Análisis Samsung Galaxy A33 5G

Es una gran noticia que un teléfono de gama media de Samsung pueda dar tantas buenas sensaciones sin tener que gastarse mil euros en la alta gama de la firma surcoreana. Obviamente, hay aspectos mejorables o que no han gustado tanto, pero las conclusiones que he sacado tras dos semanas de prueba de este Samsung Galaxy A33 son bastante claras. Lo he estado usando como móvil personal para todas las tareas del día a día, ya sea para entrar en las redes sociales, tomar fotografías, escuchar música, jugar y pasearme por YouTube o Twitch. En este artículo, te voy a dar todas las claves de lo bueno y lo malo de este móvil de Samsung para 2022.

Como todo ejemplar de la familia Galaxy A, es un terminal de gama media que cuentan con prestaciones más que interesantes, acompañado de los evidentes recortes que no estarían en un móvil top de la marca. En otras palabras, es un Galaxy S con un procesador y una cámara de menor nivel, además de unos materiales de construcción más humildes.

Samsung Galaxy A33, ficha técnica

Samsung Galaxy A33 5G
PANTALLAPantalla 6,4 pulgadas Super AMOLED resolución FullHD+ (2.400 x 1.080 píxeles), ratio 20:9, 90 Hz, Gorilla Glass 5, 411 ppp.
PROCESADOR y GRÁFICAProcesador octa-core Exynos 1280
Mali-G68
RAM6/8 GB
ALMACENAMIENTO128/256 GB
Ampliable con MicroSD
CÁMARA FRONTAL13 megapíxeles con f/2.2
CÁMARA TRASERAPrincipal: 48 megapíxeles con f/1.8
Ultra gran angular: 8 megapíxeles con f/2.2
Macro: 5 megapíxeles con f/2.4
Profundidad: 2 megapíxeles con f/2.4
BATERÍA5.000 mAh y carga rápida de 25 W
SISTEMA OPERATIVOOne UI 4.1 con Android 12
CONECTIVIDADDual SIM, 4G/LTE, Wi-Fi a/b/g/n/ac, Bluetooth 5.1, NFC, USB tipo C 2.0,
OTROSSensor de huellas bajo pantalla, reconocimiento facial, certificación IP67
DIMENSIONES Y PESO159.7 x 74 x 8.1 mm y 186 gramos
PRECIO360 euros

Fijándonos en las características, queda claro que es un dispositivo sin complejos, el cual no tiene nada que envidiar a los modelos de gama media procedentes de China. Cuenta con el Exynos 1280, que supera en potencia y eficiencia a otros chips de la potencia como al Snapdragon 695, un procesador montado para los terminales de la misma gama y con un precio similar.

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Lo que sí llamó la atención, siendo un teléfono de menos de 400 euros, es el minimalismo en su envoltura. Y es que al descubrir la caja del dispositivo, me sorprendió el poco grosor de la misma, pero al instante lo entendí todo. Al abrir la caja, vi que solo contenía el terminal, el cable de carga y la clavija para extraer la bandeja SIM, así que el adaptador de corriente del cargador brillaba por su ausencia. Es algo que ya hemos visto en los modelos de gama alta de la firma, como ya pasó en el Galaxy S21, pero parece que esto se está convirtiendo en una práctica habitual dentro de la compañía. Así que, si no has tenido un Samsung últimamente, te tocará añadir a la cesta otros 25 euros, que es el precio del adaptador oficial de la marca.

Diseño convencional pero muy vistoso

Aparte de ese detalle, cuanto menos llamativo, lo siguiente que salta a la vista es el diseño del terminal y cómo se siente a la mano. Los materiales de construcción no son los más premium del mundo, en especial por su carcasa trasera, con un plástico algo rugoso para asentarse bien en la mano y con un tono mate en cualquiera de los colores que tiene disponibles. El tacto es bastante agradable, aparte de que no se resbala fácilmente de la mano.

