Una semana de uso con el Samsung Galaxy S9+: me quedo con su potencia y su cámara

Samsung Galaxy S9 sello

Es el nuevo buque insignia de Samsung. Un móvil con estrella que la coreana quiere convertir en la referencia de 2018. En tuexperto.com hemos tenido acceso a su versión superlativa, el Samsung Galaxy S9+, que he podido probar durante una semana como móvil de cabecera. He usado WhatsApp sin piedad, he creado multitud de Instagram Stories, lo he llevado de viaje conmigo (la vida del periodista de tecnología) y hasta he hecho alguna que otra llamada (sí, el móvil también sirve para llamar, aunque a alguno se le olvide). Y la primera conclusión a la que he llegado es que es un móvil que querrás tener en tu bolsillo. Pero hay unos cuantos puntos que conviene aclarar…

Morado o «Lilac purple», el color del año y del Galaxy S9

Nada más verlo, me atrapó su nuevo color. Ese morado tan Purple Rain que hubiera elegido Prince para su móvil personal. “Por fin un color llamativo para todos y que da personalidad al dispositivo”, pensé en un primer momento. Un tono oscuro pero brillante que, culturalmente, podría casar tanto con hombres como con mujeres. Aunque el paso de los días me ha llevado a pensar que gustará especialmente a estas últimas.

tuexperto Recomenadado

Samsung Galaxy S9+

Pantalla 6,2 pulgadas, QuadHD Super Amoled curvada de 18,5:9
Cámara principal Gran angular: 12 megapí­xeles AF f/1,5-2,4 Estabilizador de imagen
Teleobjetivo: 12 megapí­xeles AF f/1,5
Cámara para selfies 8 megapí­xeles AF, f/1.7, ví­deo Full HD
Memoria interna 64/128/256 GB
Ampliación microSD de hasta 400GB
Procesador y memoria RAM Exynos 9810 de 10 nm, 64-bit de ocho núcleos, 6 GB de RAM
Baterí­a 3.500 mAh con carga rápida y carga inalámbrica rápida
Sistema operativo Android 8 Oreo/ Samsung Touchwiz
Conexiones BT , GPS, USB de tipo C, NFC
SIM nanoSIM
Diseño Metal y cristal, certificado IP68, lector de huellas dactilares. Colores: negro, azul y morado.
Dimensiones 158 mm x 73,8 mm x 8,5 mm (183 gramos)
Funciones destacadas Escáner inteligente (reconocimiento facial y lector de iris simultáneo), AR Emoji, fotografí­a con reducción de ruido, super cámara lenta, Bixby visión para calcular calorí­as en comida
Fecha de lanzamiento Marzo 2018
Precio 950 euros

Ojo, no es un móvil para pasar desapercibido. Samsung ha acertado por completo con el Purple Lilac. Es un color reconocible y vistoso que se asocia ya al Galaxy S9+ y la gente lo sabe. Así que no hay que extrañarse si te miran raro por la calle, seguramente estén envidiando que tengas el S9+.

He de hacer especial mención al detalle del acabado del terminal, que hace que este morado luzca con diferentes tonalidades según el tipo de luz que incide en él. Una luz filtrada en un día nuboso consigue que el morado se acentúe de forma más oscura, mientras que ante el sol natural hace que el tono se acerque más al rosa. No ha habido un día de uso que no le haya dedicado unos segundos a mirar y pensar “qué color tan curioso”.

lilac purple

Por lo demás, el diseño del Samsung Galaxy S9+ difiere poco de lo visto en los Samsung Galaxy S8 y S8+, con un cuerpo de aluminio y cristal que se curva en los laterales de la pantalla y que resiste al polvo y al agua.

El diablo está en los detalles

Y Samsung sabe más por viejo que por diablo. Con esto me refiero a la experiencia de uso que me ha brindado el Samsung Galaxy S9+, que ha sido realmente premium. Después de un tiempo probando terminales de gama media, he redescubierto por qué tener un tope de gama es la mejor opción para acabar con la ansiedad y la desesperación. Historias de Instagram que no se quedan colgadas, apps que abren al instante, fluidez al manejar la cámara… En el caso de este terminal, y gracias al procesador Exynos 9810 y a sus nada desdeñables 6 GB de memoria RAM, he vuelto a recordar lo que significa realmente la multitarea.

