La rivalidad entre Microsoft y Google ha sido bien conocida durante muchos años. Sin embargo, ha habido períodos en los que esta se ha hecho más manifiesta. Y parece que este vuelve a ser uno de ellos.
Y es que la compañía de Mountain View ha revelado un fallo de seguridad encontrado en Microsoft Edge, el navegador de Microsoft, antes de que la de Redmond haya tenido tiempo de sacar el parche que lo solucione.
Neowin ha sabido que la compañía Google detectó el fallo de seguridad y lo comunicó a Microsoft en noviembre de 2017. Le dio a la compañía 90 días para solventar el problema antes de hacerlo público. Consideró que se trataba de un fallo con una gravedad media.
Transcurrió el plazo, pero Microsoft no tenía una solución en su poder. La compañía del buscador decidió darle otros 14 días más. Pero, pasado este tiempo, Google ha revelado el fallo de seguridad.
Todavía no hay solución para el agujero de Microsoft Edge
Transcurridos los 90 días, Microsoft todavía no había encontrado la solución para el fallo de seguridad en Microsoft Edge. A partir de entonces, Google le dio a la compañía un período de gracia de 14 días más, que tampoco fueron suficientes para dar con un parche efectivo.
Se trataba de que la de Redmond tuviera tiempo para dar a conocer la solución en su lanzamiento mensual del Patch Tuesday de febrero. Microsoft cree que la solución es más compleja de lo que inicialmente esperaba. Y lo cierto es que a estas alturas, todavía no está claro cuando llegará el remedio a este problema.
Lo cierto es que en otras ocasiones, Google ha hecho excepciones a su regla de los 90 días. Pero pocas veces con Microsoft. En 2016, por ejemplo, la firma reveló un vulnerabilidad grave tan solo diez días después de haber informado a Microsoft. También lo hizo en el pasado con fallos de Día Cero en Windows, revelando su existencia antes de que los parches estuvieran disponibles.
Google, en cambio, tuvo un poco más de paciencia con las vulnerabilidades Meltdown y Spectre. Los ingenieros de Google descubrieron los fallos de la CPU de Intel y AMD, pero los fabricantes tuvieron unos seis meses para solucionar los problemas, antes de que fueran revelados a principios de este año. En ese caso, claro, también había dispositivos con Chrome OS y Android afectados.