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Del mismo material está hecho el módulo que cubre las cuatro cámaras traseras que monta este Samsung Galaxy A33, que sobresale levemente de la superficie y que le da un poco de inclinación a la hora de apoyarlo en una mesa o en una superficie plana. No obstante, no tiene demasiado salto ni tampoco unas aristas muy pronunciadas. Donde no tendrás problemas es en la resistencia, porque cuenta con certificación IP67 para funcionar bajo el polvo y el agua. Las sensaciones al tener este terminal en la mano son de comodidad y ergonomía, también ayudado por unos márgenes relativamente aprovechados y un grosor bastante conseguido.

Digo relativamente porque solo el margen inferior es el que estropea el trabajo conseguido por Samsung en este terminal. Es cierto que es muy normal encontrar este formato en la gama media, porque es donde se ubica la entrada del USB-C y uno de los altavoces, pero no está de más pedir que mejore este aspecto. Ah, y no gastes tu tiempo en buscar el jack de 3,5 mm para los auriculares, porque eso ya es historia en la nueva familia Galaxy A.

Por la parte de arriba, cuenta con un notch tipo gota o diseño Infinity-U de Samsung (que desaparece con el Infinity-O de su hermano mayor A53 5G), el segundo altavoz para la salida de audio y la bandeja para la tarjeta SIM justo por encima. En el canto derecho se encuentra tanto el botón de desbloqueo como el control de volumen, mientras que el lado izquierdo es totalmente liso. Una característica que me ha gustado mucho es la ubicación del lector de huellas, que se encuentra debajo de la pantalla. Aunque está en varios modelos, no es frecuente ver esto en la gama media, donde se apuesta más por incluirlo en el botón Power.

La pantalla va más allá de la gama media

Si tuviera que sacar puntos positivos sobre este terminal, uno seguro que iría dedicado a la pantalla. En esto Samsung no deja ni un cabo suelto, porque cuenta con una tecnología que le permite hacer pantallas espectaculares, sea para la gama de precios que sea. Este gran trabajo lo lleva haciendo la firma hace muchos años, pero sigue sorprendiendo el resultado cuando veo algún vídeo o simplemente navego por las aplicaciones.

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Es un título que todavía ningún fabricante ha conseguido robarle gracias a la tecnología AMOLED de sus paneles. Lo que más me gusta de estos paneles es el nivel de contraste y los colores tan vivos que muestra la imagen, creando ese efecto wow del que presume cualquier usuario de un Samsung. Por si acaso, el sistema te deja calibrar el balance de blancos y optar por un contraste más pálido, pero yo sinceramente disfruto como un niño cuando veo tanta vivacidad en la pantalla de un móvil, aunque no tenga la mayor calidad en resolución.

Precisamente la calidad es lo que voy a tratar ahora. En un gama media, lo normal es encontrarse una resolución FullHD+, así que este terminal no va a ser una excepción. El resultado que he encontrado en la reproducción de vídeos es más que suficiente para la gran mayoría de usuarios, con imágenes de mucha nitidez, aunque los colores vivos del panel AMOLED ayudan bastante.

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Por otro lado, tiene algunos «peros» que es importante puntualizar. Aparte del marco inferior, el hecho de no tener tasa de refresco a 120 Hz lastra un poco la experiencia, aunque sigue siendo bastante fluida, como ya explicaré más adelante. Al menos, se queda en los 90 Hz, que sigue siendo más velocidad que los 60 Hz, que se pueden activar por si en algún momento quieres alargar la vida de la batería.

Un procesador más que solvente para todo tipo de apps y juegos

Llega la parte en la que confirmo si este móvil es lo suficientemente potente para aguantar todo lo que le echen, o si simplemente sirve para lo más básico de un teléfono móvil. Para empezar, es destacable el paso de MediaTek a Exynos con respecto al Galaxy A32 5G, donde hay un salto del Dimensity 720 al Exynos 1280. La diferencia más clara es que el primer chip era el más modesto de los compatibles con 5G, mientras que el procesador de Samsung es más potente, está construido en 5 nanómetros y está pensado para dar prestaciones de gama alta en un móvil más económico. Además, está acompañado de 6 u 8 GB de RAM y cuenta con 128 o 256 GB de almacenamiento que son ampliables.