Aplicaciones y juegos siempre quedan disponibles sin ningún tipo de ralentización, parón o frenazo cuando cambias entre apps. Puede que esto solo suponga unos cuantos segundos extra al final del día, pero ha conseguido que, como usuario, sintiera que contaba con un móvil siempre preparado. Sensaciones que se potencian cuando saltas entre juegos con modelos 3D y aplicaciones cargadas de contenido como WhatsApp o Instagram (fijar contenidos en las stories y dibujar sobre ellas es muy rápido).

Además he dejado de sentir recelo por la capa de personalización de Samsung para Android, la conocida Touchwiz. De hecho, me han conquistado algunos detalles de su diseño, llevándome a jugar durante unos cuantos segundos con elementos tan sencillos como los iconos de la barra de notificaciones. Y es que, cuando se acumulan las alertas, puedes desplegar la barra y ver cómo los iconos de las diferentes aplicaciones van saltando para mostrarse en el menú desplegado.

Lo mismo que la sencilla franja morada que bordea la pantalla curvada cada vez que aparece una notificación (como puede ser un mensaje de WhatsApp), y que ha conseguido que aprecie, sobre todo a oscuras, las líneas redondeadas del Samsung Galaxy S9+. O incluso la pequeña transición que aparece en pantalla al desbloquear el dispositivo. Elementos que no hacen sino demostrar que la experiencia de uso es madura, cuidando cada detalle y rincón del terminal, más allá de cubrir las necesidades básicas. Simple y llanamente, un móvil que da gusto usar.

Tus seguidores de Instagram lo agradecerán

Servidor, que trata de ser un sibarita en esto de la fotografía, llevaba ya varios meses sin publicar una foto estática en Instagram. Algo que está relacionado en parte con no tener tiempo o creatividad para sacar a pasear mi cámara réflex. Pero, sobre todo, con el uso de móviles de gama media que no cumplen con la calidad que busco a la hora de publicar fotos que queden para siempre en Internet.

Pues bien, la racha se ha roto al entrar en juego el Samsung Galaxy S9+. Y no es que vaya a sustituir a una cámara de espejo o de corte profesional, pero los estándares mínimos y la resolución de sus cámaras y software ante cualquier tipo de escena ayuda enormemente.

Fotografía

No importa que hagas una fotografía a contraluz. O que la escena sea ligeramente oscura. O incluso que haya mucho contraste. Si por algo me ha sorprendido la cámara de este Samsung Galaxy S9+ esta semana es por saber que la foto va a quedar perfecta antes de ver el resultado. Y todo en automático. Si entramos en el modo Pro (manual) para trastear con sus valores, los resultados estarán a la altura del fotógrafo que cada uno lleve dentro. En mi caso, trastear con la cámara y hacerlo en diferentes situaciones me ha devuelto las ganas de fotografiar cualquier escena y comprobar el resultado. Las conclusiones ya comienzan a aflorar en mi Instagram, llegando a rivalizar con otras imágenes tomadas con cámara réflex. Eso sí, ocultando las diferencias tras algún filtro en blanco y negro. Solo los expertos notarán la diferencia.

Ahora bien, hay cuestiones a destacar. Las cámaras del Samsung Galaxy S9+ son luminosas, sí, y esto se debe a la apertura dual que puede saltar del f/2.4 al f/1.5, lo que en cristiano significa conseguir imágenes vívidas y llenas de detalle incluso en escenas oscuras. Ahora bien, mi experiencia ha llevado a quemar las fotos con tal de mostrar todos los colores y detalles de la imagen. ¿Es algo malo? No necesariamente, ya que al fin y al cabo, y en modo automático, consigue mostrarlo todo y sin perder ningún detalle. Sin embargo, los más puristas de la imagen quizá no disfruten con los colores, que resultan algo saturados y a veces poco reales. Algo en lo que también tiene mucho que ver la pantalla Super AMOLED. Con todo, las fotografías son realmente buenas en cualquier situación, y salvo algún problema con imágenes nocturnas algo quemadas, no me parece arriesgar mucho si digo que la cámara estará dentro del top 3 de este año.

En especial, mucho ojo al tratamiento (reducción) del ruido, que lo hace desaparecer de las instantáneas para conseguir un efecto de mayor calidad. Las fotos oscuras o las escenas habitualmente difíciles (contraluz o gran contraste) lucen realmente bien.

