La Inteligencia Artificial se pone a nuestro servicio tras años rendimiento los que se ha ido desarrollando y adaptando a un uso real Port parte del gran público. Sin embargo, la IA puede causarte algún problema, ya que mal empleada puede utilizarse con fines nada beneficiosos. Los 5 usos más peligrosos de la Inteligencia Artificial son estos.
Los 5 peores usos de la IA
Generar contenido de poca calidad
Si estás estudiando y tienes la tentación de generar algún tipo de trabajo mediante inteligencia artificial, no solamente estás poniendo en riesgo tu expediente académico, sino que no estás favoreciendo el proceso natural de conflicto cognitivo. Es decir, no hay enseñanza-aprendizaje.
El contenido escrito generado mediante inteligencia artificial está alcanzando cotas de mucha popularidad, sin embargo, no todas las herramientas funcionan de la misma manera ni dan los mismos resultados. Por esa razón, ya hay muchas instituciones que están prohibiendo la entrega de trabajos realizados a ordenador, debiendo estar escritos a mano. La inteligencia artificial, a la hora de generar contenido escrito no es ningún tipo de panacea, por otro lado, si la empleas para tu blog de Internet, lo más probable es que no posicione bien.
Crear imágenes falsas
La inteligencia artificial posibilita la creación de imágenes no reales con una fidelidad asombrosa. Esto da lugar a equívocos y generación de noticias falsas. Seguro que habrás visto la famosa imagen del Papa Francisco con un plumífero blanco. Nadie diría que se trata de una imagen realizada mediante inteligencia artificial, pero lo es.
Curiosamente, a pesar de que vivimos en la era de la información, probablemente estamos más desinformados que nunca. Las imágenes realizadas mediante inteligencia artificial son un arma de doble filo, ya que dan lugar a equívocos que luego son muy difíciles de revertir.
Falsear voces para fines maliciosos
Steve Jobs murió en octubre de 2011, y el año pasado se consiguió realizar una entrevista al fundador de Apple mediante inteligencia artificial. Era su voz, pero todo lo que decía estaba recogido con muestras de entrevistas anteriores. Nadie diría que podría tratarse de algo irreal, pero lo era. Lo que no es más que una curiosidad puede emplearse con fines maliciosos, podemos poner el ejemplo de secuestros y extorsiones. Si la inteligencia artificial es capaz de imitar una voz concreta, podemos exigir el pago de un rescate de una persona que no se encuentra secuestrada, pero se lo podemos hacer creer a sus familiares.
Suplantaciones de identidad
Al igual que la voz, un rostro también puede generarse mediante inteligencia artificial con una fidelidad muy alta. Pongamos el ejemplo a la hora de falsificar un documento de identidad o pasaporte, o bien, un sistema de identificación biométrico. Como suele ser habitual, los delincuentes van tomando la delantera para hacer uso de la tecnología con los peores fines posibles.
Sin lugar a duda, se trata de un de los peligros más acuciantes de la inteligencia artificial, y no tardaremos en ver delitos en los cuales el rostro que da acceso a una información, a un dinero o a cualquier asunto relevante, sea generado mediante esta tecnología. ¿Te suena qué es el deepfake? En la industria de los contenidos para adultos es ya habitual.
Contenido peligroso
A colación con el punto anterior, la tecnología de la inteligencia artificial podría utilizarse para crear un contenido totalmente falso inapropiado que sirva para extorsionar o manchar una imagen. Pongamos el caso de un político del cual se filtra unas imágenes de una situación muy comprometida. Puede tratarse de un escenario generado mediante inteligencia artificial y prácticamente, tomarlo por válido. Estos contenidos no dejan de ser una realidad para un futuro muy próximo.
Es evidente que IA no deja de ser un recurso importantísimo que podemos emplear para fines beneficiosos y positivos. Pero como en todo, hay una serie de usos poco adecuados que pueden volverse en nuestra contra y suponer un serio peligro. Es algo con lo que tendremos que aprender a convivir, y aplicar la cautela, siempre que sea posible. No nos queda otra, qué hacer un proceso de aprendizaje que nos permita ir diferenciando, aunque sea complicado, lo que es real de lo que no.