Un paseo por las calles de Akihabara

Akihabara es el lugar soñado por todo friki. Uno de tantos barrios-bazar de Tokyo lleno de actividad diurna y nocturna, carteles luminosos gigantes y tiendas de todos los tamaños. Desde grandes centros comerciales hasta comercios pequeños que podrí­an pasar por una sencilla fruterí­a, con sus cajas de mercancí­a y expositores en la acera. Pero en lugar de tomates o patatas, están llenos de móviles, ordenadores portátiles, discos duros y toda clase de gadgets.

Hubiese sido un pecado imperdonable no acercarse a la apodada «Electric Town», aprovechando el viaje a Tokyo para la presentación de los nuevos Toughbook de Panasonic. Tras caminar unos metros por sus calles uno comprueba que, en efecto, este barrio es un monumento dedicado a los amantes del manga, la tecnologí­a, los videojuegos y toda la cultura geek en general. Sólo en Akihabara podrí­a haber un centro comercial de cinco plantas dedicado en exclusiva a una marca tan mí­tica como Sega.

Y sólo allí­ uno puede ver escenas como la de arriba. Mientras que en Europa aún vamos a tener que esperar un tiempo para ver tantos ultraportátiles de bajo coste juntos, en Akihabara hace semanas que puedes encontrar expositores con el Acer Aspire One, el HP Mini Note, el primer Asus Eee, el Fujitsu-Siemens Amilo Mini, el MSI Wind y el Dell Inspiron Mini. Todos de una tacada, como el que tiene una estanterí­a de mecheros de colores en la puerta del estanco.

Claro que todo esto puedes verlo andando por la calle. Algunas tiendas están menos a la vista, por no decir ocultas. Pero tuvimos la suerte de tener un guí­a de excepción en Tokyo. Jose, editor de iPhoneros y UnGatoNipón, nos llevó hasta una tienda especializada en robots casi camuflada en la tercera planta de un edificio de Akihabara. En la imagen podéis ver, entre otros, a Robovie, y por allí­ también andaban Pleo y Ema. Lástima que no cabiesen todos en la foto.

Y esto es sólo una pequeña muestra de lo que puedes encontrarte por estos lares. Si los musulmanes tienen que ir al menos una vez en la vida a la Meca, Akihabara deberí­a ser un destino de peregrinación similar para todo geek. Y sí­, las doce horas de avión y el jet lag merecen la pena. Incluso el no poder fumar por la calle, que está prohibido en Akihabara y en otros barrios de Tokyo con intenso tráfico de transeúntes, se queda en una mí­nima molestia. Y si no eres fumador, entonces no tienes excusa (siempre y cuando puedas pagarte el billete de avión, que sale por un buen pico).