La Unión Europea ha puesto la lupa sobre los gigantes de la tecnología en repetidas ocasiones. Microsoft o Google son solo dos ejemplos. Ahora es Amazon la que está en el centro de la polémica. De un tiempo a esta parte, el mayor distribuidor de libros electrónicos del mundo está siendo observado por Bruselas por un supuesto caso de abuso de posición dominante en la comercialización de este producto. Todo empezó en 2015, cuando la Comisión Europea se dio cuenta de que la compañía había firmado algunas cláusulas con los editores que podrían resultar una verdadera amenaza para la competencia. Estas condiciones impuestas por Amazon, que ya se dieron a conocer en su momento, exigirían a las editoriales informar a la compañía si sus competidores les ofrecieran unas condiciones más competitivas para acordar con ellos un sistema de compensación más favorable o por lo menos idéntico.
No está claro cómo terminará el caso y hacia dónde derivará, pero de momento, los más críticos con este asunto opinan que Amazon está ejecutando lo que se denomina «competencia desleal» y «abuso de posición dominante». De ahí que la Comisión Europea le haya pedido al gigante una solución amistosa. Lo que ha hecho Amazon, para empezar, es sugerir la posibilidad de eliminar la controvertida cláusula de sus contratos con las editoriales, algo que sin duda resultará ser una buena noticia para todos aquellos que por ahora se habrían visto perjudicados por la acción de Amazon.
Según Reuters, las cláusulas que estarían denunciado las partes «afectadas» y que estarían dentro de los contratos de Amazon con los editores tendrían que ver con el modelo de negocio, las fechas de lanzamiento, los catálogos de libros electrónicos, las promociones, los precios y comisiones de agencia y los precios al por mayor. Parece evidente, pues, que no estaríamos ante información puntual, sino ante datos muy completos sobre los ofrecimientos globales que los competidores de Amazon estarían ofreciendo al sector editorial.
Según ha informado Reuters, la Comisión Europea habría recibido la propuesta por parte de Amazon de cambiar el modelo que sujetaba su negocio hasta ahora. Así, la compañía se compromete a no escrutar información específica como son las fechas de lanzamiento, las promociones y los precios al por mayor. Pero hay más. Parece que Amazon habría anunciado a la Comisión que también se pondría en contacto con los diferentes editores para anunciarles que la famosa cláusula será eliminada de los contratos. Lo que busca Amazon está claro: evitar la cuantiosa multa que podría imponerle la Comisión si no cambia su modus operandi en el Viejo Continente.
El regulador de la Unión Europea ha dado a la competencia y a los clientes de Amazon un mes para aceptar o rechazar la propuesta. Si no se llegara a un acuerdo, la compañía podría enfrentarse a multas por un valor del 10% del volumen de negocio global de la empresa. Pero ojo, que este no es el único frente que tiene abierto Amazon con la Comisión Europea. Ahora también se está investigando el acuerdo alcanzado con Luxemburgo para minimizar su carga impositiva en la medida de lo posible.