Si pasas muchas horas delante del ordenador trabajando, estudiando o jugando, es clave contar con una buena calidad de imagen. No solo para disfrutar de una experiencia más nítida, real o envolvente, que te sumerja por completo en lo que estás viendo, sino también para no cansar la vista y reducir la fatiga visual.
En este sentido, tener una tasa de refresco adecuada en tu monitor puede marcar la diferencia. En este artículo, te vamos a explicar cómo cambiar la tasa de refresco de tu monitor en Windows 11 y por qué hacerlo va a mejorar tu experiencia visual y tu comodidad durante largas horas frente a la pantalla.
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Qué es la tasa de refresco de un monitor
La tasa de refresco, medida en hercios (Hz), es el número de veces por segundo que el monitor del ordenador actualiza la imagen que se muestra en la pantalla. Por ejemplo, un monitor con una tasa de refresco de 60 Hz actualiza la imagen 60 veces por segundo.
Por qué cambiar la tasa de refresco de tu monitor en Windows 11
Cambiar la tasa de refresco de tu monitor en Windows 11 puede mejorar la experiencia visual. Una tasa de refresco alta brinda una imagen más suave y reduce el desenfoque de movimiento, algo imprescindible para, por ejemplo, jugar a tus partidas de videojuegos o disfrutar de una buena película o serie de acción con escenas rápidas y emocionantes.
Además, reduce la fatiga visual al minimizar el parpadeo y la vibración de la imagen, lo que hace que el trabajo diario frente a la pantalla sea más cómodo. Cuando la tasa de refresco es baja, la pantalla puede parecer que parpadea. Esto obliga a tus ojos a trabajar más para enfocarse correctamente. Al aumentar la tasa de refresco, la imagen se vuelve más estable y continua, reduciendo la tensión ocular.
Cómo cambiar la tasa de refresco de tu monitor en Windows 11
1. Abrir la configuración de Windows
Para ello, ve a ‘Inicio’ o haz clic en la tecla de Windows, la que tiene icono de ventanita. A continuación, entra en ‘Configuración’.
2. Ve a Sistemas
Entra en el apartado de ‘Sistemas’.
3. Accede a Pantalla
En el menú de ‘Sistemas’ (en el lado izquierdo), dale a ‘Pantalla’. Desplázate hacia abajo y pulsa en ‘Configuración de pantalla avanzada’.
4. Selecciona el monitor
Si tienes varios monitores, selecciona el monitor al que desees cambiar la tasa de refresco desde el menú desplegable debajo de ‘Seleccionar una pantalla para ver o cambiar su configuración’.
5. Cambia la tasa de refresco
Debajo de ‘Frecuencia de actualización’, en el menú desplegable, elige la tasa de refresco que quieras. Las opciones disponibles dependen de las capacidades de tu monitor y tarjeta gráfica.
6. Guarda los cambios
Por último, después de seleccionar la tasa de refresco, toca en ‘Aplicar’. Windows te dará unos segundos para confirmar los cambios. Si la pantalla se ve correctamente, pulsa en ‘Mantener cambios’. Y si algo sale mal o no se ve correctamente, no hagas nada. Windows volverá automáticamente a la configuración anterior tras unos seguros de espera.
Ten en cuenta que una mayor tasa de refresco o frecuencia de actualización usa más energía, es decir, consume más batería, algo a considerar si utilizas un ordenador portátil.
¿Has visto qué fácil y rápido ha sido cambiar la tasa de refresco en tu monitor en Windows 11? ¿A qué esperas para hacerlo tú mismo? ¡Hazlo ahora y nota una mejora significativa en la respuesta de tu pantalla! Si te has quedado con ganas de más, te recomendamos echar un vistazo a esto: Cómo deshabilitar los anuncios en el menú de Inicio de Windows 11 y a esto otro: Este es el truco definitivo para quitar el pin en Windows 11 (2024), ¡no te lo pierdas!