Hace apenas unos meses saltaba la noticia. La operadora de origen británico Vodafone había decidido finalmente comprar la compañía ONO por la friolera de 7.200 millones de euros. Con la adquisición del mayor operador de cable en España, cuya cobertura asciende a los 7,2 millones de hogares, Vodafone perseguía el objetivo de dar respuesta a la creciente demanda de productos de comunicación unificada que se ha dado en España en los últimos tiempos. Pues bien, como toda gran compra en el sector de las nuevas tecnologías, la voluntad de Vodafone y de Ono acaba de recibir la bendición de los organismos que corresponden. Hoy mismo hemos sabido que la Comisión Europea ha aprobado la compra de este gigante tecnológico. Este es el paso definitivo y necesario para que ambas compañías puedan firmar el acuerdo y que el traspaso del Grupo Corporativo de Ono a Vodafone tenga – por fin – un efecto real.
Una vez dado el visto bueno de la Comisión Europea, cuyo cometido es el de velar para que todas estas operaciones se realicen dentro de un marco legal, ambas compañías tienen carta blanca para poner en marcha la transacción. Y es que a pesar de que el acuerdo ya era firme, ninguna de las dos había podido emitir su rúbrica en la documentación oficial. De este modo, está previsto que la operación quede cerrada en tres semanas, sin necesidad de que los clientes de ninguna de estas dos compañías experimenten ninguna modificación sobre los servicios que tienen contratados. De hecho, lo que se espera es que Vodafone pueda ampliar las modalidades que actualmente pone a disposición de sus clientes para ofrecerles, por ejemplo, servicios de Internet por cable y la televisión de ONO en un mismo paquete comercial. Veremos, más adelante, en qué consistirán estas ofertas y de qué manera pueden beneficiar a los usuarios de una compañía y de otra.
Una de la razones por las que Vodafone se fijó en Ono tiene que ver con una carencia que la operadora experimenta en España: la imposibilidad de ofrecer comunicaciones por cable y competir, gracias a eso, con compañías como Telefónica. Esta misma, por ejemplo, ya ofrece servicios de fibra óptica para los hogares en zonas cada vez más amplias de cobertura. La solvencia de Ono en este sentido es bien patente. En la actualidad, la operadora puede prestar servicio a un total de 7,2 millones de hogares en España, lo equivalente al 41% del total en nuestro país. De ahí que la transacción se haya fraguado por un importe tan elevado. En estos momentos, Ono presta el servicio de Internet de alta velocidad (entre 100 y 200 Mbps) a 1,9 millones de clientes de 13 de las 17 comunidades autónomas. Este potencial deberá sumarse a los 14 millones de clientes de telefonía móvil que ostenta Vodafone en el sector de la telefonía móvil, y al casi millón de usuarios que también tienen contratado el fijo.