Estaba planificado para el 4 de junio, pero finalmente fue anoche, día 11 de junio, cuando Sony presentó su nueva y flamante PlayStation 5. En un evento centrado en los juegos, el fabricante japonés se guardó un pequeño espacio de tiempo para enseñarnos el diseño final de su nueva consola. Un diseño muy futurista que, como suele ser habitual, a algunos les encanta y otros lo odian. Y ahora que Sony ya nos ha enseñado el diseño final, se empieza a completar el puzzle, ya que las características técnicas de la nueva PS5 ya se presentaron en el mes de marzo. Solo nos falta por saber algunos detalles, como la fecha exacta de lanzamiento o el precio.
Así que, como ya conocemos muchos detalles de la nueva generación de consolas, hemos pensado que sería interesante hacer una pequeña comparativa de las dos nuevas máquinas. Una vez más, parece que Sony y Microsoft se disputarán el reinado de los videojuegos de los próximos años. Todo ello con el permiso de Nintendo claro, que, de momento, no ha movido ficha. Vamos a ver qué nos ofrecen las nuevas PlayStation 5 y Xbox Series X.
Cambio de diseño radical para dejar claro que estamos ante una nueva generación
Durante el ciclo de vida de la PS4 y la Xbox One hemos visto como los fabricantes hacían pequeños retoques de sus máquinas y lanzaban diferentes versiones de las mismas. Es lógico, ya que, por ejemplo, la PS4 original se presentó en 2013.
Así que una de las cosas que estaba claro es que las nuevas consolas iban a cambiar radicalmente de diseño, ya que los fabricantes querían evitar a toda costa que los usuarios vieran la nueva generación como una actualización menor de los modelos actuales.
Y vaya si tenemos un cambio radical. La Xbox Series X fue la primera en ver la luz de forma oficial. Microsoft sorprendió a todos con una consola de diseño rectangular, con aristas muy marcadas y que ha sido pensada para ser colocada en vertical (aunque puede colocarse en horizontal).
El diseño destaca por ser muy limpio, con una parte frontal lisa en la que solo llaman la atención el logotipo de Xbox y la ranura para discos. Si nos fijamos mejor vemos que también cuenta con un botón para encender la consola, el botón de extracción del disco, un botón para emparejar los mandos y un puerto USB frontal.
Tampoco pasa desapercibida la rejilla de ventilación que cubre toda la parte superior. Será en la parte trasera donde tengamos todos los conectores, incluyendo una ranura que nos servirá para ampliar el almacenamiento, como luego veremos. En definitiva, un diseño que recuerda mucho al de una torre de ordenador, como ya ocurriera con la pasada generación.
El diseño final de la PS5 lo conocimos anoche y la verdad es que no ha dejado a nadie indiferente. Sony ha optado por un diseño radicalmente distinto al de la PS4, con un acabado mucho más futurista y, por primera vez, con el blanco como color principal de la consola (la PS4 se lanzó también en blanco, pero el color inicial fue el negro).
De momento Sony no nos ha dejado ver su nueva consola tan en detalle como Microsoft, pero de la presentación de ayer sí podemos extraer algunas características. La primera es que, al igual que ocurre con la nueva Xbox, la PS5 parece haber sido diseñada para colocarse en vertical. No obstante, como podemos ver en las imágenes promocionales, también se puede colocar en horizontal.
Lo que más ha llamado la atención a nivel de diseño son las dos «aletas» que tenemos en la parte superior (con la consola en vertical). Aquí luce una bonita iluminación en color azul, con un acabado interior en color negro.
La PS5 llegará en dos versiones. Sony ha preparado una versión totalmente digital que eliminará el lector de discos, como ya hiciera Microsoft con la Xbox One S All Digital. De momento no hay noticias de una Xbox Series X totalmente digital, pero los rumores hablan de que muy probablemente veremos más versiones de la consola de Microsoft en un futuro no muy lejano.
Volviendo a la PS5, en la versión con lector de discos este se sitúa en la zona inferior de la consola, «engordando» un poco esa zona y perdiendo la simetría con la parte superior. Sin duda, en ese aspecto, queda mucho más elegante la versión sin lector de discos.
