
Las tecnologías que se postulan para sustituir a los motores de combustión interna son variadas. La electrificación de las flotas de coches está en proceso, siendo esta una de las opciones elegidas mayoritariamente. Sin embargo, no es la única disponible. Los coches de hidrógeno también tienen mucho que decir en esta carrera por dejar atrás a los combustibles fósiles.
Pero, ¿en qué estado se encuentra realmente esta tecnología? En los siguientes apartados te hablamos de los pros y los contras de los coches de hidrógeno. También te contamos cómo funcionan realmente y qué implicaciones tienen con respecto al medio ambiente.
Coche de hidrógeno: cómo funciona este combustible
Aunque solemos hacer distinción entre los coches eléctricos y los de hidrógeno, lo cierto es que las semejanzas entre ambos es evidente. Tanto unos como otros necesitan electricidad para funcionar. La diferencia radica en el método que emplean para obtener la energía.
Los coches eléctricos recargan sus baterías gracias a fuentes externas de electricidad. Sin embargo, el coche de hidrógeno obtiene la energía mediante la oxidación de este elemento en una pila de combustible. Este proceso produce electricidad, además de agua, que es conducida hasta las baterías. Finalmente, el motor obtiene la electricidad desde las baterías.
A este proceso hay que sumar otro elemento indispensable: el tanque de hidrógeno. Sí, este elemento acerca el coche de hidrógeno al de combustión interna, pues en ambos casos es posible almacenar el combustible que se utiliza para generar la energía necesaria.
Ventajas del coche de hidrógeno
Con el repaso pertinente al funcionamiento de un coche de hidrógeno, es momento de repasar sus ventajas.
Son muy silenciosos
Debido a que funcionan con un motor eléctrico y no requieren hacer ningún tipo de explosión interna, estos coches son realmente silenciosos. En este sentido, presentan exactamente las mismas ventajas que cualquier otro coche eléctrico.
Tienes mayor autonomía que un eléctrico
Aunque son igual de silenciosos, los coches de hidrógeno tienen una mayor autonomía que los eléctricos. Como es posible almacenar el hidrógeno en un tanque, son capaces de ofrecer una autonomía muy similar a la de cualquier vehículo convencional.
No emiten sustancias tóxicas a la atmósfera
Otro punto fuerte del hidrógeno es que su uso como combustible no genera ninguna emisión nociva. Por lo tanto, estamos hablando de una opción de movilidad completamente ecológica. Con todo, eso no significa que no emitan nada. Concretamente, liberan vapor de agua.
Requieren poco mantenimiento
Tal y como pasa con los coches eléctricos, el mantenimiento es reducido. Se limita a los elementos habituales de seguridad pasiva y activa de cualquier otro vehículo, como los pneumáticos, los frenos o la luces y poco más. No requieren grandes inversiones en el ámbito del motor.
El tiempo de repostaje es similar al de los coches de combustión
Algo que preocupa a los que se compran un vehículo eléctrico es el tiempo de carga. La opción del hidrógeno soluciona este inconveniente. El tiempo para recargar el tanque de un coche de hidrógeno no supera los 3 o 4 minutos. De esta manera, estamos ante un tiempo de repostaje similar al de un coche de combustión interna que funciona con gasolina o diésel.
Es una apuesta por la ecología con etiqueta Cero Emisiones
La DGT otorga la etiqueta de cero emisiones a los coches que apuestan por una tecnología ecológica. Es el caso del hidrógeno que, como ya hemos comentado, no emite ninguna sustancia tóxica a la atmósfera. Entre las ventajas de la etiqueta Cero se encuentran el aparcamiento gratuito en zonas céntricas de las principales ciudades de España, la supresión del pago de peajes y otros descuentos en impuestos.
Desventajas de los coches eléctricos
Lamentablemente, no es oro todo lo que reluce. Los coches propulsados por hidrógeno también presentan algunas desventajas claras.
Son muy caros
Este es el principal problema de los coches de hidrógeno. Su precio aún es poco competitivo y eso los aleja de la mayoría de los bolsillos. Con el tiempo es posible que aparezcan modelos más baratos, pero de momento comprarse un coche de estas características supone una inversión grande para el consumidor.
Hay pocas gasolinera que ofrezcan hidrógeno
Otro contratiempo es que la oferta de hidrógeno en establecimientos especializados, como las gasolineras, todavía es minoritaria. Para que te hagas una idea, en 2020 solo había seis puntos de distribución disponibles en España. Y en países tan desarrollados como Alemania, su objetivo es alcanzar los 500 puntos de distribución durante esta década.
Tienen menos espacio debido a los componentes
El espacio que requieren los componentes necesarios, como el tanque o la pila de combustible, tienen consecuencias directas el tamaño del vehículo. Es difícil encontrar modelos pequeños que incluyan este tipo de tecnología. Además, el maletero es uno de los espacios que más penalización sufre por culpa de los componentes.
Hay poco donde elegir
De momento, pocas marcas ofrecen coches que funcionen con hidrógeno. Así que a la hora de comprar un modelo, el consumidor se encuentra con una gran escasez de propuestas. Si quieres comenzar a mirar alguno de los modelos disponibles en la actualidad, aquí tienes algunos ejemplos:
- Hyundai NEXO
- Toyota Mirai
- Honda Clarity Fuel Cell
- BMW i Hydrogen NEXT (aún no disponible en España)
- Hopium Machina (aún no disponible en España)
Tienen una vida útil más corta
Por último, otro de los problemas de los vehículos con hidrógeno es que su vida útil es menor con respecto a los coches de combustión. Por normativa de seguridad, la vida útil de un tanque de hidrógeno es de 15 años. La pila de combustible, por su parte, pierde potencia con el paso de los kilómetros. Un coche de hidrógeno con 225.000 kilómetros puede perder hasta un 15% de potencia.