Frases sobre la ola de calor de julio puede haber muchas, pero ninguna nos ayudará a mitigar las consecuencias de esta sensación infernal. Con la llegada de las altas temperaturas, surge la eterna pregunta: ¿es mejor optar por un aire acondicionado o un ventilador de techo para mantener nuestro hogar medianamente fresco? En pleno 2024, ambas soluciones de climatización ofrecen características que pueden hacer que la elección entre uno y otro no sea tan sencilla. A continuación, analizaremos los pros y los contras de cada sistema para ayudar a tomar la mejor decisión.
Aire acondicionado vs ventilador de techo, ¿cuál elegir en 2024?
A la hora de comparar un aire acondicionado convencional con un ventilador de techo, el apartado económico suele primar sobre otros aspectos. Pero hay bastante miga que desgranar, sobre todo en lo referente a eficiencia energética, efectividad y, por supuesto, su instalación y mantenimiento, aspectos que valoraremos uno a uno a continuación.
Eficiencia energética y coste
Una de las principales consideraciones a la hora de elegir entre aire acondicionado y ventilador de techo tiene que ver con la eficiencia energética y el coste asociado. Los ventiladores de techo son mucho más eficientes en términos de consumo de energía. Y hay un buen motivo.
Al contar únicamente con un motor eléctrico que rota, funcionan a una fracción del coste de un aire acondicionado, lo que se traduce en un menor coste a corto y medio plazo. Hoy día, los ventiladores de techo más modernos utilizan motores de corriente continua, que son incluso más eficientes y silenciosos que los de antaño.
Por otro lado, los aires acondicionados, especialmente los modelos más avanzados, han mejorado considerablemente su eficiencia energética. En este caso, recurren a la tecnología inverter para ajustar la velocidad del compresor y mantener una temperatura constante, reduciendo el consumo de energía en comparación con los modelos tradicionales. A pesar de ello, incluso con estos avances, el coste operativo de un aire acondicionado sigue siendo mayor que el de un ventilador de techo.
Instalación y mantenimiento
Como habrás podido imaginar, los ventiladores de techo son generalmente más fáciles y económicos de instalar. Por lo general, tan solo requieren una conexión eléctrica y pueden ser instalados en la mayoría de las habitaciones sin mayores complicaciones y sin necesidad de recurrir a un servicio técnico especializado, con todo lo que ello conlleva. Eso por no hablar de que el mantenimiento de un ventilador de techo es mínimo, generalmente limitado a la limpieza periódica de las aspas y la lubricación del motor.
En cuanto a los aires acondicionados, la instalación de uno de estos aparatos puede ser más complicada y costosa, especialmente si se trata de un sistema centralizado. Si optamos por un splitter individual, el precio medio ronda los 200 euros, que se suma al propio precio del aparato en sí. Asimismo, los aires acondicionados requieren un mantenimiento más riguroso, incluyendo la limpieza o el reemplazo regular de filtros, la revisión de los niveles de refrigerante y la limpieza de las unidades exteriores.
Precio de adquisición
Como comentábamos anteriormente, el coste inicial de instalación suele ser el principal factor decisivo. En términos generales, los ventiladores de techo son mucho más económicos. Un buen ventilador de techo puede costar entre 100 y 300 euros, dependiendo de la marca y las características. Eso si dejamos a un lado la instalación, que puede ser realizada tanto por nosotros mismos como por un electricista, con un precio que suele rondar entre 50 y 150 euros.
¿Y qué hay de los aires acondicionados? Las unidades de ventana o portátiles pueden costar entre 300 y 600 euros, mientras que los sistemas split comienzan alrededor de los 500 euros y pueden llegar hasta los 2.000 euros o más para modelos de alta gama. Por último, la instalación de un sistema split puede llegar a superar los 400 euros en algunos casos, dependiendo de la complejidad y su ubicación.
Efectividad en el enfriamiento
No hay discusión; en términos de capacidad de enfriamiento, los aires acondicionados son claramente superiores. Estos aparatos pueden bajar la temperatura de una habitación en pocos minutos, incluso en los días más calurosos del verano, además de contar con filtros de aire que mejoran la calidad del aire interior, eliminando alérgenos y polvo. Su versatilidad también nos permite recurrir a estos sistemas en invierno, por lo que su uso no se limita únicamente al verano.
Los ventiladores de techo, en cambio, no enfrían el aire, sino que crean una corriente que hace que la sensación térmica sea más baja. Esto puede ser suficiente en climas moderados o en días no demasiado calurosos, mas no en regiones donde las temperaturas se disparan. Que la temperatura interior de la sala o habitación no disminuya también contribuye a una mayor sensación de ineficiencia, lo que nos obligará a mantenerlos encendidos durante muchas más horas. Y que no puedan ser usados para calentarse es, sin lugar a dudas, otro de sus grandes inconvenientes.
Entonces, ¿cuál es mejor, aire acondicionado o ventilador de techo?
La elección entre un aire acondicionado y un ventilador de techo depende de varios factores, incluyendo el clima de la región, el presupuesto y las necesidades de confort. Los ventiladores de techo son una opción más económica y eficiente para climas moderados y como complemento a otros sistemas de enfriamiento. Los aires acondicionados, aunque más costosos, ofrecen un nivel de confort superior en climas cálidos y pueden mejorar la calidad del aire interior.
En última instancia, la mejor solución podría ser una combinación de ambos: utilizar ventiladores de techo para mantener el aire en movimiento y reducir la dependencia del aire acondicionado. También podemos optar por aparatos de aire acondicionado portátiles, con precios más económicos, más efectivos que los ventiladores y con la posibilidad de moverlos a elección. Eso sí, suelen generar bastante ruido y no son muy compatibles con ambientes silenciosos.