Hemos probado la cámara Canon EOS M5, su mejor mirrorless o “sin espejo” hasta el momento. Tal vez diríamos que es la primera Canon que se toma este segmento, aún algo nuevo, realmente en serio. Las anteriores, como la Canon EOS M3, o la Canon EOS M10, se quedaron un poco a medio camino. La M5 supone un avance importante frente a ellas.
La Canon EOS M5 llega sin prestaciones recortadas. Una gran ventaja es que usa un sensor APS-C como el de las EOS réflex que no llevan sensor “full frame”, y una pantalla táctil trasera excelente. Puede montar los objetivos de la enorme gama Canon (y compatibles) a través de un adaptador. La cámara que probamos traía ese adaptador incluido y un objetivo propio (pero hay menos donde elegir). Y por último destaca su visor electrónico OLED: podremos usar el visor incluso mejor que con una réflex. Así, si no queremos, no tendremos que conformarnos con la (buena) pantalla trasera.
Canon EOS M5
En el cuerpo apenas mayor que el de sus cámaras compactas, Canon nos da con su EOS M5 una sin espejo de primera fila. Usa el mismo sensor APS-C que la réflex EOS 80D, de 24,2 megapíxeles, y procesador Digic 7. Por su formato, la distancia focal real será 1’6 veces la del óptica del objetivo. El objetivo compacto 15-45 que trae, por ejemplo, es realmente un 24-72 mm. Puede disparar hasta 7 fotogramas por segundo (hasta 9 sin autofoco). Y graba vídeo FullHD a 60p (no 4K lamentablemente).
Como buena cámara a la última, la EOS M5 permite todo tipo de comunicaciones. Dispone de WiFi, Bluetooth e incluso NFC para facilitar la conexión con móviles. El visor interno es un OLED de 2,36 megapíxeles. La pantalla trasera una LCD táctil de alto brillo, 8 centímetros de diagonal y 1,62 megapíxeles. Las compactas dimensiones del cuerpo son 115 mm de ancho, 89 mm de alto y 60 mm de profundidad. Pesa 427 gramos con la batería, que dura entre 295 y 425 tomas (según modo).
El cuerpo de la cámara tiene varios botones y ruedas de control, aparte de la pantalla táctil que ocupa casi toda la trasera. Tenemos a la izquierda la principal rueda que cambia entre modos y tiene debajo el interruptor de encendido-apagado. Detrás, los botones de la selección de menús, revisión de fotos de la tarjeta y más funciones.
Control
A la derecha, arriba, nada menos que tres ruedas. Una dedicada a la luminosidad: será muy fácil pedir fotos más claras o más oscuras directamente. Otra programable, en principio para navegar entre fotos hechas. Y el dial principal, junto al botón de enfoque y disparo, cuya función depende del modo. Si disparamos en modo Av controlaremos la apertura del diafragma, en modo Tv la velocidad de disparo, etcétera.
Como en otras cámaras modernas de este nivel, llegar a conocer todas sus posibilidades y funciones implica horas de estudio. El manual completo son más de 200 páginas… Entre otras cosas son muy interesantes las dedicadas a sus propios modos. Estos van más allá de lo que un aficionado avanzado a la fotografía suele usar: el modo manual, o alterar velocidad o apertura. Esos modos son cada vez más refinados y merece la pena estudiarlos y aprovecharlos. La cámara incluso puede proponer alteraciones sobre ajustes manuales previos.
Acción
En la práctica: estuvimos unos días usando la Canon EOS M5 como nuestra cámara de mano. El adaptador para poder montar cualquier objetivo Canon EF/EF-S nos vino muy bien para probarla con alguno de los nuestros. Canon también nos prestó un 18-150 (1:3,5) y un curioso y plano 24 mm (1:2,8). Pero hay que reconocer que la ventaja en peso y tamaño de esta M5 seduce mucho, y la usamos mucho con el compacto objetivo “suyo”. Era como citamos antes un 15-45 mm (1:3,5). Incluso el delgado 24 mm ocupaba (con el imprescindible adaptador) casi tanto como el versátil objetivo EF-M.
