Continúa el movimiento en torno a Airbnb. Los gobiernos vigilan constantemente su modelo de negocio, puesto que está alterando el mercado del alquiler turístico y el turismo en sí. Por ello, la plataforma de alojamiento vacacional ha introducido cambios sustanciales en sus términos y condiciones, que entrarán en vigor automáticamente a partir del 25 de mayo de 2018. Los usuarios que se hayan dado de alta del día 16 de abril en adelante, entrarán bajo las nuevas condiciones.
Resulta interesante comprobar que no hay una sola mención a la palabra “alquiler” en el enorme tocho de términos y condiciones. En su lugar, la expresión elegida es “reserva”. De esta forma, Airbnb se aferra al concepto de prestador de servicios, y puede acogerse a su régimen de exclusión de responsabilidad. Todo recae sobre los anfitriones, los huéspedes y su cumplimiento de la legalidad vigente. Así que, en caso de reclamar algo, toca leerse las condiciones del servicio para saber a quién hay que dirigir la queja.
Cambios en los términos del servicio
Hasta el 27 de junio de 2018, todos los usuarios tienen a su disposición las condiciones actualizadas y los términos antiguos de Airbnb, para comprobar los cambios con todo detalle. En cualquier caso, Airbnb ha querido destacar las modificaciones más relevantes.
La empresa que facilita el alquiler de vivienda turística ha cambiado su estructura corporativa. De este modo, los ámbitos de los servicios especifican que Airbnb no es una empresa organizadora ni minorista de viajes combinados, y se incluye la normativa europea que enmarca legalmente estas actividades. Asimismo, se exime de toda responsabilidad respecto a las acciones comerciales y de alquiler que realicen los usuarios anfitriones. Dicha independencia cataloga a los dueños de las viviendas como contratistas independientes terceros. No podrán considerarse empleados ni agentes de Airbnb en modo alguno. Es una acotación del ámbito de operaciones de Airbnb que no figuraba en los términos antiguos, y que puede responder al constante escrutinio de los países en los que opera la plataforma.
Asimismo, Airbnb ha incluido excepciones en varios puntos de las condiciones del servicio, para los distintos países de residencia. Esto es debido a las diferencias en las obligaciones legales, sobre todo en lo que respecta a la vigencia y rescisión del contrato.
La página de alojamiento vacacional también ha actualizado los términos para incluir nuevos servicios y diversificar las formas de pago. En este aspecto, se han incluido útiles vías de pago fraccionado y en grupo que los usuarios deben conocer, si quieren aprovecharlas. Asimismo, se han añadido disposiciones referentes al programa Open Homes. Esta nueva política permite que los anfitriones pongan sus viviendas a disposición de huéspedes especiales, como refugiados de conflictos bélicos.
Los anfitriones de experiencias solo están sujetos a las leyes vigentes
Para aclarar los términos a todos los usuarios, Airbnb ha trasvasado las condiciones para anfitriones de experiencias a un apartado específico. Además de eliminar redundancias, se exige a los organizadores la adquisición de todas las medidas necesarias para que las experiencias se desarrollen de manera óptima. Estas disposiciones incluyen el compromiso de cumplir unos estándares mínimos de calidad y requisitos de validez. El usuario huésped podría sentirse un poco más protegido con estos movimientos, aunque, en realidad, toda la responsabilidad recae sobre los anfitriones, y la única obligación que se impone es la de la legalidad vigente en el país que corresponda. De manera que habrá que seguir siendo cuidadosos ante dueños desaprensivos o desconsiderados.
Cambios en las condiciones de pago de Airbnb
El apartado de términos y condiciones de cualquier servicio es un tocho farragoso que pocos leen. Cosa que, por cierto, está muy mal. Pero dentro de lo que cabe, Airbnb quiere aclarar un poco las cosas. Para diferenciar entre la plataforma alquiler y la plataforma de cobros y pagos Airbnb Payments, algunos términos de pago del servicio han pasado a figurar dentro de los términos y condiciones generales. Por ejemplo, los aspectos referidos a las divisas y al redondeo, en caso de conversión de moneda.
Como cada país de residencia tiene su propia legislación, los textos se han revisado según esta lógica. De igual manera, se ha incluido una cláusula en la que se informa al usuario de que da su consentimiento para que Airbnb Payments haga las indagaciones que la empresa de alojamiento turístico crea pertinentes. Aquí se incluyen las maniobras necesarias para cumplir la ley de prevención de blanqueo de capitales.
Se elimina la cláusula que atañe a los co-anfitriones. A efectos de pagos y de acuerdos de tarifa, cuentan como anfitriones. También se han simplificado los términos financieros para huéspedes. Por otro lado, se han agrupado las autorizaciones de pago en una sola sección. Es algo que conviene leer con detenimiento, puesto que un usuario (ya sea un turista huésped o anfitrión) puede contraer una deuda con Airbnb de forma involuntaria. La cláusula de las autorizaciones de pago hace continua referencia a los términos y condiciones del servicio. En concreto, a la obligatoriedad de su cumplimiento, si no queremos pagar más de la cuenta. En este sentido, Airbnb ha habilitado una política de causas de fuerza mayor, que ampara determinadas excepciones y exenciones.
Atención a las propiedades abandonadas
Airbnb ha incluido un apartado específico sobre las propiedades abandonadas. Aquellas que no se reclamen, serán confiscadas por la jurisdicción correspondiente. La cláusula es bastante sucinta, y remite a la legislación del país en cuestión. Cualquier reclamación de bienes abandonados deberá pasar por el órgano de gobierno correspondiente. Es una obviedad, pero hay que repasar todas nuestras pertenencias antes de abandonar el alojamiento.
Cambios en la política de privacidad
Según Airbnb, la actualización de la política de privacidad se ha enfocado en hacerla más accesible y legible. Mucho más importante es la adecuación a la normativa de Protección de Datos de la UE, que entrará en vigor el 25 de mayo de 2018. En todo caso, compartimos una gran cantidad de datos con Airbnb, tanto por el uso de la plataforma como cuando decidimos involucrar a Facebook o Google en el proceso. Es un peaje que muchos dan por asumido y automático. Sin embargo, tras comprobar lo que hacen con nuestra información personal, no está de más saber qué es lo que damos y a quién.
Por otra parte, Airbnb puede compartir los datos con terceros, con objetivo de prestar asistencia en el viaje y otro tipo de facilidades. En otras ocasiones no tiene más remedio que compartir los datos, como en el caso de Airbnb China. Aunque no vivamos en China, si publicamos un anuncio, reservamos o tratamos con un anfitrión que tiene un anuncio en China, nuestros datos pasan a Airbnb China. El gobierno chino tiene estas cosas.
Pero que todo esto no te aturulle. Si tienes un viaje planeado en tus vacaciones y vas a usar Airbnb para alojarte, relájate y disfruta. Haz turismo con responsabilidad. Pero disfruta.