Además, Samsung ha puesto numerosos modos de disparo a su Samsung Galaxy S9+, y en mi semana de uso he probado algunos como el de comida. Tampoco me he resistido a crear mi Emoji AR o jugar con la cámara súper lenta, aunque son funciones que acaban rápido en el olvido. Dentro de la súper cámara lenta hay que destacar que la detección de movimiento funciona muy bien, pero el enfoque y la definición del resultado no siempre es satisfactorio. Eso sí, con una buena iluminación el resultado me ha dejado con la boca abierta. Por su parte, los Emoji AR son divertidos, pero apenas me he sentido identificado con mi avatar, por lo que ha pasado rápidamente a ser una función curiosa pero secundaria.

Seguro a la par de cómodo

Otra de las novedades que ha incluido Samsung en este Samsung Galaxy S9+, y también en el S9 normal, es el denominado escáner inteligente. Una mezcla entre el escáner de iris y el reconocimiento facial visto en otros terminales como el Samsung Galaxy Note 8 o el Samsung Galaxy A8. La diferencia es que ahora es una especie de todo en uno y, sinceramente, me ha encantado.

Tras mi contacto con el reconocimiento de rostro del Galaxy A8, que permite desbloquear el terminal al reconocer al usuario, tenía ciertas dudas ante el funcionamiento de esta característica. Sobre todo si, además, debía trabajar conjuntamente con el escáner de iris. Pues bien, ya no concibo desbloquear el terminal de otra manera. De hecho su rapidísimo lector de huellas ha pasado a ser mi segunda opción. Y es que el escáner inteligente me ha dado acceso al móvil incluso cuando está sobre una mesa y he tenido que sacar papada para colocar mi cara frente al terminal. Este escáner me ha funcionado en la inmensa mayoría de veces que he necesitado acceder al terminal, incluso cuando solo he mirado la hora en la pantalla.

Es ágil y es cómodo, y funciona incluso en entornos oscuros. Esto se consigue gracias a la luz infrarroja que se proyecta desde el frontal del dispositivo para reconocer nuestras facciones. Desde luego también me ha fallado en alguna ocasión, sobre todo en la oscuridad total de una habitación. En esos casos sí me he visto obligado a usar la huella dactilar, que también es un sistema realmente rápido en este móvil.

seguridad

El tutorial de registro de mi rostro e iris ya me advirtió de que no debía estar frente a una luz directa y no debería llevar gafas. Lo seguí al pie de la letra y el resultado ha sido maravilloso. Realmente funciona, y no importa los pelos (peinado) que tenga nada más despertarme, o incluso que use mis gafas a lo largo del día. Sea como sea el Samsung Galaxy S9+ me reconoce y me da acceso con solo colocarme frente a la cámara para selfies. Y sin necesidad de estirar el brazo o hacer poses raras. Jamás pensé que este sistema fuera a funcionar. Menos aún que se usase más que la huella dactilar. Ahora he de replantearme todo esto. Seguro que lo echaré de menos cuando tenga que probar otro móvil.

No me llevo bien con Bixby

Samsung sigue esforzándose por dar voz a su asistente inteligente. Aunque sea en coreano, chino o inglés, pero todavía no en español. Y esto es algo que se sufre como usuario. El diseño del Samsung Galaxy S9+, al igual que pasó con el S8 y S8+, incluye un botón dedicado exclusivamente a Bixby y sus posibilidades (si lo mantienes presionado activas la escucha sin siquiera entrar en su menú). Un botón que he deshabilitado el segundo día de uso de este terminal. Por varias razones, además.

Una de ellas es la falta de conocimientos de idiomas de Bixby. Aun sabiendo “manejarme” en inglés, el castellano es mi lengua materna, el idioma en lo que pienso y lo primero que me sale cuando necesito la ayuda de un asistente. Y Bixby, de momento, no habla mi mismo idioma pese a que casi ha pasado un año desde su aparición en el mercado. Otra de ellas era la constante confusión e invocación del asistente. La capa de personalización de Samsung tiene muy en cuenta al asistente, e incluso permite lanzar un botón flotante sobre la pantalla. He terminado por desactivar este asistente, que acaba pasando desapercibido a la espera de mejoras y más posibilidades. Una lástima, pero de momento estamos más cerca del “Ok, Google” que el “Hi, Bixby”.

Botón de bixby

Por cierto, Samsung no da opción, a menos de manera oficial, a ocupar este botón con cualquier otra opción, asistente o herramienta del terminal. Esperemos que pronto salga en castellano para que valga la pena volver a darle una oportunidad.

