Mi experiencia con el móvil Xiaomi 13T tras una semana de uso

Xiaomi ataca de nuevo la gama media con una propuesta de lo más interesante. Mantiene su política reciente de aumento de precios. Pero también de calidad y posibilidades. Por eso este Xiaomi 13T se convierte en un móvil más que interesante para quienes no quieren alcanzar los precios de la gama alta pero sí exigen buenas cámaras, pantalla y rendimiento. Todo ello por un precio de 660 euros, diferenciándose de los terminales de gama media más asequibles de otros fabricantes, y señalando cómo Xiaomi se ha convertido en una de esas marcas de renombre con componentes de calidad. Aunque esto puede hacerles perder clientes.

Sea como fuere, he usado este Xiaomi 13T como móvil personal durante toda la semana. Gracias a ello he podido probar cómo se comporta su pantalla AMOLED de 6,67 pulgadas, lo que dura realmente su batería de 5.000 mAh, o todo lo que es capaz de mover el procesador MediaTek Dimensity 8200-Ultra con MIUI 14 en el control. Te lo cuento a lo largo de este análisis pormenorizado del Xiaomi 13T.

Xiaomi y Leica: sí pero no en este Xiaomi 13T

Aunque es uno de los pilares principales de este Xiaomi 13T, parece que la asociación de Xiaomi y la marca de lentes fotográficas Leica no termina de asentarse en este terminal. El pilar se tambalea en este caso con resultados enfrentados. Por un lado está el objetivo principal, con un sensor IMX707 de 50 megapíxeles de lo más resolutivo y capaz para casi toda clase de escenas. Lo acompaña un teleobjetivo Leica, también de 50 megapíxeles, con el que se aprovechan muchas de las funciones y modos de fotografía añadidos. Por último, más testimonial, está el ultra gran angular, también Leica, pero de solo 12 megapíxeles en este caso.

Pero por otro lado están los retoques de Leica. Como sucedió en el Xiaomi 13 Pro, podemos escoger entre un filtro auténtico y respetuoso o uno vívido que potencia los colores para tratar de conseguir un efecto wow con las fotos. Y, además, añade nuevas opciones en el modo retrato para jugar con las ópticas y los filtros.

Pues bien, después de jugar unos cuantos días me he descubierto aplicando siempre el estilo auténtico de Leica y evitando notablemente el modo retrato de esta cámara. Y es que, sobre un sensor mejor, como el del Xiaomi 13 Pro, el resultado era más fino y disfrutable. Lejos de ser perfecto, pero con más calidad y con menos aberraciones. Sin embargo, en este Xiaomi 13T los efectos que se aplican a los retratos no quedan realmente bien o quedan demasiado exagerados. Especialmente el llamado Enfoque suave que simula un retrato con una óptica de 90 mm. Aquí se aplica un filtro a lo media de Sara Montiel en el cine de hace 50 años que elimina todo tipo de detalle, textura y sensación de definición a la imagen. Quizá con un sensor más potente el resultado fuera mejor, pero en este Xiaomi 13T el resultado queda pobre. Muy pobre. De hecho, en estos días solo he disfrutado del modo Bokeh con remolino de 50 mm. Aunque es una versión del modo retrato con un filtro que oscurece las esquinas y quita algo de definición a la imagen. El resultado vuelve a ser una foto que, o está tomada a plena luz de día para que todo luzca definido y claro, o acabará siendo una foto con un recorte aceptable pero un filtro que oculta todo.

De hecho, la verdadera clave fotográfica aquí viene del teleobjetivo de 50 megapíxeles. El X2 de la cámara se hace mucho más disfrutable que el modo retrato. El desenfoque es más suave y natural al jugar con las ópticas y no solo con el software. Y las imágenes quedan mejor compuestas, aunque los colores sean algo inventados respecto al objetivo principal. En definitiva, en el aspecto fotográfico, no he encontrado un gran equilibrio entre objetivos y modos. Y, aunque los resultados de la cámara principal son notablemente buenos, cuando jugamos con otros modos y filtros la coherencia y los buenos resultados saltan por la ventana.