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Con esta presentación, es inevitable pensar que el aumento de potencia en esta generación se ha mejorado con creces. En la práctica, este terminal se mueve con mucha fluidez por cualquier aplicación, ya sea Instagram, TikTok, Discord, Google Chrome o al navegar por un feed de noticias. También se maneja sin problemas al cambiar de vídeos en YouTube o al reproducir diferentes directos en Twitch. En acciones como abrir los ajustes del teléfono o la multitarea tarda décimas de segundo, por lo que la experiencia, al menos para mí, ha sido muy satisfactoria.

En cuanto a juegos, no podía esperar menos. He probado desde los títulos más exigentes, como NBA 2K Mobile, FIFA o PUBG Mobile; hasta los más sencillos como Combat Quest o Hyperforma. La sensación en todos ellos es la misma, con una fluidez que no hace pensar que estoy en un gama media. Evidentemente, no es ni el procesador más eficiente ni el más rápido porque la diferencia de precio con un gama alta es latente, pero el rendimiento es de notable.

One UI cada vez me gusta más, con funciones y apps propias

Yo soy de los que pone muy en valor la capa de personalización de un móvil, porque es el intermediario con el que puedo interactuar con las funciones del terminal y el que ejecuta mis órdenes. Lo considero prácticamente el 50% del poder de decisión a la hora de comprar un smartphone, por eso debe aportar comodidad, utilidad y que sea tremendamente fluido.

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Si soy sincero, era de los más escépticos cuando Samsung comenzó su andadura en desarrollar One UI y jubilar por completo TouchWiz UI. Al principio, seguía padeciendo de ser una capa muy pesada y con varios problemas de fluidez. Con el paso del tiempo, mi opinión ha ido cambiando para bien, y hay que reconocer que Samsung está haciendo muy buen trabajo en su software. No digo que sea la mejor capa de todo el mercado Android, pero sí que se ha convertido en un sistema más eficiente y más cómodo de usar. Además, Samsung se está tomando muy en serio el tema de las actualizaciones, tanto en la llegada de nuevas versiones Android a su catálogo como en el desarrollo de su capa de personalización.

Realmente es una capa que da sensaciones similares con la de los fabricantes chinos, tales como MIUI o Realme UI. Es decir, One UI es una capa que la amas o la odias, sin haber un punto intermedio ahí. En mi caso, que es una opinión de lo más humilde y para nada absolutista, me está encantando la experiencia que ofrece esta capa por varios motivos. El principal es que todo va como debe de ir, con mucha fluidez y rapidez a la hora de abrir aplicaciones o realizar diferentes tareas, sin cierres inesperados de aplicaciones ni fallos de funcionamiento.

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Además, es una capa que aporta valor por sus diferentes funciones propias que ha desarrollado Samsung. Cierto es que todavía resulta abrumador ver tanta aplicación y función extra, con una suite de programas interminable (Samsung Health, Shop, Wearable, AR, Game Center, Switch, Pay…), pero no afecta para nada en el rendimiento del dispositivo, sin ningún rastro de bloatware. Con la tasa de 90 Hz, las animaciones son muy vistosas y el sistema va con la sensación de que estuviera flotando por la pantalla.

Algo pasa con la conectividad

A la ausencia de problemas en el funcionamiento del dispositivo le he encontrado un pequeño punto negro. Es algo que no esperaba encontrar a estas alturas de la película, más aún en un terminal de Samsung. Me refiero al apartado de la conectividad, más concretamente la estabilidad de conexión con una red W-Fi, cuyo resultado no ha sido el esperado. Para empezar, es importante resaltar el retroceso en la tecnología que se ha usado con respecto a la generación. En este Galaxy A33, se ha apostado por Wi-Fi 5, cuando en el A32 ya tenía la sexta generación.

