En una reciente conferencia de prensa, Joel Kaplan, el vicepresidente de políticas públicas de Facebook (y ex jefe de gabinete en la era George W. Bush como presidente de EEUU) ha anunciado cambios en la forma en la que la compañía reaccionará en el futuro ante el contenido vertido por sus 1.700 millones de usuarios en el mundo. Kaplan declaró que la compañía estaba trabajando en colaboración son sus socios y representantes de la opinión pública para revisar sus estándares de contenido, para así poder decidir en qué casos se debe hacer una excepción a ese estándar. Durante las próximas semanas se pondrá en práctica este nuevo criterio, eso sí, ya se nos avisa de que todo contenido gráfico que pueda ser sensible para usuarios menores de edad o que pueda poner la intimidad de usuarios en peligro seguirá siendo no admisible en la red. Partiendo de eso, Kaplan afirma que el nuevo control de contenido será más abierto, menos severo, y que tendrá en cuenta su carácter informativo o histórico.
¿Demasiada censura?
Gestionar una red con tantos usuarios que sumarían la población total de China y EEUU es sin duda una tarea difícil. Los conflictos culturales a la hora de juzgar contenido son inevitables, lo que en unas sociedades pueda ser considerado aceptable, en otras puede ser todo lo contrario. Establecer cánones de aceptabilidad que satisfagan a todos es imposible, pero sin duda una empresa del tamaño y la influencia de Facebook puede hacer un esfuerzo por intentar llevar a cabo un seguimiento más personalizado, y no el control robotizado y hasta rozando lo prohibitivo que actualmente realiza. En los últimos años se han encadenado muchos casos de contenido injustamente censurado que alteraron a la opinión pública, como el caso en el que un vídeo de una organización de lucha contra el cáncer de mama, vio como su vídeo del pasado día 19 de octubre era retirado por aparecer en él, (obviamente), senos. En el mes de septiembre, se produjo una situación cómica en la que Facebook censuraba y retiraba la foto histórica llamada «La niña del Napalm«, en la que se plasman los estragos de la guerra de Vietnam a través de la figura de una niña desafortunadamente desnuda. En ambos casos la compañía rectificó a posteri, pero es cierto que malentendidos como éste se han multiplicado y han enfurecido a un sector de los usuarios, que sienten que su libertad de expresión queda en entredicho, prefiriendo entonces otras redes como Twitter, donde no hay filtros de esa clase. Ahora parece que la inquebrantable mano de Facebook por fin está dándose a torcer.
Un nuevo horizonte de libertad
A falta de conocer los nuevos filtros de control de la empresa americana, queda la esperanza de que la red social se pueda convertir en un lugar más plural a la vez que respetuoso, y siempre teniendo en cuenta la seguridad de los usuarios. Mientras eso no pase, habrá que seguir mirando con lupa las fotos o vídeos que subamos a Facebook.