Uber ya ha inaugurado el servicio con sus coches autónomos supervisados. Es decir, vehículos que no llevan conductor pero sí hay alguien que está revisando en todo momento y que en caso de ser necesario, cogería el volante para que no pasara nada. Para hacerlo, el lugar elegido ha sido Pittsburgh.
Fue Raffi Krikorian, director del Centro de tecnologías avanzadas de Uber en Pittsburgh quien anunciaría lo que iba a hacer, su intención no ha sido otra que invitar a los pasajeros más leales de la empresa a que prueben el Uber autónomo. En sus propias palabras, los han invitado a «probar el futuro».
Desde Uber se han puesto manos a la obra en la conducción autónoma como forma de plantarle cara a Google y Apple. Si consiguen prescindir de los conductores, lograrían ahorrarse un importe más que significativo. Aunque ahora mismo, todos los coches autónomos llevan un piloto que es capaz de asumir el control en situaciones de emergencia.
En las pruebas de los últimos días, el coche autónomo de Uber ha sido capaz de responder de forma eficaz ante los peatones que aparecían en la carretera. Aunque en varios trayectos fue necesario que el piloto de emergencia agarrase el volante, en una de ellas para evitar una colisión con otro coche que había realizado un giro repentino.
Estos coches que Uber está poniendo a disposición de sus clientes más habituales, cuentan con una pantalla delante de los asientos traseros que muestran una imagen en 3D de lo que el coche ve a través de los sensores, indicando así las acciones del propio vehículo, como es la dirección o el propio frenado. Y como si de una película se tratase, disponen de un botón rojo que en caso de ser accionado el coche frenará. Vamos, que si nos entra un momento de pánico, podemos bajarnos sin problemas. Y por si fuera poco, tienen una cámara instalada en el techo para grabar las reacciones de los pasajeros.
En cuanto al piloto de emergencia, igual que pasa con los coches que tienen activada la opción de marcarle una velocidad fija a la que conducir, solo con agarrar el volante o al pisar acelerador o freno, se desactivará el sistema. Por si todo esto falla, también hay un botón rojo que pulsar para hacernos con el mando del coche.
Pittsburgh, el entorno ideal
Uber no ha elegido Pittsburgh al azar. Desde la empresa ven la ciudad como un entorno idóneo para poner a prueba sus coches. Calles estrechas, serpeantes, con multitud de peatones y hasta ciclistas. Además, la forma de la carretera puede jugar malas pasadas a los sensores de los coches y el clima tampoco acompaña. Mientras los coches autónomos suelen probarse en sitios con buen tiempo como California, Uber quiere que sean probados bajo lluvia y hasta nieve.
En cuanto a los sensores de los coches, llegan con siete láseres, veinte cámaras en la parte delantera y en los laterales, y dos radares que le proporcionan cobertura de 360 grados. Cuenta también con GPS y unidades de medición inercial. Todo ello para conseguir prescindir del piloto en sus viajes.