También en la parte frontal de la PS5 tendremos un conector USB y otro USB de Tipo C. Y no faltan un par de botones, uno para encender la consola y otro para extraer los discos ópticos del lector.
Potencia a raudales y tiempos de carga casi inexistentes
A nivel técnico ambos fabricantes se han centrado en dos objetivos. El primero es ofrecer una mayor potencia de procesamiento y gráfica, para así ofrecer a los desarrolladores unas máquinas capaces de mover gráficos más potentes y con mayor resolución. Y la segunda es mejorar sustancialmente los tiempos de carga. Es más, hacer que prácticamente desaparezcan (o eso aseguran tanto Sony como Microsoft).
Una vez más, como ya ocurrió con la Xbox One X, Microsoft presume de tener la consola más potente del mercado. La Xbox Series X cuenta con un procesador AMD Zen 2 de 8 núcleos diseñado especialmente para la consola y que funcionará a 3.8 GHz. Acompañando al procesador tenemos 16 GB de memoria GDDR6 con bus de 320 MB y almacenamiento SSD de 1 TB. Además, la consola cuenta con una ranura de expansión en la que podremos colocar otro disco idéntico para conseguir 1 TB adicional sin perder rendimiento.
A nivel gráfico, la Xbox Series X equipa una GPU basada en AMD Radeon RDNA 2 con 12 TFLOPS de potencia y 52 CUs a 1.825 GHz. Además, cuenta con un hardware dedicado al trazado de rayos (Ray Tracing), una tecnología que hasta el momento solo habíamos visto en las gráficas más potentes para ordenadores. Esta permite unos gráficos más realistas gracias a las mejoras en las sombras, los reflejos y los efectos de iluminación.
Gracias a este potente conjunto técnico, Microsoft asegura que la Xbox Series X es capaz de ejecutar juegos con resolución 8K y con frecuencias de hasta 120 Hz. Sin embargo, es muy poco probable que se puedan combinar ambos datos, así que se espera que la consola ejecute la mayoría de juegos en una resolución 4K y a 60fps constantes. De ser así ya supondría un salto importante respecto a la generación actual.
Al igual que con el diseño, Sony nos ha dado menos detalles del hardware que incluye su nueva PS5. Sabemos que el cerebro de la bestia será un chip AMD Zen 2 con 8 núcleos funcionando a 3.5 GHz, es decir, muy similar al de su gran rival. Acompañando al procesador tendremos 16 GB de memoria GDDR6 y almacenamiento SSD de 825 GB.
Del apartado gráfico se encargará una GPU basada en AMD Radeon RDNA 2 con 10.3 TFLOPS de potencia, con 36 CUs a una frecuencia variable de hasta 2.23 GHz. Esta nueva GPU también será compatible con el trazado de rayos.
Con todo ello, la PlayStation 5 será capaz de ejecutar juegos con resolución hasta 8K y con una frecuencia de hasta 120 Hz. Sin embargo, al igual que ocurre con la máquina de Microsoft, se espera que el estándar sea ver juegos ejecutándose a 4K y 60 fps.
Por último, vale la pena señalar que la velocidad de reloj de la CPU y la GPU de la PS5 será variable. ¿Qué significa esto? Que la consola ajustará su velocidad en función de la demanda generada por el juego. Según Sony, esto asegura que la consola exprimirá al máximo el procesador y la GPU solo cuando sea necesario, sin desperdiciar energía ni carga de trabajo.
Más allá de la potencia gráfica o del procesador, tanto Microsoft como Sony han insistido mucho en la velocidad de sus nuevos discos SSD. Y es que los tiempos de carga siempre han sido uno de los mayores problemas de las consolas.
Microsoft ha incluido en la Xbox Series X un sistema al que ha llamado Velocity Engine Architecture. Este, según asegura el fabricante, combina de forma innovadora el hardware de la consola, el SSD y la CPU para que los tiempos de carga sean prácticamente inexistentes.
La unidad de almacenamiento de la consola ofrece un ancho de banda de lectura de 2.4 GB por segundo para datos en bruto (4.8 GB por segundo para datos comprimidos). Esta velocidad de carga ha permitido que Microsoft incluya una nueva característica llamada Quick Resume. Esta permite a los jugadores cambiar rápidamente entre múltiples títulos y volver inmediatamente al punto en que dejaron el juego. Es decir, los juegos se quedarán en una especie de «hibernación» para que podamos cambiar entre uno y otro rápidamente y continuar donde lo habíamos dejado.
