Las expectativas ante el nuevo Huawei Mate 10 eran elevadas. Más aún desde que supimos, allá por el pasado mes de febrero, que contaría con el procesador Kirin 970. Un chip que aboga por introducir la Inteligencia Artificial en los móviles. Tras la buena acogida del Huawei Mate 9, solo quedaba esperar un terminal a la altura. Y Huawei ha cumplido. El nuevo Huawei Mate 10 es el mejor móvil de la compañía. Es potente gracias a su procesador de 8 núcleos. Es rápido por sus 4 GB de memoria RAM. Es amplio por sus 5,9 pulgadas de pantalla. Cuenta con el sistema dual de cámara más luminoso del mercado. Y encima asegura que todo esto dure durante más horas gracias a los 4.000 mAh de su batería.
Y hace todo esto, y unas cuantas cosas más, por 700 euros. Algo que lo mete de lleno a competir con los mejores móviles de la competencia, pero con un precio más asequible. Sobre todo si lo comparamos con sus competidores más cercanos y directos como el Samsung Galaxy S8+ o el Samsung Galaxy Note 8, que superan los 800 y los 1.000 euros, respectivamente. No cabe duda de que Huawei va a por todas en el mercado español. Pero ¿es suficiente? ¿Puede desbancar el Huawei Mate 10 al resto de buques insignia? Aquí te contamos todas nuestras impresiones tras una semana de uso.
Ficha del Huawei Mate 10
Pantalla | 5,9 pulgadas 2K (2560 x 1440 píxeles) unos 500 ppp, ratio 16:9 / 730 nits brillo con tecnología HDR10 | |
Cámara principal | – Sensor monocromo: 20 megapíxeles, f/1.6 – Sensor RGB (color): 12 megapíxeles, f/1.6 con estabilización óptica de imagen Sensores SUMMILUX Enfoque 4 en 1 AF híbrido |
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Cámara para selfies | 8 megapíxeles, AF, f/1.9 | |
Memoria interna | 64 GB | |
Ampliación | microSD | |
Procesador y memoria RAM | Kirin 970 con 4 GB de memoria RAM | |
Batería | 4.000 mAh con carga rápida segura garantizada (58% en 30 min) / 22 horas de reproducción de vídeo | |
Sistema operativo | Android 8 Oreo / EMUI 8 | |
Conexiones | BT 5, GPS, USB de tipo C, NFC, sensor de huellas dactilares, Dual SIM (4G para ambas), LTE Cat 18 (hasta 1Gbps), 3,5 mm jack | |
SIM | nanoSIM (Dual SIM) | |
Diseño | Metal y cristal curvado / IP 53 / Gris titanio, Marrón Moca, Azul medianoche , Rosa dorado, Oro champagne y negro | |
Dimensiones | 150,5 x 77,8 x 7,8 mm | |
Funciones destacadas | NPU, reconocimiento de escenas fotográficas, consejos de uso, reconocimiento de uso del terminal, lector de huellas dactilares | |
Fecha de lanzamiento | 2 de noviembre en España | |
Precio | 700 euros |
Diseño Premium
En Huawei han sabido hacer un móvil bonito. Y es que el Huawei Mate 10 cuenta con un diseño Premium que luce elegante y atractivo. Esto tiene mucho que ver con los materiales utilizados. Mientras que su chasis es metálico, su frontal y trasera son de cristal. Más concretamente, Corning Gorilla Glass. Es reluciente, brillante, resistente. Y hace que su sujeción ofrezca sensaciones de calidad. Todo lo que se puede esperar del flagship de una compañía. Ahora bien, su diseño no es rompedor, y es que solo redondea las aristas de lo visto en el Huawei Mate 9. Además, su versión en negro y sus laterales curvados hacen que nos acordemos mucho del Samsung Galaxy S8, aunque haya notables diferencias entre ambos.
El cambio más notable es la presencia del botón de inicio en la parte frontal inferior. Botón que también actúa como lector de huellas dactilares muy rápido. En la parte trasera se añade una franja de líneas realmente finas de lado a lado del terminal, justo a la altura de las cámaras. Un toque distintivo pero, de nuevo, poco rompedor. Por cierto, el Huawei Mate 10 aterriza en España con cuatro colores: negro, azul, rosa y dorado.