No sé si es por el cambio de procesador o es mi unidad la que sufre de este fallo de conexión, pero trabajar con una red Wi-Fi en este móvil ha sido infernal. Sin aparentes problemas de conexión, de manera frecuente han dejado de llegar las notificaciones y el contenido de las aplicaciones no cargaba, por no hablar de los problemas para jugar en un título que requería conexión a Internet. He probado a reconectar el Wi-Fi y a restablecer los ajustes de red, pero nada de eso ha podido solucionar esa inestabilidad en la conexión. Y para nada ha sido fallo de mi red doméstica, porque el resto de dispositivos que tengo en casa han funcionado a las mil maravillas. Sin duda, es el gran aspecto negativo en esta experiencia con el Galaxy A33.

Batería de sobra para todo el día, pero falta una carga rápida competente

En este apartado, Samsung da una de cal y otra de arena. Por una parte, este Samsung Galaxy A33 5G ofrece una majestuosa batería de 5.000 mAh, manteniendo lo que ya había en la generación anterior. Con la eficiencia del procesador Exynos y una resolución de pantalla bastante contenida, la autonomía del terminal se convierte en otro de sus puntos fuertes a la hora de valorar su compra. En mi caso, me ha durado sobradamente para todo el día, llegando a la noche sin necesidad de cargarlo y con batería suficiente para echar unas cuantas horas al segundo día. Mi uso ha sido bastante intermedio, entrando sobre todo en redes sociales, Twitch y jugando de forma ocasional.

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Una vez que me ha dado la arena, ahora toca la cal. El aspecto negativo de esta batería, aparte de tener que comprar el adaptador del cargador, es su carga rápida, infinitamente inferior a su competencia. No está bien visto que un terminal de gama media cercano a los 400 euros tenga una capacidad de 25 W, cuando otros modelos del mismo rango de precios tengan 50 o incluso 67 W. No es un aspecto vital para el funcionamiento del teléfono y seguirás teniendo una carga medianamente rápida, pero si esa tecnología está disponible y otros la están usando, qué menos que aprovecharla.

Sonido: dos altavoces mejor que uno solo

En este campo, el Samsung Galaxy A33 5G tampoco va a decepcionar en absoluto. El hecho de llevar doble altavoz corresponde a una tendencia muy estandarizada dentro de la gama media, lo que permite tener una mejora en la salida de audio y un sonido más nítido que si tuviera un solo altavoz.

Pero eso no significa nada, porque perfectamente el sonido podría ser nefasto y escucharse peor que un móvil de gama baja. Este no es el caso, con un sonido muy nítido y envolvente con las dos salidas de audio, uno por abajo y otro por la parte de arriba del terminal. Reproduciendo vídeos de YouTube, los graves están muy conseguidos, mientras que con el volumen al máximo no hay ningún tipo de saturación, así que el resultado del sonido no está nada mal.

Una cámara con aspiraciones de gama alta

Llega una de las partes más importantes de un terminal, más aún tratándose de un terminal con tantas expectativas en el apartado fotográfico. Por repasar las características, este móvil cuenta con cuatro sensores, uno principal de 48 megapixeles y tres auxiliares dedicados al ultra gran angular, el macro y otro de profundidad. Tuve que comprobar si la familia Galaxy A de 2022 ha dado el salto necesario en la cámara.

El sensor principal me ha dado muchas sorpresas para bien por un resultado que no me esperaba para nada en este Galaxy A33 5G. Durante el día, el nivel de detalle es muy destacable, con una alta definición de los elementos y un gran rango dinámico de las imágenes. Lo mismo pasa con el contraste y los colores, donde el sensor principal hace un especial trabajo en mostrar colores vivos y con un toque extra de saturación, algo típico en las buenas cámaras de Samsung. El sensor de macro y de profundidad pasan sin pena ni gloria en el uso habitual de la cámara, aunque el ultra gran angular se le puede sacar algo de provecho en algunas situaciones.

