Elon Musk se ha convertido en un especialista en poner debates sobre la mesa, haciendo que el último gire sobre por qué las criptomonedas son malas para el medio ambiente. El fundador de Tesla rechazó que sus coches eléctricos pudieran ser comprados con bitcoins, por el “incremento de combustibles fósiles para el minado y las transacciones de Bitcoin”, según un comunicado hecho público el mes pasado por la compañía.
Esta declaración de intenciones ataca directamente una de las líneas de flotación de los defensores de las criptomonedas, que sostienen que su gasto energético es menor que el de los bancos centrales que emiten el papel moneda tradicional. El Cambridge Center for Altenative Finance estima en 8,64 gigawatios la potencia empleada en el minado de bitcoins, lo que supone un consumo de 75,62 terawatios hora. En el mes de mayo, el consumo estimado llegó a un máximo histórico de 141,28 terawatios hora. Si fuera un país, la minería de bitcoin estaría entre los 30 estados con mayor consumo de electricidad.
El uso intensivo de energía que requiere el minado de criptomonedas en equipos informáticos se vería reducido por el uso de energías renovables, pero la distribución geográfica de las zonas donde se produce el minado de las mismas refleja que hay dificultades para sostener esta teoría.
China es el país donde más minado se produce, y algunos empresarios de este campo como Zhang Nangeng, director ejecutivo de Canaan Inc., han reconocido que la minería que utiliza energía de combustibles fósiles lastra los esfuerzos de compañías como la suya, que aboga por el uso de energías renovables en el país asiático. Dos tercios de la energía que se produce en China llegan a través de combustibles fósiles, lo que supone un notable impacto en las emisiones de dióxido de carbono.
La subida del precio del bitcoin que se ha vivido en la primera mitad del año ha atraído inevitablemente a nuevos inversores. Este mayor interés en el mercado de criptomonedas, a su vez, ha hecho que más agentes hayan comenzado a minar, por lo que el aumento en el consumo de electricidad era difícilmente evitable.
El anuncio de Musk sobre el rechazo a Bitcoin volvió a demostrar la volatilidad de este mercado, llevando a esta criptomoneda a bajar su cotización. El precio del bitcoin llegó a un máximo de 54.191,66 euros el 14 de abril, pero tras conocerse el comunicado de Tesla comenzó a devaluarse de forma pronunciada, llegando el pasado 21 de junio a los 29.945,43 euros.
Los países que sí han hecho una apuesta firme por las energías renovables, como Islandia y Noruega, permiten que la minería de criptomonedas sea mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. La Universidad de Cambridge apunta que cada vez es mayor el uso de electricidad proveniente de energías renovables, situándolo en el 39 % de la minería total en el planeta y con tendencia al alza.
No obstante, a pesar de estos datos prometedores, los países nórdicos tienen mucho camino por recorrer para convertirse en la zona donde se produce más minería de criptomonedas. Como se puede apreciar en el gráfico de la Universidad de Cambridge, los mineros siguen estando localizados de forma abrumadora en China, e incluso en este país la movilidad de los mismos varía según donde se establezcan los precios más baratos de la electricidad, no siempre provenientes de fuentes limpias.
De cara al futuro, la cuestión medioambiental será el gran caballo de batalla del mercado de las criptomonedas, incluso más que su pronunciado riesgo y volatilidad. Con la mayoría de países concienciados con reducir sus emisiones de carbono a medio y largo plazo, la hoja de ruta de las distintas criptomonedas tiene que pasar por una reconversión más amigable con el medio ambiente.
Más noticias sobre criptomonedas
Comisiones de Coinbase vs Binance: Esto es lo que tienes que pagar por operar con criptomonedas
Bitcoin o Ethereum, ¿merece la pena invertir en estas criptomonedas?
Antes de invertir en criptomonedas deberías conocer estos peligros
La guía definitiva para comprender las criptomonedas