Sus medidas quedan así: 150,5 x 77,8 x 7,8 mm. Resulta ergonómico gracias a su mínima anchura y a los materiales. Y más aún si se usa la funda de silicona que se incluye en el paquete. Eso sí, no deja de resultarnos grande. Y puede que se te resbale en más de una ocasión de las manos. Es un tabletófono especialmente pensado para quienes disfrutan de las pantallas grandes.
Pantalla casi infinita
Huawei llega tarde a esto de las pantallas infinitas. Y llega con miedo. Al menos en este Huawei Mate 10. A pesar de que LG y Samsung hayan abierto la veda, Huawei sigue optando por un panel que aprovecha bien la superficie frontal, pero no al máximo. Sus 5,9 pulgadas de pantalla se extienden de lado a lado del terminal, pero siguen dejando marcos en la parte superior e inferior. Mantiene así el formato de 16:9, sin apostar por la panorámica ya habitual entre los nuevos terminales de 18:9. Algo que sí hace su versión Pro, que no llegará de momento a España.
Aparte de esto hay que decir que su panel es LCD, con lo que consigue un brillo de 730 nits. Es luminoso, bastante colorido y responde de forma realmente rápida. Alcanza la resolución máxima de 2K o 2.560 x 1.440 píxeles. Eso sí, hay que seleccionar esta opción desde los ajustes, ya que llega en Full HD de forma predeterminada. Todo esto le lleva a contar con una densidad de unos 600 píxeles por pulgada. Pero no cuenta con ese efecto “wow” o de sobresaturación de las pantallas OLED.
Es una buena pantalla, con una gran calidad para los detalles. Ahora bien, si atendemos a la moda, queda un paso por detrás de los grandes terminales que están llegando al mercado este año. Sin la pantalla vívida e infinita del Samsung Galaxy Note 8, ni con los colores y brillos del OLED del LG G6. Algo en lo que mejora la versión Pro de este Huawei Mate 10, aunque quedándose en la resolución Full HD.
Unidad de Procesamiento Neuronal (NPU)
Toca ponerse técnicos a esta altura del análisis. Y es que uno de los puntos clave del Huawei Mate 10 es su chip NPU (unidad de procesamiento neuronal en español). O debería serlo. Se trata de un procesador que da pie al aprendizaje y al uso de la Inteligencia Artificial dentro del terminal. Sin necesidad de contar con conexión a Internet para llevar a cabo tareas de procesamiento más propias de un cerebro que de un chip en superordenadores. Un procesador que, gracias a su forma de actuar, dota al Huawei Mate 10 con 25 veces más potencia y 50 veces más eficiencia que el Huawei P10. Todo esto, al menos, sobre el papel.
Pero ¿qué es lo que hace este procesador? Te preguntarás. Pues asistir a ciertas tareas del terminal para hacerlo más eficaz y eficiente. Este procesador, en teoría, permitiría aprender del usuario y sus hábitos para mejorar algunas características. Como si fuera una máquina que aprende y no solo que usa conocimientos ya listados en una base de datos. Cuestiones que, según hemos comprobado, de momento no se reflejan de forma sorprendente en el terminal. Elementos que deberían remarcarse en una vida útil más eficiente y eficaz a largo plazo en el terminal.
Y es que, a la hora de la verdad, este procesador ayuda con tareas que otros móviles, aplicaciones y herramientas ya podían hacer. Por ejemplo: reconocer un objeto dentro de una foto. La diferencia es que se hace todo de forma rápida y eficiente dentro del terminal, sin cotejar con los servidores de la compañía en la nube. Esto, además de agilidad, permite llevar a cabo todo estos procesos en el terminal, sin necesidad de tener una conexión a Internet ni de poner nuestros datos en peligro. De nuevo, elementos no tan reconocibles por el usuario medio.
Mejor cámara y mejor rendimiento por ahora
Ahora bien, si atendemos a la parte práctica de este NPU, de momento es algo escasa en el Huawei Mate 10. De serie encontramos dos puntos clave donde se percibe la presencia y actuación del chip. Uno de ellos es el apartado fotográfico. Antes de tomar una fotografía, el procesador es capaz de reconocer las formas de la escena y entender si se está ante una flor, un cielo, una persona o incluso un perro, entre otras diez opciones más. Un proceso que se lleva a cabo de forma inmediata para aplicar diferentes filtros y ajustes fotográficos. Así se consigue el mejor resultado automáticamente.