En cuanto a la grabación de vídeo me parece más que correcta, pudiendo capturar en resolución 4K a 30 cuadros por segundo. Además, siguen presentes elementos y añadidos como la función de enfoque de seguimiento (viene desactivado por defecto), o la función teleprompter. La estabilización es muy marcada y vas a poder disfrutar de esta cámara si quieres grabar vídeos de cualquier tipo. Incluso de noche.

Por tanto, queda claro que Xiaomi aún tiene que madurar su apartado fotográfico fuera de la gama alta. Y aunque Leica ayuda, este Xiaomi 13T no deja de ser un móvil de gama media con aciertos y también muchos peros en cuanto atendemos a los pormenores de las cámaras.

La pantalla, la reina del Xiaomi 13T

Pero si hay que atender a algún elemento concreto de este Xiaomi 13T es, sin duda, a su pantalla. Es la reina del equipo gracias a su tecnología AMOLED y resolución FullHD+ de 6,67 pulgadas. No son estos datos los que sorprenden, sino la nitidez, brillo y calidad que ofrece la sensación de mirarla. Algo que he notado desde el primer segundo en el que encendí el móvil.

Mientras que otros gamas medias con paneles AMOLED consiguen buenos colores y una imagen más que aceptable, en este Xiaomi 13T se nota el brillo uniforme, el gran ángulo de visión y ese fondo blanco que se ve igual de brillante y sin alterar los colores en ninguna parte del panel. Se nota que es un panel de buena calidad y te aseguro que se disfruta desde el primer momento. Sobre todo si vienes de otros terminales de mismo rango que no alcanzan estos estándares de calidad.

Además, el panel del Xiaomi 13T alcanza hasta los 144Hz de tasa de refresco para mostrar todo de manera fluida. Aunque es un dato que no he percibido especialmente por encima de los 120Hz habituales de otros terminales. De hecho, aunque su muestreo táctil también es elevado, de 480Hz para reconocer pulsaciones en pantalla casi al instante, la fluidez general me ha dejado con una sensación agridulce los primeros días. Hasta que todo no ha estado asentado he notado alguna ralentización y pulsación fantasma que ha empañado ligeramente la experiencia. Pero ya te digo que ha sido circunstancial y que, tras una semana de uso, la pantalla es sensible, ágil y muy disfrutable.

Y es disfrutable porque la resolución y tamaño del panel ofrece imágenes con 446 píxeles por pulgada de densidad. Además, la tecnología AMOLED que han incluido alcanza hasta 2.600 nits de brillo, viendo la pantalla incluso a plena luz del día y logrando una claridad de imagen en cualquier escena superior a la media. Además, es capaz de representar 68 mil millones de colores distintos al completar el espectro DCI-P3. Elementos que ofrecen esa sensación de calidad de imagen propia de una pantalla de gama más alta.

Diseño y acabados más propios de la gama alta

Algo ha cambiado en Xiaomi, además de los precios. Se nota su trabajo en el diseño y los acabados. Ya no quieren las connotaciones de móviles baratos, sino los móviles aspiracionales y de calidad. Y este Xiaomi 13T es la prueba de ello, aunque con algunos detalles que lo mantienen en su gama.

Los materiales son premium en el cuerpo del Xiaomi 13T: por un lado he comprobado que el acabado en cristal sigue consiguiendo sensaciones de buena calidad en la mano y a la vista. Y por otro lado Xiaomi ha “arriesgado” con colores formales algo más innovadores como el verde prado o, su complementario, el alpine blue que es casi morado. Eso sí, este segundo color está disponible en el acabado de piel vegana, con una textura que simula el cuero pero siendo más respetuoso con los animales.

También ayuda su peso de 197 gramos a construir esa sensación premium o de calidad en la mano. Quizá pese unos gramos de más, pero el resultado es el de sentir que tienes algo de valor y bien construido en la mano. Elementos que elevan ligeramente la gama de este Xiaomi 13T, y que se suman a la certificación IP68 para asegurarse de que el terminal sobrevivirá a cualquier encuentro con polvo, arena y agua.