Sabiendo manejar una Canon no necesitas ni descargar el manual para empezar a disparar. Incluso diría que habiendo manejado cualquier cámara un poco avanzada, es todo muy fácil. Vas entrando en los menús, algo aún más sencillo desde que existen pantallas táctiles, y ves qué opciones probar.
Tengo que destacar, para empezar, el enfoque. La EOS M5 usa el ya habitual sistema automático “Dual Pixel” y cuenta con una matriz de 7 por 7 puntos de enfoque (es decir 49 en total). Suele funcionar muy bien, ágil y preciso en el uso habitual. Con los objetivos grandes (adaptador a EF) el enfoque funciona casi como en las hermanas mayores. Comparada con las anteriores M (sin espejo) o cámaras inferiores, la diferencia es muy notable. Ahora sí se saca rendimiento de objetivos mejores en este sentido.
Pero me resultó novedoso y más interesante la opción de seleccionar manualmente el punto de enfoque. Basta con apuntar con el dedo a qué queremos enfocar tocando la pantalla táctil y la cámara además retendrá ese punto en posteriores tomas. Genial y eficaz. Incluso podemos deslizar el dedo y vemos cómo cambia el foco hacia el otro sujeto. O seleccionar a quién damos prioridad, en modo retrato con reconocimiento de caras. Una excelente prestación, en resumen.
Pantalla y visor
Algo más cuesta acostumbrarse a la pantalla táctil cuando queremos usar el visor. La costumbre de usar una cámara “buena” mirando por él no se pierde… El visor es excelente: un OLED interno de más de 2 MP. Al acercarnos, la pantalla táctil o la cámara detectan nuestra presencia y se desactiva. Es algo que puede hacerse de forma manual, necesario si no queremos que nuestra nariz elija un punto de enfoque sin querer.
Hablando del visor, es una gran novedad de esta Canon pues las anteriores EOS sin espejo, o no tenían, o era opcional. Incomprensible, porque ésa me parece una ventaja necesaria al no disponer de espejo y prisma (réflex). Entiendo lo amenazadas que están las réflex por este (aún) nuevo tipo de cámara, usando la M5 con este visor. Es tan bueno… Nos ha parecido estupendo cómo muestra la imagen que obtendremos al ajustar luminosidad, por ejemplo. Las EOS réflex, en modo Live View (el espejo se alza y vemos la imagen en el sensor), no parecen mejores. Aquí basta estar viendo la imagen encuadrando normalmente con el visor, tras haber enfocado y medido.
Entonces tocamos la rueda derecha de compensación (hasta más o menos 3 puntos) y, directamente, vemos el resultado antes de tomar la foto. Lo mismo se aplica si queremos retocar colores (lo que Canon llama “estilo de imagen”). O cuando alteramos el balance de blancos: el visor electrónico nos permite hacer una previsualización perfecta en cada ocasión.
Calidad de imagen
El sensor, heredado con el procesador precisamente de las EOS réflex de última generación, es excelente. Las imágenes ofrecen colores dinámicos y la compresión a JPEG propia de la cámara es muy buena, con colores vivos y… muy Canon. Sólo los más exigente, y hábiles con programas de retoque, preferirán disparar en RAW y procesar ellos las imágenes. Si tenemos poca luz y necesitamos subir la sensibilidad ISO, la calidad se resiente y aparece el temido grano; ahí puede mejorar. Lo puedes ver ampliando las imágenes del gato o el amplificador de válvulas (tomadas sin flash a ISO 6400).
En vídeo tal vez hay margen de mejoría: no sólo por poder grabar en 4K (como máximo tenemos resolución HD a 60p). También podría mejorar el detalle de los vídeos a esa resolución. A su favor, que puede aprovechar los sistemas de estabilización de imagen de los objetivos Canon. Y que permite grabar vídeos controlando parámetros manualmente (apertura, tiempos, ISO), algo que en algunas cámaras no es posible.
La rapidez de disparo ha mejorado respecto de anteriores Canon de esta gama. Disparar 7 fotos por segundo manteniendo el autofoco, o hasta 9 por segundo con el foco fijado, es un aumento notable. La EOS M10 sólo conseguía 4,6. Pero sus rivales van por delante: es uno de los aspectos en los que Canon seguramente paga haberse apuntado algo tarde a las sin espejo.