El otro aspecto en que hemos notado la presencia de la Inteligencia Artificial es en la autonomía y el rendimiento. Sin necesidad de una atención continua por nuestra parte, el Huawei Mate 10 se mantiene rápido y eficiente gestionando con Inteligencia Artificial las aplicaciones que quedan abiertas en segundo plano. Las que no se utilizan se cierran, y esto es un proceso que siempre se lleva a cabo automáticamente, aprendiendo de nuestros hábitos.
Las aplicaciones de terceros harán uso del NPU
Lo bueno es que Huawei ha dado pie a que los desarrolladores de aplicaciones hagan uso del potencial del NPU. La prueba fehaciente de ello es el traductor de Microsoft, que llega preinstalado en el terminal. De esta manera puede traducir textos desde fotografías sin necesidad de estar conectado a Internet. Todo ello de forma instantánea y sin sangrar la batería y el rendimiento del terminal. Ahora bien, de momento no hay otras herramientas para hacer uso de todo este potencial. Aunque habrá que esperar para ver cómo algunas funciones se llevan a cabo de forma más rápida y segura a partir de ahora. De momento es una característica de la que no se saca el máximo provecho.
Doble cámara luminosa
Pero vamos a adentrarnos en el apartado más interesante de este móvil. Sus cámaras no parecen evolucionar mucho respecto al Huawei Mate 9 en cuanto a megapíxeles. Encontramos dos sensores, uno monocromo de 20 megapíxeles, y uno de color o RGB de 12 megapíxeles. Con ello el Huawei Mate 10 sigue uniendo información de textura, profundidad y color de cada uno de los sensores para conseguir fotografías definidas y de calidad. Pero la clave está en que ambos objetivos ahora cuentan con una apertura de foco de f/1.6. Son los más luminosos del mercado móvil actual. Y se nota.
En nuestra experiencia nos hemos encontrado con unas cámaras realmente resolutivas en lugares oscuros. Si mantenemos el móvil firmemente sujeto conseguimos fotografías llenas de detalle en noches oscuras con poca iluminación. Los colores se muestran pobres en estos casos, pero aun así cuentan con más detalle y menos ruido que cualquier otro móvil del mercado. Todo ello enfocando a una velocidad endiablada para no perder ni un solo detalle. Por cierto, Huawei ha incluido estabilización óptica de imagen en el sensor de color. Por supuesto, el resto de fotografías con buena luz, pueden competir con los grandes terminales del mercado actual. Ninguna queja al respecto. Más bien todo lo contrario.
Bokeh, modo belleza y selfies 3D
Las fotografías y vídeos del Huawei Mate 10 están llenos de detalle (más las fotografías que los vídeos). Y, por lo general, respetan el color de los objetos originales. Además su adaptación a los entornos claros y oscuros es muy ágil y se resuelve de forma rápida y satisfactoria. Pero no nos olvidemos de los efectos realmente llamativos y utilizados por los usuarios actuales: bokeh o desenfoque y modo belleza.
El bokeh se aplica de forma bastante correcta. Algo que, en teoría, mejora con su uso gracias al chip NPU y la mencionada Inteligencia Artificial. Nosotros hemos encontrado escenas donde el desenfoque queda bien diluido en el contorno del objeto enfocado, pero también algunos fallos puntuales. Lo bueno es que se puede configurar tanto durante la captura como a posteriori, en la galería. Esto significa regular el desenfoque a placer para conseguir el resultado más realista o llamativo posible. Algo que ya se disfrutaba en el Mate 9. Y lo mismo si atendemos al modo belleza que, en nuestra opinión, se aplica demasiado libremente en los diferentes modos de disparo. Nos apasiona la buena fotografía, con detalles como arrugas y profundidad. No somos tan fan de las muñecas de porcelana.
ílbum con fotos: https://photos.app.goo.gl/qkdDJ2V6ixIbMFMC2
Por último hay que hablar de los selfies 3D. Se trata de una especie de vídeo que capturan una parte de nosotros como si nos escaneásemos de un lado a otro. Al acabar, y tras procesar la información, dispondremos de una foto que se mueve al pivotar el terminal. El resultado es sorprendente, aunque poco práctico fuera del móvil. Y es que no hay soporte en redes sociales para esta clase de contenido.
