en cámara lenta a 1080p y 240 fps. Igual que antes, la calidad del vídeo es muy alta si la luz abunda, pero algo menor cuando empezamos a quedarnos sin luz. Por cierto, con la cámara delantera también podremos grabar con resolución 1080p, aunque la ausencia de estabilizador complicará las tomas nocturnas.
Quizás hayamos sido muy duros con nuestras valoraciones, pero hablamos de terminales de tan alta gama la exigencia es máxima. Con esto no pretendemos decir que la cámara del iPhone X sea mala, ni mucho menos. De hecho, Dxomark, especialistas en analizar cámaras de móvil, le ha otorgado la segunda máxima puntuación, solo por detrás del Google Pixel 2XL.
Modo retrato incluso en la cámara delantera
La cámara delantera también ofrece muy buenos resultados. En condiciones de buena iluminación las fotos tienen mucha calidad, con una exposición equilibrada, colores vivos y un balance de blancos correcto.
Pero una de las novedades de la cámara delantera es el modo retrato. Y es aquí donde notamos claramente que se trata de una funcionalidad en fase beta.
La cámara delantera del iPhone X tiene una resolución de 7 megapíxeles y una apertura f/2.2. Y claro, tampoco tenemos un segundo objetivo. El resultado son algunos borrones donde debería estar nítido. Incluso algún fallo en la composición de la foto si hay un elemento inesperado (podéis verlo en la imagen superior, en las gafas). Esperamos que Apple solucione estos fallos lo antes posible.
Buena autonomía y carga inalámbrica
El cambio de diseño y el aumento de resolución hacían presagiar un drama en la parte de la autonomía. Sin embargo, Apple ha hecho algo más que salvar los muebles. La autonomía del iPhone X, en general, es muy buena.
Como bien sabéis, Apple nunca dice abiertamente qué capacidad de batería tienen sus iPhone. Sin embargo, webs como iFixit nos permiten conocer los secretos que tanto guarda Apple. El iPhone X cuenta con una batería de 2.716 miliamperios.
Aunque no hemos podido realizarle el test como hacemos con los móviles Android, sí os podemos contar nuestra experiencia con el uso real. Con un uso estándar (revisar notificaciones cuando llegan, navegación, mensajería, redes sociales, algún vídeo, juegos puntuales, música, etc) hemos conseguido llegar al final del día (sobre la 1 de la madrugada) con un 30% de batería disponible.
Con un uso intensivo, utilizando mucho la cámara y estando todo el día con conexión móvil, nos ha aguantado alrededor de unas 10 horas. Es decir, tenemos una autonomía prácticamente idéntica a la del iPhone 8 Plus. Algo sorprendente, ya que el iPhone X tiene un tamaño más compacto y una pantalla de más resolución.
Por otro lado, los nuevos iPhone incluyen dos novedades relacionadas con la batería. Por un lado, el iPhone X incluye sistema de carga rápida. Sin embargo, Apple no ha querido que podamos disfrutar de él nada más comprar el iPhone, a pesar de su alto precio. Y es que para disfrutarla tendremos que adquirir un cable adaptador de Lightning a USB-C, más un adaptador de 29W que acepte esa conexión USB-C. El cable actualmente solo lo fabrica Apple y tiene un coste de 30 euros. Y el cargador, si optamos por el de Apple, tiene un coste de 60 euros. Es decir, tendremos que invertir 90 euros más para tener carga rápida.
La otra novedad es la carga inalámbrica. Aquí Apple no ha querido abusar y, aunque lanzará su propia base de carga inalámbrica AirPower, el iPhone X es compatible con cualquier cargador inalámbrico Qi.
En cuanto a la carga a través del cargador que se incluye con el móvil, destaca lo lenta que es. Para cargar el terminal al 100% desde el 0% hemos necesitado casi 3 horas y media.
iOS 11 con nuevos gestos
El sistema operativo que viene instalado en el iPhone X es iOS 11. No vamos a hablar en profundidad de este sistema, porque es el mismo para todos los iPhone. Sin embargo, sí vale la pena comentar los nuevos gestos que utilizaremos en el iPhone X.
La eliminación del botón Home de la parte frontal ha obligado a Apple a ofrecer nuevas formas de hacer lo que antes hacíamos con este botón. Ahora lo haremos todo con nuevos gestos:
- Para ir a la pantalla de inicio tenemos que deslizar el dedo desde la parte inferior hacia arriba.
- La multitarea se abre deslizando hacia arriba y manteniendo el dedo sobre la pantalla un segundo.
- Para cerrar las aplicaciones tendremos que pulsar sobre ellas y esperar a que salga el icono ce cerrar en la esquina superior izquierda.
- El centro de control aparece al deslizar hacia abajo desde la esquina superior derecha.
- Para mostrar las notificaciones deslizaremos hacia abajo desde la esquina superior izquierda.
- Podremos llamar a Siri sin hablar apretando y manteniendo el botón de encendido.
Aunque parece un cambio muy radical, no hemos tardado nada en acostumbrarnos a la nueva forma de usar el iPhone. Excepto a la de cerrar las apps abiertas, la cual vemos mucho más fácil lanzarlas hacia arriba como se hace en otros modelos.
Conclusiones, precio y opinión del iPhone X
El iPhone X es el iPhone que todos esperábamos. Quizás tarde, pero Apple ha sabido dar al usuario todo lo que se le pedía. El usuario pedía un cambio de diseño eliminando los grandes marcos superior e inferior. Y el iPhone X ofrece un nuevo diseño en el que todo el frontal es pantalla.
Los usuarios no entendían como Apple todavía no había implementado la carga rápida e inalámbrica. El iPhone X cuenta con carga rápida (con ciertos matices) y carga inalámbrica.
Y a esto se le suman las habituales innovaciones a las que nos tiene acostumbrados Apple. Hablamos del Face ID, un sistema de reconocimiento facial que deja en ridículo a cualquier otro visto hasta ahora. ¿Podría Apple haber seguido con el Touch ID colocándolo en la parte trasera? Sí, pero no es su estilo.
Por lo demás, tenemos un móvil con una potencia abrumadora y con un sistema de doble cámara que sigue estando en el top del mercado. Y con un punto extra a su favor, como es una gran autonomía, algo que pocos esperábamos.
Entonces, ¿es el móvil perfecto? No, Apple todavía tiene cosas que afinar. El notch o isla no ha gustado a muchos usuarios. Face ID funciona bien casi todo el tiempo, pero también falla de vez en cuando. El modo retrato tiene mucho margen de mejora. Y Apple lo sabe, ya que ellos mismos aceptan que está en fase beta. Y algunos gestos, como el de cerrar apps, podrían mejorar.
Dicho esto, no cabe duda de que estamos ante uno de los mejores, si no el mejor, iPhone de la historía. El iPhone X ya está a la venta con un precio de 1.160 euros para el modelo de 64 GB y 1.330 euros para el modelo con 256 GB de almacenamiento interno.