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Si Eduardo Bautista hubiera permanecido en silencio como hasta ahora, el fuego no se habrí­a avivado. Pero resulta que una semana después de encenderse la polémica acerca de su cuantiosa jubilación, el presidente de la SGAE ha decidido hablar en una entrevista concedida a El Paí­s y pronunciarse acerca de las escandalosas cuestiones que de un tiempo a esta parte mantienen a la entidad en el punto de mira de la comunidad de internautas y la sociedad española en general.

Pues bien, a Teddy le ha sobrado tiempo para hablar de lo que Google deberí­a pagar a Telefónica, al hilo de las recientes y polémicas declaraciones de César Alierta, presidente del ex-monopolio. Bautista coincide con Alierta en la injusticia de que Google utilice las redes telefónicas para extender sus servicios sin abonar ni un céntimo, de manera que ha resuelto el embrollo indicando que lo más conveniente es que Google pague a Telefónica y que a su vez la operadora pague a la SGAE. Y tan ancho se quedó.


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¿Pero alguien ha detectado algo raro en las respuestas del vilipendiado presidente? Por todos es sabido que el ejército de inspectores de la SGAE viene visitando peluquerí­as, cafeterí­as y teatros a troche y moche, tendiendo la mano para recibir dinero a mansalva, muy a pesar del aluvión de crí­ticas que se ha vertido sobre la entidad en general. Pero oí­dos sordos. Aludiendo precisamente al caso de las peluquerí­as, Teddy Bautista encuentra curioso que los peluqueros españoles se quejen por tener que pagar seis euros al mes, mientras que en Francia pagan más de cuarenta. Es así­ como podemos entender que la SGAE no tenga lí­mites, sobre todo si se trata de pagar jubilaciones millonarias a sus dirigentes.

El nuevo modelo de negocio que defiende Bautista para tender la mano a los deleitosos dineritos de Google no es la única perla que ha soltado el directivo, no. El que fuera cantante en la versión española de Jesucristo Superstar también ha dedicado unos minutos a los medios de comunicación que cubren a menudo los últimos despropósitos de la SGAE.

El hombre asegura que «se malgastan rí­os de tinta contando casos como el de la obra de teatro de Garcí­a Lorca» y que la SGAE no tiene mala prensa, sino que tiene prensa mala. Ha hablado de las nuevas medidas del Ministerio de Cultura (refiriéndose a la polémica ley que pretende el cierre de varias páginas web) como medidas razonables que satisfacen a ambas partes. Claro está, dirigiendo sus palabras desde su despacho en el palacio de Longoria, reafirmándose de nuevo en sus intenciones de reformar el Palacio de Boadilla del Monte entre otras obras descomunales que podrí­an ejecutarse durante los próximos meses, pagadas cómo no, a golpe de canon, concierto benéfico y despropósito cultural. Tiene lógica financiera, dice Teddy. Y cuánta razón tiene.

Fotos de: SebúlcorPetezin

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