Conclusiones
Efectivamente ésa es la sensación general con la Canon EOS M5: lo bueno, que por fin hay una “sin espejo” digna de Canon en el catálogo. Ofrece prestaciones equivalentes a la réflex EOS 80D, que es una excelente cámara de aficionado avanzado, por un precio equivalente.
Permite aprovechar los objetivos de la marca (y de terceros compatibles) aunque con ello se pierde la ventaja de su ligereza y tamaño. Pero lo hace en parte, y los objetivos “suyos” disponibles son pocos y no destacables. Cuenta con muy fácil manejo, opciones entendibles, y prestaciones excelentes. El visor OLED interno es un gran salto adelante, también.
En el lado menos positivo, Canon se ha quedado un poco a medio camino de sus mejores rivales en esta categoría. Le llevan unos años de ventaja, y esto incluso una marca como Canon lo paga. Sobre todo, se nota en agilidad: al arrancar, al hacer fotos rápidas, en ráfagas.
La batería es suficiente pero no muy generosa. Canon anuncia casi 300 fotos en modo normal, algo más de 400 tomas en modo “Eco” (que disminuye el brillo y apaga la pantalla antes). Pueden ser datos fiables, pero no es mucho: en un día intenso la agotaremos. Y al llegar la noche, con el necesario flash, nos convendrá tener una segunda batería. Quizás podían haber encajado una algo mayor y sería ideal.
La sensación global de todas formas es positiva. Para quien está acostumbrado a manejar desde hace años cámaras Canon EOS digitales réflex, esta pequeña joya es un regalo. Descubrir que se pueden seguir usando los mismos objetivos -y flashes- y hacer los mismos trabajos, con ciertas ventajas y cargando menos peso, es una gran noticia. Estamos deseando descubrir la siguiente.
Canon EOS M5
Sensor | CMOS de 22,3 x 14,9 mm, APS-C de 24,2 megapixeles efectivos | |
Formato y focal | 3:2, equivalente a 1,6x focal objetivo | |
Procesador | DIGIC 7 | |
Montura objetivos | EF-M (incluye adaptador a EF y EF-S) | |
Enfoque | Sistema AF Dual Pixel CMOS. Automático de 7×7 (49) puntos. Manual de 1 punto o 1 zona 3×3 (9 puntos) | |
Medición luz | Medición evaluativa; Medición parcial en el centro; Medición promediada con preponderancia central; Medición puntual | |
Compensación | Control directo +- 3 EV, cada 1/3 de punto | |
Sensibilidad ISO | ISO automática (100 – 25.600), 100-25.600 en incrementos de 1/3 de punto Vídeo: ISO automática (100-6.400), 100-6.400 en incrementos de 1/3 de punto |
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Obturador | Electrónico. Velocidad 30-1/4.000 segundo | |
Visor | OLED 2.360.000 píxeles (cobertura 100%) | |
Pantalla | LCD táctil, 3’2 pulgadas, 1.620.000 píxeles. Abatible 85º arriba y 180º abajo | |
Flash | Incorporado, nº guía=5 (ISO100) E-TTL II. Zapata estándar y control de flashes externos Speedlite EX. | |
Disparo continuo | 7 fps con AF. 9 fps en foco fijo (hasta 26 fotogramas JPEG) | |
Grabación | Fotos JPEG o/y RAW (14 bits). Vídeo MP4 (MPEG-4 AVC/H.264) | |
Tamaños de imagen | RAW: (3:2) 6000 x 4000, (4:3) 5328 x 4000, (16:9) 6000 x 3368, (1:1) 4000 x 4000 JPEG 3:2: (G) 6000 x 4000, (M) 3984 x 2656, (P1) 2976 x 1984, (P2) 2400 x 1600 JPEG 4:3: (G) 5328 x 4000, (M) 3552 x 2664, (P1) 2656 x 1992, (P2) 2112 x 1600 JPEG 16:9: (G) 6000 x 3368, (M) 3984 x 2240, (P1) 2976 x 1680, (P2) 2400 x 1344 JPEG 1:1: (G) 4000 x 4000, (M) 2656 x 2656, (P1) 1984 x 1984, (P2) 1600 x 1600 |
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Tamaños de vídeo | Full HD – 1920 x 1080 (59,94, 50, 29,97, 25, 23,976 fps) HD: 1280 x 720 (59,94, 50 fps) VGA: 640 x 480 (29,97, 25 fps) |