La carga rápida, necesaria

Desde la llegada de la carga rápida, la batería puede ser un tema más o menos controvertido. ¿Necesitamos baterías más grandes cuando podemos cargarlas más rápido? ¿O preferimos móviles delgados y estilosos? Pues sí y no, y todo lo contrario. Aquí cada uno ha de decidir qué le resulta más cómodo y útil. Y, sobre todo, cómo utiliza su móvil. Aquellos que opten por comprarse el Samsung Galaxy S9+ se encontrarán con un dispositivo de 3.500 mAh, que sobre el papel no está nada mal. Ahora bien, su pantalla de 6,2 pulgadas y su procesador (a pesar de estar fabricado en 10 nanómetros) pueden agotarla antes de que acabe el día.

Mi día a día se suele componer de un gran número de veces de consulta de WhatsApp e Instagram (no me juzguéis). Por supuesto, también tengo mis momentos de Clash Royale, además de alguna que otra llamada al día. La mayor parte del tiempo estoy conectado a una red WiFi, aunque no dudo en usar datos y aplicaciones que hacen uso del GPS cuando salgo de casa o la oficina. Pues bien, unos días he llegado al final de la jornada apurando las últimas chispas de la batería, mientras que otros me he visto obligado a enchufar y cargar durante unos minutos el terminal.

carga rápida

En esta semana no ha pasado ni un momento en el que me haya quedado sin carga en el Samsung Galaxy S9+, y esto tengo que agradecérselo a la carga rápida. Pero es verdad que he tenido que ser previsor en alguna ocasión para llevar conmigo el cargador o asegurarme unos cuantos minutos de carga previa antes de salir de casa. Nada que me haya hecho usar menos el dispositivo. Y como prueba he de decir que en ningún momento he activado el modo de ahorro de energía.

Siendo sinceros, lo ideal sería disfrutar del móvil durante el día sin tener que estar pendiente del porcentaje de batería. A pesar del excelente rendimiento de la carga rápida.

Un móvil maduro y lleno de extras

Durante estos días de uso también me he percatado de un par de detalles relacionados con la interfaz que me han dejado buen sabor de boca. Aunque al principio me sentía abrumado, algunas notificaciones han influido durante estos días para tratar de mejorar mis hábitos de uso del terminal y de salud.

Una vez que registras tu cuenta de usuario de Samsung y te pasas por aplicaciones propias de la compañía como S Health, es habitual que el dispositivo te notifique ciertas situaciones. En mi caso, que me gusta contabilizar la actividad física con el fin de motivarme (o tratar de hacerlo) para estar activo, he recibido ciertas notificaciones de alerta de actividad. E incluso ha sido en estos casos cuando he usado la página home de Bixby para saber cuántos pasos he dado en el día o las calorías quemadas. Sin embargo, la sencilla notificación ya resolvía algunas de estas dudas y ha hecho que mi experiencia de uso sea interesante y completa, a pesar de ser un dato complementario.

móvil maduro

Además, es de agradecer que el sistema no me haya sobresaturado con las, hasta ahora, habituales notificaciones de mantenimiento y de recordatorio de algunos de los servicios de Samsung. A saber: recomendaciones de cierre de aplicaciones que consumen demasiada energía (la multitarea en este móvil es una delicia), la sugerencia de crear una segunda cuenta de WhatsApp con mensajería múltiple, u otras cuestiones similares. A partir del segundo día de uso no ha habido ninguna recomendación, ni sugerencia, ni comentario que haya empañado mi experiencia de uso. Gracias por cuidar esto y limpiar la imagen cansina de Touchwiz, Samsung, es de agradecer.

Tampoco han pasado desapercibidas otras características que no hacen sino sumar puntos positivos a la experiencia. Aunque de momento han sido solo unos días, tener acceso a elementos como el brillo azul de la pantalla, la tecnología Dolby Atmos que mejora el sonido o la iluminación edge, solo mejora el uso del Samsung Galaxy S9+. Todo ello desde la barra de notificaciones, donde tanta opción puede llegar a abrumar en un primer momento, pero que solo me ha servido para personalizar y mejorar mis sensaciones en el uso del dispositivo.

multitarea del S9+

Aparte de esto me he encontrado con características ya clásicas de Samsung como es la inclusión de Knox para contar con una carpeta segura dentro del dispositivo o Samsung Pass para tener todas nuestras contraseñas y cuentas siempre a mano. La tienda de aplicaciones Galaxy Apps o la herramienta Samsung Gear para emparejar dispositivos wearables también llegan preinstalados, aunque no hagamos uso de ellos. Lo mismo ocurre con las aplicaciones de Microsoft Word, Excel y PowerPoint, además de OneDrive y LinkedIn. Un añadido que no está de más dada la capacidad del móvil, que siempre se puede ampliar con tarjeta microSD de hasta 400 GB, pero que en mi caso particular no he usado en favor de las herramientas propias de Google, a las que ya estoy totalmente acostumbrado.

