Nueva intentona de la industria discográfica para seguir vendiendo música en soporte físico. Tras aquellos singles USB de Universal que han pasado sin pena ni gloria, ahora la estrategia consiste en meter los álbumes en tarjetas de memoria microSD. El enésimo «formato musical de siglo XXI» se llama slotMusic, y es resultado de la alianza entre un fabricante de tarjetas (SanDisk) y cuatro grandes discográficas (Universal, Sony BMG, EMI y Warner).
El proyecto ha sido presentado hoy mismo en Los íngeles, y se basa en tarjetas de 1 GB de capacidad con canciones en formato MP3, con una tasa de transferencia de 320 Kbps (bastante buena, al menos en comparación con los 128 ó 256 Kbps de las canciones de iTunes) y sin ningún sistema de protección anticopia (es decir, sin DRM). Será lanzado primero en Estados Unidos y luego en Europa, aunque habrá que esperar a finales de año para que se anuncien los precios y las fechas de lanzamiento.
¿Y bien? ¿Qué demuestra este nuevo soporte? Empecemos hablando en positivo. Nada que objetar sobre el formato, la calidad y la ausencia de DRM, tres puntos en los que las discográficas empiezan a actuar de forma correcta, después de varios años dando palos de ciego. La idea de la tarjeta como un soporte que pueda introducirse fácilmente en muchos dispositivos (móviles, MP3 portátiles, ordenadores…) tiene su gancho.
Lo cierto es que la tarjeta microSD se ha convertido casi en un estándar, aunque hay dispositivos que no incluyen una ranura compatible. Sin ir más lejos, el iPod, hoy en día el reproductor portátil más vendido y usado en todo el mundo. Seguramente por ello las tarjetas slotMusic serán vendidas con un adaptador USB, para que lo conectemos al ordenador y hagamos con su contenido lo que queramos (guardalo en el disco duro, pasarlo a un iPod, etc).
Como no podía ser de otra forma, este soporte también incluirá archivos con las letras de las canciones, fotos de los artistas, algún que otro video-clip… En definitiva, un sustituto para el clásico librito de la caja de los CDs o los contenidos extras de un DVD. Muy bien. Perfecto. Pero cómo van a distribuir este producto. Pues lógicamente, a través de dos cadenas de tiendas (Best Buy y Wal-Mart) y, paradójicamente, tiendas de Internet.
Así es. En lugar de centrarse en la distribución por descarga, lanzan un producto que tienes que ir a comprar a una tienda de toda la vida o encargarlo por Internet y esperar a que te llegue por correo. Así es como cuatro de las grandes discográficas quieren competir con iTunes, amazonmp3 y el resto de tiendas online. ¿Todavía no se dan cuenta de que lo que realmente valora el usuario de la música en MP3 es que puede conseguirla al instante y sin salir de casa?
En fin, cada uno es libre de hacer lo que quiera para evitar que su negocio termine de hundirse. Pero quizás sería mejor dejar de insistir en el soporte físico. Que le pregunten a Toshiba y compañía tras la muerte del HD DVD. O que se esperen unos años para ver que cómo anda el Blu-ray. Y si se van a dedicar a reeditar en este formato éxitos del pasado y con precios similares a los de un CD, mejor que se olviden de conseguir ningún resultado significativo.
Pues yo si no es en un CD en formato físico, para pagar música que al fin y al cabo son ceros y unos, me la descargo gratis en menos que canta un gallo.
Yo soy muy aficionado a la música, de hecho es mi vida. Y la gracia de comprar música es tener tus CD's con su libreto y tus vinilos. Al menos tienes la sensación de que te has gastado el dinero en algo.
Comprar música por internet me parece una auténtica chorrada, y con razón, cada vez importa menos la calidad de la música y de lo escuchado. Ejemplo que podemos ver en que ahora todo el mundo escucha su música en reproductores mp3, altavoces pequeños de nuevo diseño con un sonido pésimo.
En fin… la época dorada de la música ha caido.
Vale, muy bien ¿Y el precio? Porque me estoy temiendo que nos van a hacer pagar la tarjeta (pongámosle 30€) más la música (15€ y rogándole a dios) ¿Por cuanto saldrá la gracia?
Las discográficas y tiendas tendrían que sangrar menos al cliente. El músico se lleva, en el mejor de los casos, solo un 7% de las ganancias de cada disco vendido.
(Este último dato me lo han facilitado un par de músicos en persona, por lo tanto supongo que será cierto, sin embargo no he encontrado en ningún sitio "algo" que me lo confirme o desmienta así que solo se sostiene en la confianza que tengo con ellos.)