LG OLED A1, B1, C1 y G1: guía para saber qué tele OLED de LG comprar

El mercado de televisores OLED empieza a ser cada vez mayor por el abaratamiento de la tecnología. Prueba de ello es que marcas como LG han presentado toda una gama de televisores en base a esta tecnología. Dentro de cada una de estas gamas, nos encontramos con evidentes diferencias que no solo afectan a la calidad final del panel, sino al resto de características del televisor, como es el apartado sonoro, las certificaciones disponibles o las tecnologías asociadas al mismo. A saber, las cuatro gamas disponibles de televisores OLED de LG son la serie A1, B1, C1 y G1. ¿Qué diferencias hay entre todas estas? Lo vemos.

Lo primero, el precio: la serie G1 (ahora G2) es la más cara de todas

Aunque el orden de las letras puede invitar a pensar lo contrario, la serie A1 conforma la gama de acceso de los televisores OLED de LG. Por ejemplo, para las versiones de 55 pulgadas, los modelos más recientes se lanzaron por precios de salida de 1.300 euros. Hoy día es posible encontrar algunas ofertas por debajo de 1.000 euros, como esta disponible hoy mismo.

En lo sucesivo, el valor de cada una se las gamas va en aumento hasta llegar a la serie G1, que conforma la gama más alta de la compañía, con la últimas tecnologías patentadas por LG. Para hacernos una idea, los modelos lanzados bajo esta denominación se acercan a los 2.000 euros de partida. Lo mismo sucede con la renovación de esta, los televisores LG G2. En lo que respecta a las series intermedias, las gamas LG C1 y C2 vienen a sustituir a los modelos OLED CX del año 2020, mientras que los que pertenecen a la serie B1 se encuentran entre la serie C1 y la serie A1, con precios que se establecen entre los 1.400 y los 1.500 euros, si bien esto varía en función de la disponibilidad, los mercados y las diferentes promociones de la tienda de LG y distribuidores autorizados.

Imagen: la tecnología evo marca la diferencia

Toca hablar de la imagen, y más concretamente, de las tecnologías empleadas. Y es que a pesar de que todos cuentan con paneles OLED, la diferencia más sustancial la encontramos en la presencia de la tecnología evo. Se trata de una tecnología de imagen que permite aumentar el nivel de brillo máximo hasta en un 20%, así como la gama de colores, de forma que el HDR se ve beneficiado al contar con un mayor contraste. En la teoría, las cifras proporcionadas por LG se aproximan a los 900 nits.

Como era de esperar, las series G1 y G2 son las únicas gama que son compatibles con esta tecnología, así como algunos modelos de la serie C2. El resto de gamas cuentan con paneles OLED estándar, como son la serie A1, B2 y C1. Dicho de otra manera: son menor brillantes y con un abanico de colores más reducido, lo que afecta también a la calidad del HDR en el contenido compatible

Procesadores e Inteligencia Artificial, otro punto diferenciador

De la mano de la tecnología evo, también nos encontramos con diferencias en el procesador de imagen. Las series G1 y G2 y C1 y C2 cuentan con el procesador más avanzado de la compañía, el Alpha 9 de cuarta y quinta generación. No solo presenta un mejor desempeño de cara a la optimización de imágenes mediante IA, también es capaz de procesar resoluciones 8K y tasas de cuadro por segundo más altas. También mejora el sonido al mantener un nivel de volumen constante entre diferentes canales, aplicaciones o contenidos de emisión, además de ser compatible con la función AI Audio Pro que permite generar un sonido envolvente 5.1.2.

En cuanto al resto de series, el procesador montado por la marca es el Alpha 7, con menor potencia de procesado y sin las ventajas que acabamos de mencionar. Este se encuentra presente en las series A1 y B1, aunque habrá que ver si actualizan en sucesivas versiones.