Esos elementos que te comentaba que mantienen al Xiaomi 13T en la gama media a la que pertenecen son las líneas algo más toscas y cuadrangulares que rara vez se ven en las gamas más altas. El perfil del terminal es plano, con laterales algo gruesos, aunque con esquinas curvadas. Y, aunque la construcción, aristas y juntas de las piezas lucen mejor que en los móviles del año pasado, sigue notándose al tacto que no es el mimo de las gamas altas o de otros fabricantes de renombre. Eso sí, Xiaomi incluye funda de silicona transparente con lo que acabar con estas sensaciones y proteger su prominente módulo de cámaras. Muy prominente. Lo que obliga a la funda a ser algo especial y contener dos marcos que sobresalen notablemente para proteger las lentes. De nuevo, cuestiones que nos devuelven a la realidad de la que parte este Xiaomi 13T y su gama media avanzada.

¡Ah! Por cierto. Los problemas del Xiaomi 13 Pro en cuanto al acabado de cristal se mantienen en este Xiaomi 13T. Sin funda se va a llenar de huellas y deslucirá completamente su brillante y vistoso acabado para la desgracia de quienes tenemos los dedos grasos. Al menos se respeta y se innova con las líneas del módulo de cámaras, que va convirtiéndose poco a poco en un aspecto más icónico.

Autonomía decepcionante pero con carga rápida

Otro de los puntos que me ha dejado algo frío en este Xiaomi 13T ha llegado de la mano de la batería. A pesar de contar con una capacidad de 5.000 mAh, la gestión que se hace de ella me ha resultado algo pobre. Sobre todo comparado con otros modelos que he probado de este fabricante. Se ve que, a pesar de que el panel es AMOLED, y de que el procesador está pensado para hacer un consumo reducido, el resto de componentes acaba sangrando esta batería tan amplia.

Al parecer, MIUI 14, la capa de personalización que gobierna todo el móvil, no limita algunas aplicaciones que quedan en segundo plano. Y, en mi caso, herramientas como Instagram o WhatsApp, que suelen actualizarse o activarse en segundo plano para recibir mensajes, drenan la batería. Por ejemplo, un día normal en el que desconecto el Xiaomi 13T del cargador a las 7 de la mañana, y con un uso algo intensivo, aunque aprovechando cuestiones como WhatsApp Web para no usar tanto el terminal, ha llegado al final de mi jornada laboral, a las 18 horas, con alrededor de un 30% de batería. Todo ello sin jugar, sin estar constantemente escribiendo mensajes por WhatsApp en el móvil, o sin publicar stories en Instagram a cada poco. Algo que no me suele pasar con otros gamas medias y algunos gamas altas que gestionan mucho mejor esta autonomía.

Con ello, me he encontrado cargando el móvil en la oficina en algún momento. O sorprendiéndome por estar a mitad de tarde apenas sin batería. ¿Lo bueno? Los 67W de potencia de carga rápida que pueden rellenar esta batería al 100% en unos 40 minutos. Y cuyo cargador especial Xiaomi sí incluye en su caja. Con lo que, en apenas 10 o 20 minutos de carga, tienes suficiente energía para lo que resta de día. Un parche que quizá no complazca a algunos, pero que al menos no te deja en manos de una autonomía algo deficiente si atendemos al dato de los 5.000 mAh.

Por cierto, este móvil apenas se calienta. Ni cuando lo cargas ni cuando usas el GPS constantemente. Para ello cuenta con una gran cámara de vapor de acero inoxidable que llaman LiquidCool. Son 5.000mm cuadrados más varias láminas de grafito que se encargan de disipar el calor de los componentes y hacer que el móvil aguante muy bien el tipo en estas situaciones.

