Cuando un anfitrión pone en alquiler un piso en Airbnb, tiene que tener en cuenta muchos posibles problemas que podría haber con los huéspedes… Pero seguro que hasta ahora nadie habría imaginado que su vivienda podría convertirse en un escenario de películas porno sin consentimiento del propietario.
Por increíble que parezca, se ha dado a conocer un caso así, con una propietaria de California que decidió confiar en una joven que después utilizó la vivienda para rodar escenas porno y causó destrozos de todo tipo. La propietaria se enteró gracias a los avisos de los vecinos.
Sharon Marzouk, que estaba acostumbrada a alquilar habitaciones de su casa, pero que utilizaba Airbnb por primera vez, puso un anuncio en la plataforma online porque estaba pensando pasar varias semanas fuera de casa y pensó que era buen momento para buscar una inquilina.
Pronto recibió una solicitud de alquiler de Vera, una chica de poco más de veinte años, que en su perfil aseguraba ser una estudiante tranquila, ordenada y que no consumía ningún tipo de drogas (ni siquiera alcohol o tabaco). Por ello, y por la foto de perfil de la chica ”“que inspiraba mucha confianza”“ Marzouk decidió fiarse de ella y formalizar el proceso para el alquiler a través de Airbnb.
Un problema de inundación en la casa hace saltar las alarmas
Estando fuera de casa, Marzouk recibió una llamada de un vecino alertando de que había un problema en su vivienda: una pérdida de agua en la iluminación del techo en la planta baja. La propietaria llamó de inmediato a Vera, que aseguró que la inundación había sido un accidente: al parecer, había dejado el grifo abierto para llenar la bañera y luego se había distraído mirando el móvil.
Cuando Marzouk llegó a casa, además de comprobar los destrozos (fue necesario llamar a una empresa de fontanería que tuvo que levantar todos los suelos, vaciar los armarios inundados y hacer abrir nuevos agujeros en algunas zonas de la casa para poder airear las habitaciones) se llevó una sorpresa bastante desagradable: en la habitación alquilada a Vera, encontró una caja enorme de preservativos, pañuelos de papel usados, gran cantidad de zapatos de tacón altos, un vibrador y una lista de las escenas porno que pensaba grabar con sus clientes.
Además, la inquilina había instalado sistemas de iluminación extra en el baño porque las luces que había no eran suficientes para las grabaciones. Marzouk sospecha que esa pequeña reforma se hizo para conseguir mejor iluminación para los vídeos.
La propietaria ha expresado su queja a la compañía Airbnb y ha publicado fotos con pruebas del desastre en redes sociales. Sharon Marzouk lamenta que Airbnb no haya puesto en marcha mayores medidas de seguridad para propietarios de viviendas, aunque en esta ocasión parece que la empresa ha decidido movilizarse para solventar el problema y asegura que se hará cargo de los gastos de reparación (además, Airbnb ha borrado a Vera de su plataforma).
La propietaria calcula que los daños en su vivienda ascienden a los 10.000 dólares (más de 8.800 euros).