Veredicto tras una semana de uso

Dicho todo lo anterior y mientras sigo con las pruebas para hacer un análisis aún más exhaustivo en cuanto a rendimiento, autonomía y posibilidades fotográficas, puedo asegurar que el Samsung Galaxy S9+ es y será uno de los terminales del año. Toda su ficha técnica no solo está equilibrada, sino que cuenta con los avances tecnológicos esperados, sin necesidad de copiar a otras compañías o imitar al dedillo su diseño.

El Samsung Galaxy S9+ sigue siendo muy Samsung, y es algo de agradecer. Su gran pantalla, sus edges y sus acabados hacen que el móvil sea realmente reconocible. Más aún si le añadimos el morado o Lilac Purple como color final, que ya está indudablemente ligado a este móvil. En la mano las sensaciones son de calidad y los acabados permiten que sea resistente al polvo y al agua, o que podamos cargarlo de forma rápida incluso en su modo inalámbrico. Ahora bien, seguiremos dejando las huellas por todo su dorso, aunque este es un problema ya extendido a todas las marcas fabricantes (por favor, basta ya de acabados que se ensucian con solo mirarlos).

La pantalla es magnífica, realmente luminosa y capaz de mostrar un grado de detalle realmente elevado. Eso sí, durante mi semana de uso no he superado la resolución FHD+ (2.220 x 1080 píxeles), ni falta que me ha hecho. Fotografías, vídeos y juegos no suelen requerir más resolución ni el ojo humano detecta el salto gráfico a WQHD+ (2.960 x 1.440 píxeles) que es capaz de alcanzar esta pantalla. Todo ello con tecnología Super AMOLED que nos permite disfrutar no solo de imágenes de calidad con negros reales, sino de funciones como Always OnDisplay, en este caso con fondos que encienden algunos píxeles de color. Toda una experiencia de personalización y de uso elaborada y preciosista. Me ha encantado mirar cada detalle de este móvil.

Y lo mismo en el devenir del uso durante la semana. Las aplicaciones no se paralizan, ni cuando existe toda una ristra de ellas abiertas y disponibles en segundo plano. En mi caso, he cerrado eventualmente todas estas aplicaciones en segundo plano por pura costumbre, y en ningún momento porque haya apreciado que el móvil funcionase más lento. Es una auténtica bestia y no hay aplicación ni juego que se le resista.

samsung galaxy s9+

En cuanto al apartado fotográfico poco más hay que añadir. La cámara (cámaras en realidad) del Samsung Galaxy S9+ va a ser una constante referencia durante el devenir del 2018. Quizá no sea la mejor a la hora de capturar el color de una imagen, pero es realmente resolutiva. Al menos ante todas las situaciones que le he planteado en estos 8 días de uso. Apenas sin ruido, con una gran luminosidad y con toda clase de efectos y añadidos extra por si la fotografía per se no te es suficiente. Desde luego yo he revivido mi amor por publicar instantáneas hechas con el móvil, más allá de la cámara réflex.

Quizá sea la batería el punto más controvertido. Sus 3.500 mAh me han servido para llevar a cabo toda clase de acciones cotidianas. Eso sí, es la carga rápida la que de verdad me ha permitido olvidarme de los problemas de la autonomía. No he usado en ningún momento el modo de ahorro de energía, ni he limitado mi actividad, aunque sí me he visto obligado a cargarlo algunos minutos algún día que otro para acabar con carga la jornada. Y cuando digo unos minutos me refiero a menos de 15 minutos.

Samsung

Dicho lo cual, el Samsung Galaxy S9+ podría transformarse, sin ningún problema ni temor, en uno de los móviles de cabecera de este 2018. Resuelve todo con calidad y maestría. Con experiencias de uso maduras, bonitas y atractivas para cualquier usuario. Puede que no resulte demasiado rompedor frente al Samsung Galaxy S8+, pero es un paso lógico, seguro y de calidad para Samsung.

Samsung Galaxy S9 Celestino Garcia

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