Eso de situar las fotos en el sitio donde fueron tomadas parece ser una tecnología con futuro. Si no que se lo cuenten a los creadores de la web Panoramio cuando Google les hizo una oferta de compra que no pudieron rechazar. Ahora Sony y Nokia han visto un filón comercial en lo que muchos llaman «geolocalización de fotos», una tecnología que permite situar en el mapa cada foto que hacemos. Estas dos empresas quieren integrar la tecnología en sus cámaras. Y para eso tienen dos fórmulas: colgar en nuestro brazo un localizador GPS o instalar un programa en nuestro teléfono móvil.
Sony ya lo intentó hace un par de años con el GPS-CS1, un pequeño dispositivo GPS, de menos de 100 gramos de peso, que memoriza el lugar desde el que hacemos las fotos con alguna cámara o videocámara marca de la casa. La información se añade a las fotos cuando descargamos al ordenador tanto el contenido de la cámara como los datos del dispositivo GPS. El próximo verano lanzará una nueva versión, GPS-CS1KASP, capaz también de geolocalizar vídeos.
Nokia prefiere aprovechar sus propios teléfonos que llevan GPS incorporado, como el N95 o el N82, para añadirles la geolocalización a través de software. Es el programa Nokia Sport Tracker, que hace mucho más que geolocalizar fotos. Tanto en gadgetoblog como en xatakamovil podéis leer análisis sobre este programa que registra la distancia, el tiempo, el recorrido y otros datos sobre nuestro paseos y sesiones de footing o ciclismo.
¿Pueden tener realmente éxito estas ideas? El caso de Sony es el más complicado, ya que supone llevar un gadget más encima sólo para localizar fotos y vídeos. Aparte de los 100 euros extras que hay que pagar por él. El programa de Nokia tiene dos grandes atractivos: es gratuito y, como hemos visto, tiene muchas más funciones. Su principal inconveniente es que sólo funciona directamente en móviles cuyo precio no está al alcance de todos.
Puede instalarse en terminales de Nokia más económicos que no incorporan GPS, pero es necesario que tengamos un receptor GPS aparte y que pueda comunicarse sin cables con el teléfono, usando la conexión Bluetooth. Por lo tanto, tenemos el mismo problema que el receptor de Sony.
En definitiva, apostamos porque estos sistemas triunfarán más a modo de programas que de cacharros extra. Y posiblemente en los próximos años comenzaremos a verlos como equipamiento de serie de más y más cámaras, videocámaras y telefónos móviles. Aunque todavía está por verse.
Vía: reghardware