El disco duro de la PS5, como hemos visto, tendrá algo menos de capacidad que el de la Xbox Series X. Sin embargo, según Sony, será mucho más rápido, ya que promete alcanzar velocidades de nada menos que 5.5 GB/s. Es una cifra impresionante que, además, llama especialmente la atención si la comparamos con los 2.4 GB/s de la máquina de Microsoft.
La PS5 también contará con la posibilidad de ampliar el espacio de almacenamiento interno de la consola. Para ello se tendrá que utilizar discos NVMe SSD M.2 con una tecnología muy concreta, así que tendremos que esperar a que Sony lance la lista de dispositivos compatibles. Al menos así será para juegos nativos de PS5, ya que los juegos retrocompatibles se podrán instalar en un disco duro externo normal, como hasta ahora.
Si comparamos los datos técnicos de la PS5 y la Xbox Series X, nuevamente, la consola de Microsoft está un poco por encima en potencia bruta. Solo en la velocidad del disco duro gana la consola de Sony.
Los juegos, los grandes protagonistas
Sin embargo, como ya pasó con la generación actual, lo más importante a la hora de decantarse por una o por otra será el catálogo de juegos. De nada sirve tener la máquina más potente del mundo si no tienes juegos que atraigan a los jugadores.
Precisamente por eso, Sony centró su presentación de ayer en mostrar algunos de los juegos que acompañarán a la PS5, ya sea en su lanzamiento o poco después. Entre los títulos anunciados tenemos algunos exclusivos de peso, como Marvel’s Spider-Man: Miles Morales, Horizon Forbidden West y Gran Turismo 7.
Por su parte, la Xbox Series X también contará con una buena ración de exclusivos y sagas míticas de la consola. Entre ellos tendremos el Halo Infinite, uno de los primeros juegos confirmados para la consola de Microsoft. También llegará, en exclusiva, el Hellblade II, secuela del galardonado juego de Ninja Theory. Y no podía faltar el Forza Motorsport 8, la nueva entrega del juego de coches que siempre han acompañado a la Xbox.
¿Y qué pasa con los juegos actuales? Es una pregunta que lleva en la cabeza de los aficionados desde que se empezó a hablar de las nuevas consolas. Y es lógico, ya que la gran mayoría de nosotros tenemos una pequeña colección de juegos que no querríamos perder.
La respuesta de los fabricantes es la siguiente. Por un lado Sony asegura que, cuando PS5 llegue a las tiendas, los 100 juegos más jugados de la generación anterior serán totalmente retrocompatibles con la nueva máquina. Sin embargo, el resto de juegos deberán de ser optimizados para que funcionen con la nueva consola, así que es muy posible que tengamos algún juego que no funcione con la PS5 desde el día del lanzamiento. Estas palabras tan poco tranquilizadoras han sido matizadas por Sony, que ha asegurado que los más de 4.000 juegos del catálogo actual de PS4 acabarán funcionado en la PS5. Suponemos que será cuestión de tiempo.
En el otro lado está Microsoft, que asegura que Xbox Series X será capaz de reproducir cualquier juego de cualquier Xbox lanzada anteriormente al mercado. Es decir, la nueva consola tendrá una retrocompatibilidad total. Sin duda una gran noticia para los que han sido fieles al sistema y tienen una buena colección de juegos.
Pero no solo eso, porque Microsoft también ha comentado que, gracias a la nueva arquitectura Xbox Velocity Architecture, miles de juegos de Xbox One, incluido los de Xbox 360 y los juegos originales de Xbox, experimentarán mejoras de rendimiento en la Xbox Series X. En estas mejoras se incluyen tiempos de arranque y de carga mejorados, una velocidad de fotogramas más estable, una mayor resolución y una calidad mejorada.
Y están son, a groso modo, las similitudes y diferencias que existen entre las nuevas PS5 y Xbox Series X. ¿Cuál pensáis que será la reina de la nueva generación?