Las criptomonedas sí son un gran negocio, pero no como tú crees

¿Quién no se ha animado a tener una cartera de criptomonedas? Estos activos cuentan con una serie de ventajas y están llamadas a liderar la economía del futuro, pero hay quienes se están haciendo de oro y no precisamente con una cartera en criptas. Los estafadores han visto el campo abonado por completo para sacar tajada del gran interés que despiertas estas monedas virtuales.

El interés que suscitan las criptomonedas ha llevado a que muchas personas se decidan a invertir en ellas. No es para menos, ves una carrera de Fórmula 1 y ves que uno de los patrocinadores es Crypto.com. La oportunidad de hacer negocio, las criptomonedas tienen una volatilidad muy alta, siempre está ahí. Y eso lo saben los estafadores, que no dudan en maquinar tretas para desplumar a quien puedan. De hecho, 1 de cada 4 dólares invertidos en criptos acaban en las manos equivocadas.

¿Cómo se estafa con criptomonedas?

Para dar respuesta a esta pregunta, nada mejor que hablar con los afectados. La gran mayoría de ellos coinciden en haber sido engañados mediante anuncios publicitarios o banners. A este hecho hay que unir un hecho que da qué pensar: el propio desconocimiento por parte de muchos usuarios de lo que se traen entre manos. No saber cómo funcionan las criptos, o cómo se envía dinero, no deja de ser gasolina que se añade al fuego que alimentan los ciberdelincuentes.

Invierte aunque no sepas de qué va

Las falsas promesas de inversiones jugosas son un terreno abonado a las estafas. Nada mejor que vender que la inversión va a tener un retorno espectacular para que los más pusilánimes caigan. A este dinero multiplicado por 1000 que llegará a tu wallet hay que unir también que el escaso conocimiento sobre inversiones y las criptos hace que los incautos se enreden y caigan. Lo tienen muy bien configurado todo, porque es posible realizar pequeñas inversiones que sí retornan a la cartera, pero al hacer la siguiente se pide enviar más dinero para poder liberar el monto total. Una Leda que los estafadores no dudarán en estirar todo lo que puedan para que la víctima siga llenando sus carteras.

El amor como excusa… para desplumarte

Las denominadas estafas románticas son también unas de las que se utilizan para que las criptos pasen de una mano a otra. Un apuesto camellero, que generalmente se encuentra en el extranjero y desempeña un puesto importante, seduce a una mujer y la cautiva con sus historias. Le solicita una cantidad de dinero, en criptos, para conseguir un objetivo con la promesa de una devolución con intereses. Por la causa que sea, esa persona se encuentra imposibilitada momentáneamente para hacer frente a esa cantidad, ya sea por problemas de visados o papeles. Con una media de unos 10000 dólares perdidos en estas estafas, suponen un verdadero agujero para la víctima, que en ocasiones no denuncia por vergüenza.

El principal problema que las criptomonedas, o mejor dicho, las transacciones que las implican, es que una vez que se manda la orden no se puede revertir. No son fáciles de seguir como una transferencia bancaria, sino que las autoridades lo tienen bastante mal para poder llegar a algún sitio.

No soy yo, eres tú

Hablamos finalmente delas suplantaciones de identidad. Estafadores que se esconden bajo la máscara de un banco o de una entidad gubernamental. La advertencia puede ser que tus fondos criptográficos pueden congelarse por investigaciones sobre narcotráfico o fraude fiscal o lo que se les ocurra. Para que la situación se normalice se envía un QR que utilizarán para mandar fondos y que van a la cartera del estafador.

Así que, siempre es conveniente huir de quienes prometen mucho, sobre todo si no hay riesgos. Tampoco mezclar cosas de corazón y dinero y, por supuesto, ni la Agencia Tributaria ni nadie va a pedirte que mandes dinero en criptos, más seguro, a ningún sitio para que no acabes delante de un juez.

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