Fotografía no tan inteligente
Ya hemos comentado las virtudes del chip NPU sumadas a las características fotográficas del Huawei Mate 10. Sin embargo, nuestra experiencia no resulta del todo satisfactoria en este aspecto. Nos referimos a los diferentes filtros y efectos que se aplican automáticamente cuando se detecta comida, un animal o cualquier objeto. Puede que resulte eficiente para un usuario básico, quien se sorprenda de colores más saturados y deformados o un efecto bokeh más acentuado. Pero puede acabar siendo una tara para el usuario con ojo entrenado.
Esto solo se puede evitar desplegando los ajustes de fotografía Pro (profesional). Así que el usuario debe aprender a controlar estos valores si no quiere que sus fotos de flores queden sobresaturadas, con colores que distan mucho de hacer atractiva la foto. Algo que no nos gusta demasiado y que pensamos que debería poder activarse y desactivarse (el apoyo de la Inteligencia Artificial) a placer desde los ajustes.
Eso sí, nos ha sorprendido la rapidez y exactitud con la que las cámaras y el procesador NPU detecta las escenas. Parece casi magia que apenas un segundo después de encuadrar un perro aparezca su icono en la esquina inferior izquierda de la aplicación de cámara. Y lo mismo con paisajes, plantas, personas, comida y así hasta 14 escenarios diferentes. Cada uno con sus propios ajustes para ensalzar el color o la escena. Aunque el resultado sea poco natural.
Los mismos selfies que el Huawei P10
Poco podemos aportar de nuestra experiencia con la cámara para selfies del Huawei Mate 10 que no se haya dicho ya. Y es que cuenta con el mismo sensor de 8 megapíxeles del Huawei P10. ¿Es algo malo? Para nada. Los selfies son igual de resolutivos que los objetivos principales. Una foto rápida sobre cualquier escena tiene muchas opciones de quedar realmente bien. Se echa en falta algo más de definición quizá, pero es un sensor muy capaz. La adaptación a entornos oscuros se cumple con su apertura de foco de f/1.9, y además cuenta con autoenfoque.
Siempre atendemos a los pelos de la barba o de la cabeza para conseguir discernir si el sensor es capaz de captar suficiente detalle. Nos hubiera gustado un salto cualitativo hacia adelante en este Huawei Mate 10, pero la verdad es que es una cámara que cumple con nota. También echamos en falta un objetivo gran angular, con un ángulo de visión más amplio para conseguir selfies grupales sin dificultad.
Procesador Kirin 970, una bestia
Si miramos bajo el capó del Huawei Mate 10 encontramos un motor que puede sacar músculo, y pecho, y lo que quiera. El Kirin 970 llega para casar los estándares más recientes en cuanto a potencia. No hay nada con lo que no pueda. Esto es posible gracias a sus 8 núcleos capaces de correr a 2,4 GHz de velocidad de reloj. Todo ello construido en 10 nanómetros para ser eficiente.
Nuestra experiencia con videojuegos y tareas pesadas se ha resuelto satisfactoriamente. Apenas hay momentos en los que la máquina se ralentiza, y a buen seguro se puede deber a cuestiones de software. Es un terminal preparado para los juegos más avanzados o para llevar a cabo tareas de edición potentes. No hay que olvidar que se puede transformar incluso en un ordenador para trabajar con él. Y en esto no hay ninguna queja. Todo un punto a favor de Huawei.
Los videojuegos y procesos gráficos se portan de forma fluida en este Huawei Mate 10 gracias al procesador gráfico o GPU Mali GP72 de 12 núcleos. Está preparado para gestionar cualquier tarea habitual y cualquier trabajo exigente sin problemas.
Memoria de sobra
El Huawei Mate 10 llega al mercado con 4 GB de memoria RAM. Suficiente para que el terminal funcione de forma fluida incluso en multiventana o ventana partida. Es ágil y capaz, con pequeñas ralentizaciones en momentos puntuales como desbloquear el dispositivo. Cuestiones que se deben, seguramente, a la adaptación del software, y no tanto a la memoria.
Si atendemos a su capacidad de almacenamiento, nos encontramos con un solo modelo de 64 GB de memoria. De esta capacidad hay que descontar algo más de 12 GB que ocupa el sistema operativo ya de serie. El resto está disponible para aplicaciones, fotos y lo que sea necesario. Todo ello disponiendo de una ranura para tarjetas microSD de hasta 128 GB si este espacio sobrante se queda corto.
