Hay puentes que exigen curiosas soluciones de ingeniería. Y luego hay puentes de suspensión como el Siduhe Grand Bridge (en China) en el que, además fue necesaria una buena dosis de ingenio. Sólo así se explica que los responsables de esta impresionante obra optasen por enviar de un lado a otro los cables que lo sostienen utilizando cohetes.
El asunto es para ponerse serios, porque hablamos del que oficialmente es el puente de mayor altura del mundo, superando al Royal Gorge Bridge en el Cañón del Colorado. Situado sobre el río Sidu, en la provincia china de Hubei, si te asomas a uno de sus lados comprobarás que los 560 metros que le separan del suelo no son ninguna broma. Quienes sufran problemas con el vértigo se sentirán bastante incómodos mientras recorren los 975 metros de longitud que hay de una punta a la otra.
Siendo una construcción de esta envergadura y en un emplazamiento tan particular, la cuestión de hacer llegar el extremo del cable hasta el otro lado se agrava considerablemente. En el puente de suspensión de las cataratas del Niágara se utilizaron cometas, mientras que los del Gran Puente de Akashi Kaikyo fueron transportados en helicóptero, y los del Puente de Brooklyn en barco. Pero los ingenieros chinos decidieron que sería más oportuno que el cabo de estos cables (recordemos, de casi un kilómetro de longitud) fuese lanzado usando cohetes de precisión.
Y parece que su peculiar método funcionó a la perfección, lo que no está nada mal teniendo en cuenta que es la primera vez que se pone en práctica. Tras cuatro años de trabajo, el Siduhe Grand Bridge se terminó el pasado mes de julio, uniendo finalmente los dos lados del valle sobre el río que hasta la fecha permanecían separados.
Vía: Deputydog