Las restricciones y notificaciones: no para, no para, no para

A lo largo de los años, la capa de personalización MIUI ha ido ganando enteros en muchos aspectos: cada vez tiene un corte menos oriental, cada vez sigue siendo más personalizable, atiende a muchas funciones y necesidades de los usuarios, y cada vez es más estable y capaz. Pero en este progreso hasta MIUI 14 también ha añadido controles y elementos que interfieren con la libertad propia del sistema operativo Android. Y me explico.

Durante estos días he instalado un par de aplicaciones desde fuera de Google Play Store. Una de ellas, además, me solicitaba permiso para mantenerse activa en segundo plano siempre, y tomar control de algunos aspectos como las notificaciones. Era una app para controlar un sensor de seguridad. Pues bien, MIUI 14 no me ha permitido darle estos permisos a esta app, dejando el sistema inservible. Pero más sangrante es el caso de instalar la app Huawei Salud para vincular mi smartwatch y encontrarme con el mismo problema, sin que la capa MIUI 14 me deje activar que esa app lance las notificaciones que yo quiero a través del reloj. Algo que no he sido capaz de solucionar.

Pero lo más sangrante es que Xiaomi siga permitiendo notificaciones y algunos anuncios de publicidad en sus propias apps y servicios. Me arrepiento mucho de haber abierto la app de Temas o la de Video ya que, desde ese momento, y aunque las quite, siempre acaban apareciendo notificaciones. O barras con herramientas que no quiero usar. Las quito y vuelven a salir al tiempo. Y también me encuentro con anuncios de publicidad al acceder a tiendas de contenidos de Xiaomi, o a su propia app de sugerencia de aplicaciones. Una experiencia que me recuerda mucho a AliExpress con sus constantes y poco deseosas notificaciones y mensajes emergentes, y que, para mí, le quitan el valor a un móvil que ya llega con un precio considerable como para incluir publicidad o anuncios.

Buena potencia y rendimiento: puede con apps y con juegos

No temas si te has asustado con el resto de puntos que he criticado a lo largo de la review. Este Xiaomi 13T es un buen móvil. Es capaz. Es potente. Y tiene muchas y equilibradas funciones. Y en parte es gracias al procesador MediaTek Dimensity 8200-Ultra, que durante estos días ha movido todo en el teléfono sin ningún tipo de queja ni retardo ni petardeo. De hecho he podido jugar a Tomb Raider Reloaded con efectos visuales añadidos, no como en otros terminales de gama media. Sombras, partículas, animaciones y otros detalles que demuestran el músculo gráfico que lo acompaña.

Tampoco hay problemas en la multiventana y la multitarea. Todo va fluido gracias a los 8GB de memoria RAM que pueden vitaminarse con unos cuantos GB más de la memoria de almacenamiento. Así, de serie, con 8 + 4 GB de RAM, el Xiaomi 13T funciona fluido, ágil y sin problemas. Siempre y cuando no se atasque la capa MIUI.

Conclusiones tras una semana de uso del Xiaomi 13T

Aunque soy hard user o usuario intensivo, una semana puede no ser suficiente para conocer todos los detalles de un móvil. Pero sí, para conocer su punto de partida respecto a su precio y capacidades. Y este Xiaomi 13T, aunque lo intenta fuerte con elementos como la pantalla o el diseño, no consigue escaparse de la gama media.

Funciona bien su pantalla, su rendimiento y potencia, su carga rápida, el aspecto multimedia, y sus cámaras si pasamos de algunos efectos y modos. Sí, ha mejorado el diseño, y su ficha técnica es realmente buena. Pero adolece en cuestiones como autonomía o software. Y es que Xiaomi ahora se enfrenta a un nuevo reto: el peligro de aumentar los precios es que los usuarios se vuelvan más exigentes.

¿Es un móvil recomendable? Sin duda, sobre todo si eres fan o usuario habitual de Xiaomi. ¿Es el mejor móvil de gama media? La respuesta se complica: sí es de las mejores pantallas de la gama media, y sí tiene grandes cámaras. Pero ni es el más equilibrado ni tampoco es ya el más barato en esta gama.