3 purificadores de aire que puedes comprar para evitar los cañones de ozono

La venta de cañones de ozono se ha disparado durante las últimas semanas de confinamiento por COVID-19. Y es que este aparato parece haberse convertido en una gran herramienta para desinfectar lugares y superficies. Sin embargo, el uso del ozono puede ser peligroso y perjudicial para la salud de los humanos. A pesar de ser un gran desinfectante, puede causar daños como irritación a las personas con problemas respiratorios. Quizá por ello, y como alternativa más sana y segura, te interese hacerte con un purificador de aire. Eso sí, te interesa saber ciertas cuestiones para elegir que realmente te protegerá ante virus, y no solo ante partículas de polvo, olores y contaminación.

Como ya hemos dicho, los cañones de ozono son buenos aparatos para desinfectar. Pero no aquellos lugares en los que hay tránsito de personas. Son inocuos cuando se usan para desinfectar agua, pero en el ambiente pueden dañar tu salud. La OMS ya afirma que una concentración mayor de 100 μg/m3 (micragramos por metro cúbico) durante 8 horas puede afectar a la salud de las personas, y no hay que dejar pasar que algunos de estos cañones llegan a expulsar un caudal de 500 mg por hora de ozono. Además, el Ministerio de Sanidad de España ya ha aclarado que el ozono es bactericida, pero no está comprobada su eficacia frente a los virus, como es el coronavirus actual. Sí es útil cuando se desinfecta la bolsa con la compra, pero sus propiedades oxidantes pueden poner en mal estado los alimentos frescos. En definitiva, no cuentan con un uso doméstico saludable.

Cañón de ozono

Ahora bien, también hay que saber que no cualquier purificador de aire es capaz de retirar todas las partículas de una habitación. Estos electrodomésticos son seguros y pueden funcionar y convivir con los humanos, ya que recogen el aire de una habitación y lo pasan por filtros donde se quedan las partículas del mal olor, alérgenos, bacterias, contaminación y otras partículas a las que se pueden adherir virus. Pero para ello han de contar con buenos filtros. Tupidos y lo suficientemente pequeños como para que las partículas más pequeñas, como son a las que se pueden pegar los virus, se queden aquí. Por ello no sirve cualquier purificador. Necesita tener potencia de ventilación y, sobre todo, un filtro de calidad, con carbono activo que se encargue de eliminar estas partículas y filtrar hasta las más pequeñas. El coronavirus viaja en las partículas de saliva que pueden tener un tamaño de 5 micras. De ahí que sea recomendable usar mascarillas con filtros que impidan el paso de partículas más grandes de 0,3 micras.

Por ello hemos recogido aquí tres opciones diferentes que puedes utilizar de forma segura en tu casa, y que no queden relegados a aparatos decorativos que apenas hacen nada durante esta pandemia.

La opción más segura para el hogar: Pure AirBox Home S

Es un purificador de aire doméstico y relativamente portátil. Y es que tiene un peso de 32 kg. Eso sí, puede presumir de diseño minimalista. Es básicamente un prisma blanco con una pantalla negra encima. Su caudal es de 330 metros cúbicos por hora. Desde aquí se puede configurar su funcionamiento, ajustar el caudal de aire, programar un horario y demás funciones. Puede limpiar el aire de habitaciones de hasta 40 metros cuadrados, renovando este cada 20 minutos.

Lo interesante de este aparato es que cuenta con los estándares de filtros más elevados del momento. Así, en lugar de usar un filtro HEPA, que lo habitual en este mercado, el Pure Airbox Home S cuenta con uno ULPA (U15 MERV 20). Además se apoya en un sistema con prefiltro de partículas grandes y un sistema que atrapa gases nocivos. Con todo esto asegura filtrar el 99,999% del aire de una habitación de hasta. Recoge las partículas en suspensión de hasta 0,1 micra de tamaño, pero también gases como el ozono, el óxido de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles. Al menos a niveles de confort. Así que no solo es efectivo contra el mal olor o el polvo, también aseguraría que nada a lo que pueda agarrarse un coronavirus campe a sus anchas en el aire de una habitación.

