El concepto ‘inteligencia artificial’ cada vez está más asentado en la sociedad gracias a los avances tecnológicos. Estamos acostumbrados a comprar electrodomésticos capaces de dosificar la cantidad justa de detergente para evitar su despilfarro o a que los altavoces detecten los elementos de una sala para que el sonido se perciba de una forma más inmersiva, pero hay más. En el otro lado de la moneda también se encuentran cosas que no creerías que puede hacer una inteligencia artificial: el futuro asusta viendo lo que son capaces de hacer ciertos robots.
ChatGPT, la herramienta de diálogos más completa
Uno de los hitos más recientes relacionados con la inteligencia artificial lo ha provocado ChatGPT, la herramienta de generación de diálogos de OpenAI que se lanzó a finales del año pasado. La concreción y fluidez gramatical con la que es capaz de expresarse este ‘chatbot’ (robot especializado en diálogos) ha desatado las alarmas en las universidades de todo el mundo y en sectores profesionales como el del periodismo.
En estos momentos, la inteligencia artificial de ChatGPT no es capaz de sustituir al ser humano, pero el salto dado por OpenAI (la misma empresa que está tras el generador de imágenes DALLE·2) es lo suficientemente grande como para esperar avances aún más potentes en el futuro.
Robots cirujanos
En enero de 2022, hace justo un año, un robot diseñado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins de EE. UU. consiguió llevar a cabo intervenciones quirúrgica sin ningún tipo de asistencia humana. STAR (así se llama dicho robot) sometió a cuatro cerdos a una cirugía laparoscópica reconectando los dos extremos de sus intestinos, una operación que requiere un nivel de precisión altísimo. Los resultados mejoraron notablemente la actuación que cualquier cirujano humano pudiera tener, un gran avance que puede terminar convirtiéndose en una mejor atención para todo tipo de pacientes en el futuro.
Jurado de concursos de belleza
En 2016 se organizó el primer concurso de belleza en el que el jurado estuvo compuesto por robots con inteligencia artificial. Aquel primer intento generó bastante polémica al no tener en cuenta el jurado parámetros como el color de la piel, por lo que se consideró que la inteligencia artificial partía con un claro sesgo de base. En su segunda versión, el color de la piel y la etnia ya se incluyen junto a los parámetros estandarizados que los robots deben valorar, junto a otros aspectos como la simetría o el nivel de arrugas en el rostro. Un futuro en el que los cánones de belleza dependan de los robots y no tanto de los humanos puede suponer grandes cambios en las tendencias sociales o en sectores como la industria de la moda.
Robots polinizadores
La progresiva desaparición de las abejas en el planeta Tierra es uno de los problemas de sostenibilidad más grandes que afrontamos, pero la ciencia ya se está haciendo cargo de ello. En varias universidades ya se están desarrollando mecanismos de inteligencia artificial para detectar las flores que se pueden polinizar y lanzar grupos de robots polinizadores. El futuro de la agricultura puede estar totalmente robotizado más pronto de lo que creemos.
Loab: el reverso tenebroso de la inteligencia artificial
El artista multimedia Supercomposite pasará a la historia por haber sido el primero en toparse con Loab, una tétrica imagen de una mujer que surgió de un modelo de inteligencia artificial que transforma en imágenes el texto que se le introduce. Supercomposite introdujo en su búsqueda el término ‘DIGITA PNITICS skyline logo::-1’ (el ‘-1’ implica la búsqueda de un concepto contrario a lo que se escribe y terminó encontrándose con la imagen de una mujer demacrada y con sangre en el rostro más propia de una película de terror. Supercomposite encontró sin pretenderlo un oscuro rincón del cerebro de esa inteligencia artificial.
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