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Idiomas menú | 25, incluyendo español | |
Conexiones | Micro USB, Micro HDMI, y jack 3’5 mm para micrófono externo | |
Conectividad inalámbrica | LAN inalámbrica (IEEE802.11 b/g/n), (solo 2,4 GHz, 1-11 canales), NFC Activo Bluetooth® (especificaciones para la versión 4.1, Bluetooth de bajo consumo) |
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Almacenamiento | Tarjeta SD, SDHC o SDXC (compatibles con UHS-I) | |
Batería | 1 batería LiIon LP-E17 | |
Duración | Con monitor LCD o visor: aprox. 295 disparos (a 23 °C, AE 50%, FE 50%) Modo Eco: aprox. 420 disparos |
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Dimensiones | 115,6 ancho x 89,2 alto x 60,6 mm profundo (427 gramos) sólo cuerpo | |
Fecha de lanzamiento | Disponible | |
Precio | 1.199 euros (cuerpo sólo. Consultar con objetivos) |
Sin espejo
Las cámaras mirrorless llegaron hace unos años al mercado y ya está muy claro que se van a quedar. De hecho, ya son bastantes quienes apuestan a que serán las cámaras profesionales del futuro. Que es cuestión de (poco) tiempo que desaparezcan las réflex.
Las cámaras réflex dominan el mundo profesional desde hace décadas. Su funcionamiento se basa en el uso de un espejo y un prisma translúcido. Mientras componemos la imagen mirando por el visor, el espejo refleja hacia el prisma y éste hacia el visor la imagen a través del objetivo. Así, el fotógrafo ve exactamente la escena tal como quedará fotografiada. Cuando dispara, el espejo se levanta dejando pasar la luz hacia la película para registrarla. En las digitales, todo es igual y la luz pasa hacia el sensor de imagen.
Las cámaras sin espejo digitales son más sencillas: la imagen pasa del objetivo al sensor. Esa imagen, ya digitalizada, se transmite a la pantalla trasera, o a una pantalla interna hacia el visor si la cámara dispone de él. Al evitar el mecanismo mecánico del espejo y el prisma, estas cámaras son más sencillas y más compactas y ligeras. Pueden disparar mucho más rápido (más fotogramas por segundo) y por supuesto grabar vídeo. La desventaja teórica de no ver “directamente” la imagen del objetivo se ha superado con los visores. De hecho, el visor puede permitir comprobar en directo cómo cambia la luz en la escena alterando ajustes.
El futuro
Cuando los móviles empezaron a ofrecer cámaras buenas, por sus sensores, ópticas y la electrónica que las maneja, las cámaras compactas vieron su futuro comprometido. La realidad es que el mercado de esas cámaras, que tuvo un fuerte despliegue una década atrás, se ha quedado muy pequeño.
Los fabricantes dieron un salto adelante, ofreciendo cámaras apenas más grandes que las compactas, pero con sensores de mayor tamaño y calidad. Y sobre todo con objetivos intercambiables. Desde ese momento las cámaras “sin espejo” no han hecho sino coger más y más fuerza en el mercado. Entre aficionados, pero también profesionales: empiezan a verse en los campos de fútbol, y ésa es una señal importante de hacia dónde vamos.
Como vimos apenas tienen desventajas frente a las réflex, si es que tienen alguna, y sí ventajas como su ligereza. Y los fabricantes están apostando por ellas fuerte: la EOS M5 de Canon es un buen ejemplo. Canon ha tardado en ofrecer una “sin espejo” de gran nivel pero ya está aquí. Tal como reza Canon en su web: tiene la potencia de una réflex digital, en el cuerpo de una compacta.