No son pocas las compañías que han tenido que enfrentarse a la Unión Europea por culpa de algún tipo de actuación o abuso. Entre ellas están Microsoft, Google o Amazon. La de Redmond ha sido investigada en múltiples ocasiones, una de las más sonadas por culpa de Internet Explorer, el navegador que Windows ofrecía como principal con la instalación de este sistema operativo.
Ahora parece que la Unión Europea sigue preocupada por otra cuestión que ya le ha valido un enfrentamiento anterior a Microsoft. Parece ser que el problema estaría relacionado con la configuración de privacidad del sistema operativo Windows 10, la última versión que la firma tiene operativa para los usuarios de todo el mundo.
La Electronic Frontier Foundation ha acusado a Microsoft de recopilar de los usuarios una gran cantidad de datos relacionados con su experiencia a través del sistema operativo. Pero, como decíamos, no es la primera vez que la Unión Europea se ocupa de esto.
Reuters ha informado hoy de la denuncia presentada por el Article 29 Warking Party, un equipo compuesto por 28 autoridades de la Unión Europea que trabajan para la protección de datos de los usuarios. El equipo transfirió a Microsoft su preocupación acerca de esta cuestión: por lo visto, la recopilación de este tipo de datos relacionados con la experiencia del usuario estaría activada por defecto, de modo que formaría parte de lo que llamamos «configuración predeterminada de Windows».
¿Qué significa esto? Pues que, según las autoridades, los usuarios no tendrían prácticamente control sobre aquello que transfieren a Microsoft. Tampoco está claro de qué manera se recopilan estas informaciones y qué uso hace la compañía de las mismas.
Advertida como estaba por el organismo europeo, Microsoft presentó el mes pasado un nuevo sistema para hacer que la recolección de este tipo de datos fuera mucho más simplificada. La de Redmond quería dejar claro cómo se recogen y almacenan este tipo de datos, que al parecer, se almacenan en los propios servidores de la empresa.
De hecho, la compañía habría propuesto una herramienta más accesible para los usuarios, que permitiría configurar de una manera un poco más clara las diferentes opciones de privacidad. Se ofrecería la posibilidad de desactivar la ubicación, el reconocimiento de voz, los diagnósticos, las recomendaciones y otros anuncios o recomendaciones ofrecidas por la propia firma.
Y aunque el Working Party ha examinado los cambios propuestos por Microsoft, pero lo cierto se que siguen preocupados. El grupo vinculado con la Unión Europea habría explicado que a pesar de las modificaciones indicadas, el nivel de protección de los usuarios, bajo su opinión, sigue estando en riesgo.
Según estos expertos, Microsoft debería ser más clara con respecto al tipo de datos personales que se están tratando y con qué fines. Los responsables de este grupo habrían indicado que los cambios son, efectivamente insuficientes, y que sin el consentimiento del mismo serían inválidos.
Pero los vigilantes de la Unión Europea no son la única autoridad que se ha puesto en contra de la política de recolección de datos de Microsoft. Sin ir más lejos, El organismo francés que se encarga de velar por la privacidad de los usuarios ha pedido formalmente a Microsoft que deje de recopilar datos privados. La respuesta de la compañía a este ente francés fue la de trabajar conjuntamente, para encontrar una solución que permitiera a la compañía seguir operando de acuerdo con sus intereses empresariales, pero protegiendo los datos íntimos que los usuarios no hayan acordado prestar.
De momento, la compañía Microsoft no ha emitido ninguna declaración con respecto a la postura recién revelada por el equipo de trabajo de la Unión Europea, pero se espera que tome nuevas medidas en breve. De otra forma, podría tener serios problemas para seguir operando con normalidad en el Viejo Continente.