Europeana, la enciclopedia virtual de la Unión Europea abre sus puertas 4
Tal y como adelantábamos en septiembre, la Unión Europea acaba de poner en marcha su Wikipedia particular. Se llama Europeana y se presenta como un gran museo de la cultura del Viejo Continente, accesible a través de Internet y de forma completamente gratuita. En su estreno, cuenta con dos millones de archivos de todo tipo: cuadros, fotografí­as y toda clase de documentos digitalizados, como manuscritos, entrevistas, documentos oficiales e incluso partituras musicales.

Eso sí­, por el momento está lejos de considerarse un museo o biblioteca virtual que resuma la cultura europea. Y es que el peso de cada paí­s es bien distinto. Casi la mitad de los contenidos provienen de archivos franceses, mientras que España apenas aporta el 1% de esta suerte de memoria cultural europea, situándose por detrás de paí­ses como Luxemburgo o Eslovenia.

Desde el equipo de Europeana afirman que han tenido «una colaboración increí­ble de los 27 estados miembros». Pero unos más que otros, porque además de España, otros paí­ses de gran peso en la Historia de Europa, como Alemania o Italia, también han tenido una aportación bastante baja. Los responsables del proyecto atribuyen este desequilibrio a la escasa digitalización de contenidos en los museos, bibliotecas y organismos culturales de estos paí­ses. Al contrario de lo que sucede en la misma Francia y otros paí­ses como Reino Unido, Holanda, Finlandia y Suecia, más avanzados en esta materia.

Europeana, la enciclopedia virtual de la Unión Europea abre sus puertas 4
Esto se pretende solucionar a base de tiempo y dinero. Concretamente, dos años y 450 millones de euros. Ésa es la inversión prevista para alcanzar la cifra de 10 millones de artí­culos en 2010. En el caso de España, que ha aportado unos 10.000 archivos provenientes de fuentes como la Biblioteca Nacional, se espera una pronta colaboración del Museo del Prado, que de momento no participa en el proyecto. Tampoco estarí­a mal integrar los archivos de la iniciativa PARES, que reúne documentos digitalizados de once grandes archivos nacionales.

No obstante, en los próximos meses podrí­a ir igualándose un poco la situación. Y es que no basta con escanear los archivos y enviarlos. Luego el equipo de Europeana, compuesto por 15 personas, tiene que trabajar para introducirlos en la base de datos. Un proceso que puede ser lento y no exento de problemas técnicos. De hecho, es lo que está sucediendo con los documentos enviados por la Biblioteca Cervantes, que aún no han podido ser agregados a Europeana.

Lo cierto es que, teniendo en cuenta la importancia del proyecto y su inversión, sorprenden algunos de los problemas que está teniendo Europeana en sus primeros pasos. El equipo responsable se ve a menudo superado por la avalancha de documentos que hay que integrar en el portal. Un portal que, de hecho, está teniendo serios problemas de carga mientras escribimos este artí­culo. Y más cuando se trata de un proyecto oficial de la UE, para el que se lleva trabajando cerca de una década, y cuyo presupuesto deberí­a ser suficiente para contratar un buen ancho de banda y una plantilla lo suficientemente amplia.
Europeana, la enciclopedia virtual de la Unión Europea abre sus puertas 4
En cualquier caso, la filosofí­a de Europeana en sí­ nos parece muy positiva. Durante los pocos minutos que hemos podido navegar por ella sin problemas técnicos, hemos comprobado que el buscador arroja resultados de todo tipo a cada palabra clave que introducimos (imágenes, textos manuscritos, certificados oficiales…), ya sea el nombre de un personaje, una institución, una zona geográfica o un acontecimiento histórico.

La interfaz que se ofrece al usuario para buscar contenidos está correctamente traducida al español (y en teorí­a, a los 23 principales idiomas que se hablan en la Unión Europea). Ya iba siendo hora de que una institución pública lanzase un proyecto similar, pues las principales fuentes del saber en Internet están en manos de iniciativas colaborativos (como la misma Wikipedia) o plataformas de empresas privadas, como las enciclopedias clásicas (que en el caso de la Britannica comienzan a adoptar el modelo de Wikipedia) o los Knol de Google.

El gigante de Internet, por cierto, ya ha anunciado su intención de colaborar con Europeana. Ya veremos cómo fructifica esta colaboración. Pero lo que está claro es que cuantas más organizaciones participen en la difusión del saber por Internet, ya sean públicas, privadas o ciudadanas, más alternativas tendrá el usuario para recabar información de toda clase.

Enlace: Portada de Europeana

Ví­a: elmundo.es

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