Compatibilidad con las consolas de nueva generación y puertos HDMI 2.1 solo en la gama alta

El procesador Alpha 9 de cuarta y quinta generación no solo determina la calidad de imagen, también limita la cantidad de hercios que los televisores son capaces de reproducir, así como la compatibilidad con el estándar HDMI 2.1, el cual permite proyectar imágenes en resolución 4K a 120 FPS. Dicho de otra manera, la calidad máxima que las consolas de nueva generación son capaces de emitir.

Como era de esperar, la serie A1 carece de soporte nativo, tanto de HDMI como de 120Hz. En su lugar, los televisores son capaces de reproducir imágenes a 50Hz; es a partir de la serie B1 cuanto nos empezaos a encontrar estas especificaciones. Cabe señalar, no obstante, que algunos modelos limitan la reproducción de 120 cuadros a resolución 1080p. Los de la serie B1, por ejemplo, limitan la tasa a 100 FPS en resolución 2K, aunque esto varía en función del modelo. En el caso de las gamas más altas, los televisores son capaces de mantener semejante tasa de cuadros a resolución 4K.

A esto hay que sumarle la presencia de sistemas como VRR, que adaptan la frecuencia de emisión a la tasa emitida por la consola o tarjeta gráfica y cuyo funcionamiento es muy similar a tecnologías como FreeSync de AMD. De hecho, el procesador Alpha es compatible con los sistemas de Nvidia y AMD, de forma que podemos conectar cualquier ordenador compatible para disfrutar de todas sus ventajas.

El sonido también mejora en las gamas más altas

Ya hemos hablado de la presencia de tecnologías como AI Audio Pro, que en sus versiones más avanzadas es capaz de emular un sonido virtual 7.1.2. Además de las respectivas diferencias entre tecnologías, los televisores de gama alta cuentan con un sistema de sonido más potente. Por ejemplo, la serie OLED A1 cuenta con un sistema de altavoces estéreo de 20W (10W a cada lado), mientras que los televisores OLED B1, C1 y C2 y G1 y G2 suben la apuesta hasta los 40 y 60W respectivamente.

Por suerte, la compatibilidad con barras de sonido de la misma compañía no se ve afectada, aunque si la posibilidad de generar entornos virtuales con sonido envolvente debido a la mencionada compatibilidad con los sistemas AI Audio Pro.

Otras diferencias: diagonal, diseño, mando de control, conexiones disponibles…

El resto de diferencias no tienen nada que ver con la calidad sonora o de imagen, sino con la conectividad y el aspecto físico de los televisores. Por ejemplo, los modelos de la serie G1 están disponibles únicamente en versiones de 77, 65 y 55 pulgadas con soporte de pared opcional, mientras que los de la serie A1 añaden una variante de 48 pulgadas. La serie C1, por su parte, cuenta con televisores de hasta 83 pulgadas. Ahí es nada.

En lo referente al diseño, las gamas más altas cuentan con unas líneas más sofisticadas y unos marcos más optimizados. Esto también repercute en el modelo de mando y las funciones asociadas a este, como Magic Tap o el control de voz con manos libres. Las conexiones disponibles también difieren de una gama a otra tanto en número como en tipo de conexión: mientras que los modelos de la serie A1 cuentan únicamente con puertos HDMI 2.0, los de la serie G1 disponen de hasta cuatro puertos HDMI 2.1. Los de la serie B1, en cambio, cuentan con dos puertos HDMI 2.0 y dos HDMI 2.1. Otras diferencias como el nivel de eficiencia energética o el consumo eléctrico también son dignas de destacar, aunque esto puede variar en función del mercado y el etiquetado energético.

Por último, y aunque no por ello más importante, la diferencia de potencia entre procesadores podría limitar el soporte de actualizaciones a largo plazo. A fecha de publicación, la versión más reciente es webOS 6.0, por lo que habrá que esperar a la salida de la séptima iteración para conocer la política de actualizaciones de LG, la cual no ha estado exenta de polémicas que digamos.

Ficha comparativa