A estas alturas de la película deberías saber que cuando usas un servicio gratis en Internet el verdadero negocio eres tú. Tus datos, para ser más concretos. Y no nos referimos necesariamente a tu nombre y número de cuenta. Eso es delito. Pero redes sociales y empresas como Facebook hacen negocio con otras informaciones interesantes que cedes casi inocentemente sobre tu persona. A qué te dedicas, de dónde eres, cuáles son tus consultas en Internet… Elementos que terceros, empresas, compran para mandarte publicidad sobre sus productos de forma más directa. Por eso no deberías de sorprenderte cuando en tu Instagram aparece publicidad de elementos de los que hablas con tus amigos. Pero ¿cómo funcionan realmente estos anuncios?
Signal, la aplicación de mensajería que lleva la privacidad como marca propia, ha estudiado esto. Y ha lanzado un artículo en su blog de lo más interesante sobre cómo Facebook se enriquece con tus datos y por qué Instagram solo te muestra ciertos anuncios de publicidad. Algo que al final oculta cuál es el verdadero negocio de estas redes sociales si no se es plenamente consciente de ello.
Una campaña que, supuestamente, sale mal
Signal quería mostrar todo este entramado de intereses, datos privados y visibilidad de los usuarios en redes sociales y para con terceros. Pero parece que les ha salido mal el asunto. Aun así remarcan el punto o tesis de toda esta campaña: Facebook recoge toda la información que puede del usuario para hacer negocio. Y es un negocio que no muestra de forma clara a la persona que cede sus datos.
Pues bien, para ello afirman haber comprado anuncios en Instagram diseñados para que muestren algunos datos de estos que recogen de esos mismos usuarios. Es decir, compraron el espacio y la aparición de un anuncio, pero en vez una foto de un producto crearon una imagen con texto predefinido y espacios en blanco. Esos espacios en blanco recogen algunos datos de los usuarios a los que les aparecen estos anuncios: su empleo, sus gustos, su lugar de residencia, sus intereses en Internet… De esta forma el anuncio parece personalizado.
La clave aquí está en mostrar lo que Facebook e Instagram no enseñan habitualmente al usuario: toda la ingeniería y tecnología de datos que hay debajo de estos anuncios. Un entramado de datos que el usuario no ve o no es consciente de que comparte, pero que sirven para que ese anuncio determinado se le muestre a él. En el caso de la campaña de Signal, más visible al mostrar esos datos concretos. Por ello lograron publicidades como las de las imágenes de este artículo, en las que se le muestra cuáles son todos esos gustos y datos personales.
Pues bien. Al parecer Facebook canceló la campaña publicitaria de Signal, impidiendo el acceso a la gestión de la misma y retirando los anuncios personalizados. Y es que, según Signal, Facebook usa los datos, pero no quiere que sepas que los usa. Aunque algunas voces críticas también opinan que la publicidad podría tener demasiado texto. Sea como sea, cualquier atisbo de hacer públicos los datos que en realidad manejan las redes sociales y empresas que trabajan con Facebook han quedado fuera del debate.
¿Somos conscientes de esto? ¿Podemos hacer algo al respecto?
Tras conocer el curioso caso que plantea Signal en su blog se nos despiertan varias preguntas e inquietudes al respecto. ¿Son los usuarios de Instagram, Facebook y WhatsApp realmente conscientes de toda la información que se cede a estas y otras empresas? ¿Se podría hacer algo para evitarlo? La campaña de Signal es intencionada, desde luego, buscando la atención de los más preocupados por la privacidad sobre su aplicación de mensajería como alternativa a WhatsApp. Pero su punto es real. ¿Debemos cerrar nuestras redes sociales o simplemente ser conscientes de cada búsqueda, dato y foto ofrecidas?