Pure airbox

Se puede programar con diferentes modos y horarios. Eso sí, su funcionamiento más silencioso, el del modo noche, produce un ruido de 22dB. De ahí crece según la potencia y modo que seleccionemos hasta los 63dB.

Este modelo cuesta 1.450 euros. El precio viene dado por la calidad de los filtros, que son los utilizados en ambientes de trabajo, hospitales y otros lugares donde se necesita asegurar el máximo a las personas que están ahí. Lo interesante es que este sistema de filtros es de larga duración. Recomiendan su cambio cada 4 años. Por cierto, el diseño de la máquina y del filtro de gases son españoles.

La opción más segura para la oficina: Pure AirBox 500

Es la versión superior del AirBox Home S. Un aparato de mayor tamaño (50 kg) y también potencia. Y es que está enfocado a salas más grandes, oficinas y entornos de mayor tamaño. Concretamente puede limpiar el aire de salas de hasta 45 metros cuadrados. Lo cual hace cada 10 minutos. Su potencia y caudal crecen respecto al modelo anterior hasta los 660 metros cúbicos por hora. Sin embargo es bastante silencioso, con un ruido a máxima potencia de hasta 49 dB.

Su diseño es sencillo, y viene con cuatro ruedas incorporadas para poder moverlo rodando de una sala a otra. Aunque su ventilador permite la difusión de este caudal de aire reciclado sin problema en un mismo espacio.

pure airbox 500

Repite la fórmula de su filtrado: prefiltro de partículas grandes, el sistema GRSystem para capturar y reducir los gases nocivos del ambiente y lo que su fabricante llama filtro absoluto, que consiste MERV20 o ULPA 15. De nuevo, un 99,999% de captura de partículas en suspensión en el aire de la sala, hasta 0,1 micras de tamaño. Es decir, más que las mascarillas recomendadas por la OMS para evitar contagiarse del coronavirus, que filtran solo a partir de las 0,3 micras.

Ahora bien, este aparato tiene un coste de 4.810 euros.

La opción más económica: Dyson Pure Cool

Se trata de un electrodoméstico más conocido. La marca que lo avala es sinónimo de calidad y un diseño de película de ciencia ficción. Y no es diferente en este caso, cuyo sistema permite purificar y también refrescar el aire del ambiente casi como si fuera un ventilador. La diferencia es que no tiene aspas, sino un sistema que canaliza una corriente de aire y lo expulsa con menor ruido y sin el peligro de estos elementos girando constantemente.

Dyson Pure Air

En este caso Dyson incorpora un filtro de 9 metros de HEPA de microfibra y borosilicato, condensado, plegado y sellado. Su certificación concreta es HEPA 13, lo que ofrece un filtrado del 99,95% de las partículas que hay en el aire, dos puestos por debajo del ULPA 15. Esto supone capturar polen y alérgenos, bacterias, pero también ozono, olores, partículas de productos de limpieza y dióxido de nitrógeno. Según Dyson las partículas con un tamaño de hasta 0,1 micras quedan en su filtro de carbono. Aunque cuenta con menos potencia, lo que hace que su eficacia dependa del tamaño de la habitación. Según las pruebas de Dyson consigue alcanzar estas cifras en una habitación de 27 metros cuadrados. Los filtros también pierden eficiencia con el tiempo, así que han de ser cambiados. Será la propia máquina la que informe de su estado.

Lo bueno de este aparato es toda la tecnología extra que aporta. Desde programaciones y control pormenorizado, hasta la posibilidad de usar la aplicación móvil para gestionar su uso desde cualquier lugar. También es interesante su detector de partículas, que reconoce y pone en marcha el aparato si escanea alta concentración en el ambiente.

Su precio es de entre 500 y 600 euros. Dyson cuenta con varios modelos de este aparato. Tanto de pie como de mesa, además de un modelo que permite calentar el aire y también refrescarlo.

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