El Senado y el Congreso de los Diputados son noticia de nuevo. Hace apenas unos días te hablábamos sobre la polémica página web del Senado, cuyo coste fue de casi medio millón de euros y que por cierto se estrena hoy. También hemos comentado las facturas telefónicas de los senadores, después de enterarnos de que enviaron más de 15.000 mensajes premium el año pasado con los móviles que les ofrecen con el cargo. A pocas horas de haber conocido la noticia, el diario El Mundo publica otro dato que nos ha dejado atónitos. Y es que los presupuestos Generales del Estado para 2013, aprobados el pasado 27 de septiembre, incluyen una partida de 19.847.640 millones de euros para gastos de material de oficina del Congreso de los Diputados y 11.374.330 euros para el Senado. Y aunque desconocemos la cantidad de papel y bolígrafos consumidos en cada cámara, el presupuesto parece deliberadamente desproporcionado. La cifra, de hecho, supera el sueldo base de los 350 diputados, cuyo importe es de 18,7 millones de euros anuales, sin contar gastos adicionales como son las dietas y demás complementos, claro está.
Hace apenas un año, justo en 2012, el Congreso de los Diputados gastó prácticamente lo mismo en material de oficina, aunque en esta ocasión el presupuesto ha aumentado en 200.000 euros, pasando de los 19.641.480 euros a los 19.847.640 euros. Según el organismo en la partida ‘Material de oficina’ también se incluye el consumo de agua, gas, combustible, protocolo, vestuario, comunicación y el material de oficina propiamente dicho. El problema está en que nadie se ha parado a contabilizar la cantidad de libretas, folios, bolígrafos, grapadoras, cartuchos de tinta, tóner, carpetas, archivadores y demás gastos que puedan etiquetarse dentro de esta categoría. El Congreso no ha podido ofrecer datos precisos sobre los materiales adquiridos, al igual que ocurre con otras partidas como la de ‘Gastos de publicaciones’ y ‘Reparaciones, mantenimiento y conservación’, con más de un millón y cinco millones de euros presupuestados, respectivamente.
Y aunque desde el Congreso aseguran que el control sobre los materiales comprados es exhaustivo, todo hace pensar que no hay una revisión estricta. La Constitución contempla, de hecho, cierta autonomía presupuestaria para los gastos de la cámara, lo que permite no detallar exactamente todas y cada una de las compras realizadas. En el Senado, por su parte, sí han explicado que se compra hardware, software, material de escritorio y papelería, consumibles para fotocopiadoras, libros suscripciones o mobiliario.
No sabemos si dentro de este presupuesto para el material de oficina también se incluye el gasto tecnológico. Al acceder a su escaño, los diputados pueden hacerse con un portátil, un iPhone, un iPad, un módem 3G y ADSL gratis. En los últimos tiempos, sin embargo, la polémica se ha fraguado en torno al extravío de 30 iPad que el Congreso no tiene intención de reponer, aunque lo cierto el presupuesto para su renovación ya está hecho y asciende a 100.000 euros.
Foto de portada: Senado
