Canon EOS M3, la hemos probado

Tras el fallido intento con la Canon EOS M, la marca japonesa Canon vuelve a la carga en el segmento de las cámaras compactas sin espejo. Presentada en febrero, la Canon EOS M3 promete mejorar todas las carencias de los dos modelos anteriores (la EOS M2 no llegó a España) y posicionarse como una alternativa a tener en cuenta en esta reñida categorí­a. Un enfoque más rápido, diseño estilizado y ergonómico y un sensor ASP-C de 24 megapí­xeles con procesador DIGIC 6 son algunos de los argumentos de Canon para esta EOS M3, veamos si han conseguido  lo que se proponí­an.

Diseño y manejo

Canon ha diseñado una cámara elegante, sin alardes. El cuerpo es relativamente compacto y mantiene el peso a raya aún si le sumamos la lente EF-M 18-55 mm que vení­a en el kit -aunque no es un peso pluma. La sensación al sujetarla en la mano es buena, en gran parte gracias a su empuñadura lateral, que sin ser muy pronunciada resulta bastante cómoda.

La Canon EOS M3 tiene los controles justos para que el manejo sea fluido y están bien colocados.Si nos fijamos en la parte superior, Canon ha incluido un dial alrededor del  botón de disparo, además del clásico dial de modos y el de compensación de la exposición. El botón de encendido esta «enterrado» en medio de las tres ruedas y también hay un botón de función configurable a la derecha. El botón de grabación de ví­deo está en la esquina trasera junto con el botón de reproducción para que podamos acceder fácilmente con el pulgar. El resto de botones están detrás, en la zona a la derecha de la pantalla. La Canon EOS M3 lleva un flash emergente en la parte izquierda que podemos sacar manualmente con el interruptor lateral.

Pantalla y visor

La pantalla de la Canon EOS M3 mide 3 pulgadas en diagonal y tiene un millón de puntos de resolución. Ofrece imágenes ní­tidas y brillantes, pero hemos echado en falta el visor electrónico al manejarla a pleno sol. Canon ha decidido prescindir de esta pieza en aras de un cuerpo más compacto, pero no hubiera estado de más incluirla. Además de para encuadrar, también ayuda a ampliar la autonomí­a de la baterí­a, pero este punto lo veremos más adelante. Canon ofrece un visor electrónico que se vende por separado y se acopla en la zapata de flash.

La pantalla táctil nos permite movernos más rápido por los menús y seleccionar el punto de enfoque rápidamente con un simple toque. Además es abatible 180º, para facilitar los disparos desde ángulos complicados o para hacernos un selfie.

Enfoque y disparo

Desde Canon aseguran que la Canon EOS M3 ofrece un enfoque seis veces más rápido que el modelo anterior, la duda es si está a la altura de sus competidoras más directas. La primera palabra que nos viene a la cabeza al valorar el enfoque de la EOS M3 es que es un enfoque correcto. Cumple su papel y rara es la ocasión en la que una foto nos ha salido borrosa, pero no es la más rápida de su categorí­a, otros modelos como la Sony a6000, que probamos hace unos meses, se adelantan en este importante apartado. El enfoque de 49 zonas de la Canon EOS M3 funciona muy bien cuando la luz acompaña, pero si estamos fotografiando una escena poco iluminada a veces resulta un poco lento.

El disparo en ráfaga alcanza una frecuencia de 4 fotogramas por segundo, de nuevo una cifra que no despunta entre sus rivales. Si disparamos en JPG el lí­mite de imágenes está en 1.000, pero si seleccionamos el formato RAW se limitará a 5 imágenes.

Calidad de imagen

La combinación del sensor ASP-C  de 24 megapí­xeles y el procesador DIGIC 6 cumple con nota. Las imágenes tienen un rango dinámico amplio y reproduce tonos fieles aunque haya malas condiciones de iluminación. El procesador consigue controlar el ruido bastante bien, y sólo aparece cuando trabajamos en sensibilidades por encima de 6400 ISO. Tampoco defrauda en los ví­deos y el estabilizador hace un buen trabajo minimizando el «tembleque» de la mano, aunque dependerá de qué lente usemos ya que no va integrado en el cuerpo. Adjuntamos algunas pruebas realizadas con la Canon EOS M3.

Conectividad y autonomí­a

La Canon EOS M3 cuenta con varias conexiones fí­sicas repartidas en los laterales, ambas protegidas con tapas de plástico estancas. A la derecha encontramos el puerto miniHDMI, con el que podemos conectar la cámara a un televisor o monitor compatible. En el lado izquierdo hay una tapa más grande que protege un puerto miniUSB y un conector minijack para micrófono externo, un detalle que vendrá muy bien a los aficionados al ví­deo. No le podí­an faltar el dúo de conexiones inalámbricas, WiFi+NFC, para transferir imágenes in usar cables o controlar la cámara de forma remota.

La autonomí­a de la Canon EOS M3 es bastante ajustada, 250 disparos según Canon, pero en la prueba la baterí­a se agotó antes de llegar a esa cifra. Como ya hemos comentado anteriormente, la ausencia de un visor electrónico nos obliga a usar la pantalla constantemente y se nota en la autonomí­a, y mucho. La Canon EOS M3 no está sola, hay otros modelos que adolecen el mismo problema y de momento la única solución es comprar una segunda baterí­a.

Conclusiones

Canon ya intentó entrar en el segmento de las compactas de lentes intercambiables sin mucho éxito y la Canon EOS M pasó sin pena ni gloria por las tiendas. La Canon EOS M3 es la cámara con la que rectifican los fallos y que por fin está a la altura de lo esperado en una cámara sin espejo de gama media-alta. Un diseño elegante y manejable, sensor de calidad con procesador DIGIC 6, enfoque de 49 zonas… No hay duda de que ha mejorado notablemente con respecto al primer modelo, pero quizás no sea suficiente. La Canon EOS M3 llega en un momento en el que hay marcas como Olympus o Sony que están muy consolidadas, por lo que lo va a tener difí­cil para destacar entre una oferta tan nutrida. Su precio tampoco juega a su favor, 750 euros con el objetivo EF-M 18-55mm.

Canon EOS M3

Sensor

Lente incluida (EF-M 18-55mm)

Enfoque

Exposición

Pantalla y diseño

Flash

Disparo

Conexiones y autonomí­a

+ info

Precio 755 euros aprox con el objetivo EF-M 18-55mm