Conectividad preparada para el futuro
Otro de los puntos fuertes de Huawei es la conectividad. Y no solo porque parte de su negocio sea construir antenas de telecomunicaciones. En el Huawei Mate 10 las cosas también están afinadas y preparadas para el futuro. Aunque en España no disfrutaremos del terminal con doble tarjeta SIM, otros mercados del mundo sí contarán con él. Y el dato importante que queríamos remarcar es que será el primer terminal con doble SIM que aprovecha la conectividad 4G para ambas.
Pero si nos centramos en el modelo español, hay que decir que llega con todo lo que se le puede pedir a un buque insignia. Conectividad NFC para hacer pagos sin tarjeta, Bluetooth 5.0 para conectar varios dispositivos a la vez, GPS y sensores de toda clase. Cabe mencionar que Huawei ha respetado la presencia del puerto mini Jack 3,5 mm para auriculares. Y que el Kirin 970 permite conectarse a redes LTE de hasta 1 Gbps de velocidad. Así que es un móvil preparado para el presente más inmediato (si es que las redes 5G llegan pronto a España).
EMUI 8 sobre Android 8 Oreo
El Huawei Mate 10 llega con Android 8. Y nada más sacarlo de la caja ya hemos realizado una nueva actualización para su capa de personalización. Se estrena EMUI 8, con algunas novedades interesantes. Desde live wallpapers o fondos animados, hasta un diseño que cambia los tonos del fondo de pantalla dependiendo de la hora del día. Incluso mejoras visuales como acomodar los textos en pantalla para que siempre sean legibles sobre cualquier fondo y color.
Pero hay dos puntos clave en los que destaca EMUI 8. Por un lado está el potencial que posee para permitir gestionar las tareas de Inteligencia Artificial del NPU a las que pueden acceder las diferentes aplicaciones. Elementos que van desde la aplicación cámara a la hora de reconocer imágenes, o mejorando la definición de las fotos al hacer zoom sobre ellas. Pero también para que, en el futuro, otras aplicaciones de terceros puedan aprovechar todo este potencial.
Por otro lado está sus opciones de productividad. Hablamos de la posibilidad de transformar el móvil en un ordenador con solo un cable. Una versión simplificada de lo que Samsung hace con su Samsung DeX. Con solo conectar un micro USB (tipo C) ”“ HDMI entre el móvil y un monitor, todo se pone en marcha. Y cuando decimos todo hablamos de una interfaz tipo Windows con ventanas para mover varias aplicaciones a la vez. Todo ello aprovechando el móvil como ratón y teclado, o usando el móvil de manera habitual sin interrumpir la experiencia. Además, su conectividad Bluetooth permite conectar un ratón y un teclado inalámbricos a la vez, por lo que la experiencia puede ser completa. Como en un ordenador de sobremesa.
Otros puntos a favor
EMUI 8 es mucho más que una capa de personalización con nuevos adornos. Está muy bien lo de tener acceso a numerosos temas para personalizar el escritorio y los iconos habituales. Pero mejor aún está poder escoger entre un cajón de aplicaciones, reunidas todas bajo un botón, o disponer de ellas directamente en el escritorio. Algo que se puede configurar desde el menú Ajustes.
También se ha añadido lo que Huawei llama un Dock de navegación. En realidad se trata de un botón de inicio flotante que podemos colocar en cualquier parte de la pantalla. De hecho reconoce los mismos gestos: volver atrás con una pulsación, volver a inicio con una pulsación prolongada o moverse entre aplicaciones con un deslizamiento.
Aparte de esto se ha trabajado en mejorar la detección de pulsaciones involuntarias. Con lo que su pantalla especialmente ancha no debería ser un problema a la hora de sujetar el móvil y pulsar donde no queremos. Por supuesto se mantienen los gestos con nudillos vistos en ocasiones anteriores: para tomar una captura selectiva, aplicar formas como un corazón o incluso para hacer una captura alargada.
Problemas de tamaño
Si hay que sacar algún “pero” a esta última versión de EMUI 8 es, posiblemente, su adaptación a la pantalla del Huawei Mate 10. Y es que nos hemos encontrado con una interfaz realmente grande. Lógico si tenemos en cuenta que es una pantalla de 5,9 pulgadas. Pero resulta poco elegante y demasiado amplia en un principio. Nos referimos a elementos como notificaciones de gran tamaño que llenan la barra de notificaciones obligándonos a movernos por ella con solo cuatro o cinco avisos. O una interfaz de aplicaciones como Instagram que pierden elegancia y vistosidad a mostrar sus círculos de Stories o sus fotos excesivamente grandes.