Por lo general, en días con sol y nubes vas a conseguir efectos realmente increíbles, incluso en momentos muy nubosos como en las fotografías que he tomado. No tengo miedo a decir que se trata del mejor sensor principal de la gama media, o al menos, uno de los tres mejores.

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Modo 48 megapíxeles

Durante la noche, es evidente que las prestaciones caen notablemente, como ocurre con cualquier móvil de su rango. Sigue manteniendo ese contraste sobresaturado y con unos colores algo más cálidos, pero se pierde en nivel de detalle y en definición. Además, aparece el típico ruido cuando la luz brilla en su ausencia. El resultado no va a ser malo, pero ten en cuenta que es muy poco probable que puedas sacar una imagen digna para un concurso de fotografía.

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Modo 48 megapíxeles

En cuanto al selfie, ocurre una cosa muy curiosa. Desde lejos y a primera vista, parece que el resultado es notable, con un gran nivel de detalle en la imagen. Sin embargo, cuando empiezo a ampliar el zoom y acercarme a una parte concreta de la foto, veo todo pixelado y sin un nivel de definición digno. Este resultado, viendo que es un sensor frontal de 13 megapíxeles, no me pilla de sorpresa, aunque en condiciones de mucha luz no tendrás mucho problema en sacar una buena foto.

El vídeo es otra de las grandes sorpresas de esta cámara, tanto por el nivel de calidad como por la estabilización a la hora de grabar. El resultado general es bastante bueno, pero eligiendo el modo FullHD 60 FPS tendrás una grabación más fluida y más natural de lo que estás capturando. De noche hay más problemas para el enfoque y para encontrar un objeto en concreto ante la falta de luz, pero en general no saldrán vídeos pésimos, ni muchísimo menos.

En cuanto a la app, no hay mucha historia que encontrar. Es un formato bastante familiar dentro de los fabricantes Android, ya que cuenta con el obturador y los modos fotográficos en la parte inferior, mientras que en la zona superior de la interfaz están las opciones de temporizador, nivel de resolución o el flash. Además, permite ajustar si se activa el HDR automático o no, así como los modos súper lento o cámara súper rápida.

Conclusiones de este Samsung Galaxy A33

Llegan las conclusiones finales y el resumen de todo lo que me ha parecido este Samsung Galaxy A33. Es un terminal que, a primera vista, no es llamativo ni se hace destacar por nada en concreto, pero te va ganando conforme pasas días con él. No tengo ningún temor a decir que es uno de los mejores gamas media que puedes encontrar en el mercado para 2022, siempre y cuando a Xiaomi o a Realme no se les ocurra alguna locura en lo que queda de año.

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Los motivos para pensar eso es que tiene una pantalla muy buena, un rendimiento notable para cualquier exigencia, una experiencia de uso fluida, una gran autonomía y la mejor cámara principal de su gama. Todo este pack de cosas buenas está en el mercado por unos 350 euros, por lo que la relación calidad precio está más que conseguida.

Pero no todo el monte es orégano, porque no se trata de un móvil ni de 800 ni de 1.000 euros, así que las ausencias se tienen que mostrar por algún lado. Algunas tan incomprensibles como que la caja no traiga el adaptador del cargador incluido, algo que solo se puede aceptar en la gama alta, porque con este rango de precios nadie va a gastarse un extra en el cargador si hay otra marca que lo incluye gratis. En cuanto al dispositivo en sí, las grandes ausencias son la tasa de refresco de 120 Hz, el jack de auriculares y una carga rápida más potente, además de mi problema con el Wi-Fi, que sin duda ha sido el gran aspecto negativo en esta experiencia con el Samsung Galaxy A33 5G.

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Y si hubiera que prescindir de algo, sería de las cámaras auxiliares (macro y profundidad), ya que el sensor principal es el verdadero protagonista de las excelentes fotos que saca este Samsung Galaxy A33. Una compra que, a pesar de sus defectos, es totalmente recomendable para el precio que tiene y las prestaciones que ofrece. Esperemos que Samsung no se quede ahí y siga mejorando el nivel de su gama media.

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