El Senado pide las cuentas del canon digital

Al Senado no le gusta el canon digital. En diciembre del año pasado la Cámara Baja pidió su retirada, aunque finalmente el Congreso de los Diputados lo aprobó con algunos nimios recortes en sus cuantí­as finales. Ahora, el Senado pide un informe anual sobre qué se hace con la recaudación, así­ como de las cuentas de las organizaciones que lo gestionan, como la SGAE.

Algo que, en buena lógica, deberí­a haberse comenzado a hacer desde el principio. Y es que se trata de un impuesto público y a la vez privado. Por una parte, se aplica sistemáticamente a toda clase de productos tecnológicos: CDs, DVDs, MP3 de bolsillo, teléfonos móviles o impresoras. Pero por la otra, la recaudación no pasa en ningún momento por manos públicas, sino que va a parar directamente a organizaciones privadas como la anteriormente citada SGAE y otras como Asimelec o Agedi. Y sin dar cuentas a nadie.

Una situación extraña, nada habitual y en la que, además, están implicadas organizaciones cuyas cuentas no son vigiladas por las autoridades públicas. Y entre ellas, la propia SGAE ha ido adquiriendo últimamente un currí­culum de denuncias bastante amplio, como la interpuesta por algunos de sus socios por supuestas irregularidades o la realizada por asociaciones de internautas. Por todos estos motivos, es bastante comprensible que desde el Senado se pida arrojar luz sobre el asunto.


Y así­ lo han hecho la mayorí­a de senadores, que han aprobado una moción, redactada originalmente por Jordi Guillot (del partido Entesa Catalana de Progrés), y modificada posteriormente tras tres enmiendas del PP y una de Convergencia i Unió. En ella se pide al Ministerio de Cultura un informe anual con la distribución de los ingresos del canon digital, así­ como las memorias de las entidades de gestión, con sus balances y sus cuentas.

Guillot afirma que «queremos el control parlamentario« de la recaudación del canon. ¿Cómo? Traspasando las competencias que actualmente poseen las entidades de gestión al Gobierno central y a las Comunidades Autónomas. El texto ha sido aprobado por 135 votos a favor y 103 en contra. Es decir, tiene el apoyo de todos los senadores excepto de los del PSOE. Mal comienzo.

Lo mismo que sucedió cuando se pidió la retirada del canon el año pasado. ¿Por qué misterios el partido de turno en el Gobierno se niega a estos controles? Y no lo decimos sólo porque el PSOE vote sistemáticamente en contra de cualquier texto que critique el canon, sino porque este impuesto existe desde hace más de 20 años. Y siempre ha contado con el respaldo del partido que en cada momento tuviese el poder. Un misterio sin resolver.

Por otra parte, en la Cámara Baja también se ha estado debatiendo el canon en sí­, es decir, si su existencia es justa o no. Hay opiniones para todos los gustos. Desde quien lo considera una tasa indiscriminada e injusta, como opina el mismo Guillot en la lí­nea de lo que planteó recientemente la Audiencia Provincial de Barcelona. Hasta quien piensa que sólo hay dos alternativas: o la compensación por copia privada (como se hace en Europa) o la multa por copia privada (tal y como se hace en paí­ses como Estados Unidos).

Si no se ponen de acuerdo, igual podrí­an realizar un estudio a pie de calle. Más que nada, para conocer un poco más de cerca la opinión mayoritaria de los ciudadadanos. Es decir, de aquellos a los que representan y gracias a los cuales cobran su sueldo a fin de mes. En cualquier caso, el problema es el mismo de siempre: si todo lo que apruebe el Senado sobre el canon luego es rechazado en el Congreso de los Diputados, mal vamos.

Ví­a: elmundo.es