En el mundo de las inversiones, 2017 tuvo un nombre: bitcoin. La moneda virtual vivió ese año el mayor pico de valor en su historia, y en el momento en que atrajo la atención de todos, comenzó a dar coces como un caballo desbocado. En 2018 no parece que vaya a mostrar una mayor estabilidad, teniendo en cuenta la cotización durante los primeros días del año.
Una montaña rusa de valores
Después de una subida meteórica (y constante) durante todo el año, pero especialmente desde verano, el bitcoin fue copando las secciones de noticias económicas y tecnológicas por igual. Cuando, en diciembre, la criptomoneda alcanzó los 10.000 dólares, la atención era máxima.
A mitad de diciembre, el bitcoin rozaba los 20.000 dólares de cotización. Muchos escépticos que hablaban de burbujas especulativas, empezaban a sentir que tal vez tendrían que tragarse sus palabras, pero todos sabemos que lo que sube, alguna vez tiene que bajar.
Tras una segunda mitad de mes inconstante, la criptomoneda se plantaba en los 12.000 dólares al día 30. Para el día 6 de enero, había vuelto a subir hasta los 17.000 dólares. Los siguientes diez días estuvo fluctuando entre los 13.000 y 14.000 dólares, para posarse de vuelta en los 10.000 dólares el día 16.
El pasado día 17, el bitcoin amaneció en los 11.000 dólares, y por ahora no se ha movido de ahí. ¿Se quedará en esa cotización o viviremos nuevas bajadas? ¿y si son subidas? El panorama actual no puede ser más incierto.
Puerta abierta para la especulación financiera
El bitcoin es, a día de hoy, un imprescindible en cualquier charla sobre inversión en productos financieros. El interés del público es claro, la prueba es la aparición de criptomonedas nuevas por todos lados, así como opciones cada vez más sencillas para minarlas.
Países como China o Corea del Sur se han mostrado recelosos de esta moneda que escapa de su control, buscando maneras para regularla, mientras que en Europa se vigila el fenómeno con detenimiento, sin perder un detalle.
Mientras, los inversores que hayan podido anticipar el reciente desplome del bitcoin estarán de enhorabuena, confirmando esta criptomoneda como un producto de inversión de alto riesgo. Esto puede desincentivar a algunos inversores más conservadores, pero atraerá a un ejército de traders que disfruten con la adrenalina y la emoción de tener que estar constantemente alerta frente al próximo cambio de valor.
¿Qué puede pasar en el futuro más cercano?
Predecir los valores futuros del bitcoin es tan poco fiable como tirar un dado, aunque sí podemos adivinar algunos de los procesos que se van a desencadenar alrededor de esta moneda virtual. Esto tal vez nos de pistas para conocer, al menos, algunas tendencias próximas.
Por un lado, vamos a tener el fervor por el minado, tanto directo como de manera escondida en páginas aparentemente no relacionadas. Usuarios privados buscan cada día la manera de acceder a esta atractiva perla especulativa al mínimo coste, aprovechándose de la falta de controles públicos.
A este fenómeno se va a sumar una respuesta institucional que, imaginamos, aumentará durante 2018. La fiebre por el minado ya ha llamado la atención de muchos países, como os hemos comentado antes, y solo es cuestión de tiempo hasta que comiencen a aparecer medidas, con sus correspondientes sanciones, que busquen normalizar la situación.
La forma en que esto afectará a la cotización no la podemos conocer, pero es muy probable que si la oferta y la demanda de criptomoneda se empiezan a regular, esto conllevará una cierta estabilización de los valores. ¿A la alza o al a baja? Hagan juego, señores.