En su día, el mando a distancia de la tele fue toda una revolución. Trajo consigo comodidad y nuevas formas de interacción social (antológicas son las batallas familiares por «tomar el mando» a la hora de la comida). Pero desde entonces se ha avanzado muy poco. Algún cambio en el diseño, modelos universales que sirven para casi cualquier aparato… Pero en esencia, poca cosa. En los últimos días, hemos conocido dos nuevas soluciones que innovan de verdad: el Pultius de Art Lebedev y sistema de gestos y palmadas de JVC.
El primero es un mando a distancia que replantea el concepto de ergonomía. ¿Para qué pulsar varias teclas para sintonizar un canal cuando podríamos tener mandos con 102 teclas numéricas y más de medio metro de largo? Así es, teclas para dar y regalar, y así no tener que volverse loco con los canales de la tele por cable o por satélite. Todo en un mando de grandes dimensiones, en la línea de los modelos XXL de Brookstone.
En la parte baja hay tres teclas para las centenas (100, 200 y 300), y con el resto elegiríamos las dos últimas cifras para controlar un total de 399 canales. El color de las teclas va cambiando gradualmente a lo largo de la superficie del Pultius, que de punta a punta mide concretamente 50,8 centímetros. Si estás pensando en una analogía con cierta parte de tu anatomía, lo sentimos, pero no cuela (mejor compara con estos juguetes con control remoto, que todavía puede pasar por creíble).
Lo bueno de este mando, además, es que si se le gastan las pilas, no pasa nada. Prácticamente podrías pulsar las propias teclas del televisor estirando un poco el brazo desde el sofá. Si me apuras, también te alcanzaría para cerrar la puerta del salón, para esos momentos en que el pesado de tu compañero de piso pone la música a todo volumen en su habitación.
Habrá que esperar un tiempo para verlo en las tiendas, si es que llega, ya que es sólo un prototipo de los diseñadores de Art Lebedev (esos que ya nos sorprendieron con Mus2, el ratón más puntero que hemos visto).
La segunda de las soluciones la vimos en la Feria CEATEC, celebrada recientemente en Tokyo. Consiste en renunciar completamente al mando a distancia. ¿Otra pantalla táctil tipo Microsoft Surface? No, aquí no hay nada que tocar. Es algo más cercano a aquella escena de Minority Report, en la que el protagonista controlaba un ordenador moviendo las manos en el aire. Sólo hay que ponerle un micrófono y una videocámara a la tele, para que pueda vernos y escucharnos.
Lo ha presentado la firma japonesa JVC, y se basa en gestos y palmadas. Cada usuario lo programaría a su gusto. Por ejemplo: una palmada (sube el volumen), dos palmadas (apágate), tres palmadas (pon el Canal Chismorreo, que están dando el programa de Ana Rosa)…
Es como esos sistemas para encender y apagar la luz, con la diferencia de que no sólo hay que aplaudir. También moveríamos el brazo para navegar por los menús de la tele, y doblaríamos el dedo para acceder aquí o allá, como cuando hacemos clic con el ratón del ordenador.
Exacto, tampoco es algo que vayas a ver mañana en la zona de electrodomésticos del super de tu barrio. Los chicos de JVC están trabajando en ello en este momento. En cualquier caso, tanto este sistema como el mando superlargo tienen su punto, y en unos años podrían irrumpir con éxito en el mercado. Seamos justos: podrían interesarle a cualquier persona. No están enfocados a un grupo concretísimo de la sociedad, como los Phasers universales.
Vía: engadgethd (artículo 1 y artículo 2)