Aparte de esto echamos en falta algunos accesos directos vistos en otras versiones de EMUI. Elementos como el modo avión al permanecer pulsando el botón de apagado. O un acceso directo a la linterna desde la pantalla de bloqueo. Cuestiones prácticas que de momento quedan relegadas a la barra de notificaciones.
Gran autonomía
Mirando de cerca la autonomía de este Huawei Mate 10 nos damos cuenta de que es un gran teléfono. Al menos en números totales. Y es que en su fina estructura cabe una batería de 4.000 mAh. Suficiente para alimentar una pantalla de 5,9 pulgadas durante un día. Al menos si se hace un uso medio del terminal. Es decir: escuchar música, chatear en WhatsApp, publicar unas cuantas Instagram Stories y echar varias partidas a Clash Royale. En nuestro caso no hemos tenido problemas para superar el día sin ningún modo de ahorro. Tan solo usando la resolución de pantalla inteligente, que fluctúa entre el 2K y el FullHD según el contenido para ahorrar batería.
Según las pruebas de AnTutu, el equipo consigue una puntuación de 10110 puntos en cuanto a rendimiento. Dato que supera los 8.800 puntos del Samsung Galaxy Note 8, por ejemplo. Según lo que hemos comprobado, es un terminal que, atendiendo al resto de características técnicas, aguanta lo que debería. Concretamente unas 6 horas de pantalla encendida y una autonomía de uso normal de 16 horas entre cargas.
Aun así, la tecnología de carga rápida nos ha salvado de alguna que otra situación. Y es que en 30 minutos carga más de la mitad de la batería. En total, una hora y 20 minutos son suficientes para completar el 100%. Pero en estas situaciones solo hemos requerido unos cuantos minutos para tener claro que dispondríamos de un móvil durante varias horas más. Sin quejas en este aspecto.
Conclusiones
A favor
En definitiva, estamos ante el mejor móvil de Huawei. El Huawei Mate 10 nos ha conquistado la vista con su acabado, y el tacto con sus materiales. Pero ha sido el apartado fotográfico lo que más hemos disfrutado. Aunque el efecto bokeh no siempre es correcto, con algo de maña hemos logrado tomar fotografías que bien podrían pasar por capturas hechas con cámara réflex. Todo ello con un ruido bastante reducido, y con todo lujo de detalles incluso en escenas con poca luminosidad.
Tampoco tenemos queja alguna acerca de su rendimiento. Su Kirin 970 cumple con creces. Es potente y muy ágil. Y no se atraganta con nada. Responde de forma rápida y llega preparado para la conectividad del futuro próximo. Tan solo echando en falta la versión Dual SIM con velocidad 4G para ambas tarjetas. Cierra sus puntos fuertes una batería que no tarda demasiado en descargarse y mucho menos aún en cargarse.
Ni que decir cabe que su precio de 700 euros marca la diferencia respecto a los buques insignia del resto de compañías. Una relación calidad/precio que ningún otro fabricante alcanza. Puede que lo ponga un escalón por debajo del resto de grandes terminales del momento de cara a la galería, pero es un escalón más cercano al bolsillo de más usuarios.
Los ‘peros’
En el lado negativo encontramos algunos peros. Por un lado la Inteligencia Artificial del chip NPU de la que tanto se ha hablado y cuyas aplicaciones prácticas aún no han despuntado. De hecho, en el aspecto fotográfico, puede acabar resultando una tara más allá que un apoyo. Habrá que ver si esta capacidad de procesamiento neuronal sí es aprovechada por diferentes aplicaciones en un futuro cercano.
Tampoco estamos del todo satisfechos con la pantalla, aunque es un tema más de moda que de calidad. Es correcta, luminosa y responde rápidamente, pero echamos en falta un formato realmente panorámico y con menos bordes. Sobre todo si atendemos a que se trata de la marca de identidad de los grandes terminales de 2017. Su pantalla es más que grande, y prueba de ello es su interfaz con iconos y notificaciones aptos para usuarios con problemas de visibilidad. Pero resulta un paso por detrás de la competencia.
Por último, hay que decir que, a pesar de usar un material realmente bonito y brillante, el cristal sigue siendo sucio. Así que, o utilizamos la funda de silicona, o deberemos llevar un trapo para limpiar constantemente nuestras huellas.