Con todos estos años de experiencia en el mundo de la tecnología y la informática, casi todos sabemos un poco de todo. Podemos instalar programas, desinstalarlos, cambiar de navegador y hasta usar algunos trucos para que nuestros ordenadores funcionen mejor.
Pero ojo, no lo sabemos todo. Windows, que sigue siendo el sistema operativo que más se instala en España (89% de la cuota, según Statista), es una plataforma que encierra muchos misterios. Y que no puede ser manipulada por manos inexpertas.
¿Por qué? Pues porque existen ciertas características, funciones, carpetas y opciones que proporcionan estabilidad al sistema operativo. Y que permiten que todo funcione con normalidad. Tocar la carpeta equivocada o eliminar un archivo fundamental para que Windows 10 se ponga en marcha pueden echarlo todo al traste.
7 cosas que nunca deberías cambiar en Windows 10
Windows se compone de muchas carpetas. Son como el motor de un vehículo: vitales para que el sistema operativo y todos los programas funcionen sin problemas. ¿Qué pasaría si tocáramos una parte vital? Pues que el motor estaría cojo y puede que Windows, como si fuera un vehículo, ni siquiera fuera capaz de ponerse en marcha.
Los consejos que te presentamos a continuación pueden ser interesantes para usuarios que no tengan conocimientos técnicos sobre informática y Windows. Los expertos sabrán perfectamente qué elementos manipular. Y de qué manera hacerlo para solucionar cualquier problema.
Si eres inexperto, no dejes de leer cuáles son las 7 cosas que nunca deberías cambiar en Windows 10.
1. No tocar las entradas de registro de Windows 10
Cuando no sabes para qué sirve una cosa, siempre es mejor no tocarla. Y este es el caso de las entradas de registro de Windows. Por si no lo sabías, te contaremos que el registro de Windows es como una base de datos en la que se almacena información del sistema operativo. Aquí están los ajustes, las configuraciones, los programas que instalamos, los que eliminamos, etcétera.
Ahí se van acumulando datos que podríamos pensar que son accesorios. Y que pueden eliminarse sin más. Pero no. Windows, de hecho, no ofrece a los usuarios la posibilidad de eliminar este contenido, porque en lugar de generar ventajas, lo que hace es desencadenar errores. Y esto se descubrió en Windows 98. ¿Lo más recomendable? Dejar las cosas como están.
2. No eliminar ni un solo archivo DLL al azar
Los archivos DLL son prácticamente sagrados. Si no sabes lo que haces, será mejor que no toques ni uno de ellos. Son un engranaje fundamental para el funcionamiento del sistema operativo. Eliminar uno que nos parece accesorio puede causar en un futuro una sucesión de errores fatales.
De ahí que Microsoft creara una carpeta específica llamada WinSxS. Aquí se guardan todos los DLL. Para eliminar estos archivos siempre es mejor acudir a un experto o a un programa que nos permita eliminar solo aquellos que ya no son necesarios.
3. No manipular los archivos de la carpeta Archivos de Programa
Si eres experto, puedes hacerlo. Pero si no, mejor que dejes las manos quietecitas. En la famosa carpeta Archivos de Programa se guardan todos los programas que tienes instalados en el ordenador. Manipular estas carpetas no tiene por qué traerte problemas, sobre todo si sabes lo que haces. Pero si tocas de manera equivocada un archivo, es posible que alguno de los programas que tienes instalados deje de funcionar.
A veces ocurre que en esta carpeta se siguen guardando archivos de programas que ya hemos desinstalado del PC. Esto es porque se almacenan preferencias o ajustes. Si quieres que dejen de ocupar espacio en vano, puedes pedirle ayuda a un experto. O usar un programa fiable que te ayude a eliminar los archivos innecesarios.
CCCleaner tiene una versión gratuita que puede ayudarte en este sentido. Y que se encargará de eliminar única y exclusivamente aquellos archivos que de verdad se pueden eliminar.
4. No eliminar jamás el archivo Pagefile
Sigamos ahora con otra carpeta que puedes tener la tentación de tocar. Es Pagefile, una sección a la que acude Windows cuando tu ordenador no tiene más memoria RAM y la necesita urgentemente. Cuando la sobrecarga es demasiado intensa, el sistema operativo puede echar mano de Pagefile como soporte. Ocupa bastante espacio, pero puede ser tremendamente útil en momentos determinados.
5. No se te ocurra fulminar System Volume Information
¿Sabes para qué sirve la carpeta System Volume Information? Si te la has encontrado dando una vuelta por el sistema, quizá hayas podido comprobar que se trata de una carpeta muy pesada. De ahí que puedas tener la tentación de eliminarla de un plumazo. No lo hagas, por favor.
Ten piedad de esta carpeta, porque aquí se guardan los puntos de restauración de tu equipo. Información que podría resultarte de suma utilidad, a ti o a los técnicos, en caso de tener que regresar a una configuración anterior por la introducción de algún elemento crítico.
6. No tocar los archivos de la carpeta System32
Bajo ningún concepto. Es una parte prácticamente sagrada de tu sistema operativo. ¿Pero, qué podemos encontrar en esta carpeta? System32 almacena archivos DLL que hacen que tu ordenador, simple y llanamente funcione. Es precisamente por esta razón que te recomendamos lo siguiente: si has entrado en la carpeta System32, huye en cuanto puedas. Y no mires atrás.
No hay nada que puedas tocar aquí sin que ocurra un verdadero desastre. De ahí que Microsoft mantenga esta carpeta como oculta tras llevar a cabo la instalación. Es para no tener que lamentar males mayores.
7. No dejar de actualizar nunca Windows
Puede que ya lo supieras, pero aquí estamos nosotros para recordártelo. Las actualizaciones de Windows son fundamentales para garantizar el buen rendimiento del equipo. Pero sobre todo, para mantenerte al día con todos los parches de seguridad y correcciones para vulnerabilidades que existen.
Todos los días surgen nuevas amenazas. Y algunas son graves. El equipo de Microsoft está trabajando siempre en nuevas actualizaciones. De modo que cuando llegan, es importante instalarlas cuanto antes. Es cierto, eso sí, que los procesos de actualización de Windows 10 son una auténtica lata. Pesados y larguísimos.
Pero puedes hacer una cosa. Para que no obstaculicen tu trabajo y te hagan perder el tiempo, conecta tu ordenador a la corriente. Y activa las actualizaciones entonces. De este modo, el proceso se llevará cabo durante la noche. Cuando despiertes por la mañana, la actualización estará instalada y podrás seguir normalmente con tu trabajo.
Aún estoy flipando… No me puedo creer que hayas escrito esto. Te ha faltado poner no tirar el ordenador desde un quinto piso…