Probamos varios métodos para conectar el ordenador a la tele y éste es el mejor

A la hora de conectar el ordenador al televisor existen diferentes métodos a los que podemos recurrir. La calidad y comodidad de las diferentes vías depende íntegramente del tipo de conexión, que puede ser por medio de un cable o a través de la conexión WiFi de nuestro hogar. La buena nueva es que Windows 10 cuenta con diferentes opciones que nos permiten duplicar la pantalla del ordenador en la TV de manera inalámbrica y sin recurrir a aplicaciones de terceros. Pero, ¿cuál es realmente el mejor método para conectar el ordenador a la tele? Hemos puesto a prueba todas las opciones en un equipo con Windows 10 y un televisor Samsung y te contamos a continuación cual es la mejor.

Cable HDMI, sin retardos en la señal pero con la limitación del propio cable

Probablemente la conexión más sencilla y directa es la basada en cables HDMI. A día de hoy la práctica totalidad de ordenadores y televisores cuentan con esta conexión y solo se requerirá de un cable HDMI para hacerla efectiva.

Una vez hayamos conectado el ordenador a televisor, Windows nos permitirá configurar la imagen de este último para que se duplique con respecto a la imagen mostrada el ordenador. También podemos usar la TV como un monitor secundario. La ventaja de emplear un televisor como monitor de apoyo es que podemos usar el escritorio extendido de Windows, permitiéndonos arrastrar ventanas de programas entre las dos pantallas.

Fuera de estas opciones, la mayor ventaja de la conexión HDMI reside en la calidad de imagen y sonido. Para que nos hagamos una idea, la versión 2.1 del estándar HDMI nos permite disfrutar de una resolución 4K a 120 FPS con un canal de sonido 5.1. Versiones más antiguas de este estándar nos permiten llegar hasta resoluciones 4K con 30 y 60 FPS y un número de canales más reducido.

Función Proyector de Windows 10, la opción más cómoda si no queremos cables

Desde la salida al mercado de Windows 10 Microsoft ha incluido una función denominada Proyector que nos permite duplicar la imagen del ordenador en cualquier dispositivo compatible. El requisito para hacer efectiva esta conexión es que ambos dispositivos deberán estar conectados a la misma red WiFi. Asimismo, el televisor deberá ser compatible con el estándar DLNA, información que podemos consultar en las especificaciones del equipo. Cabe destacar que algunos modelos de TV requieren de la activación manual de esta característica a través de los ajustes del sistema. No ha sido nuestro caso en un televisor Samsung.

Partiendo de esta base, activar la función Proyector es tan simple como pulsar las teclas Windows y P al mismo tiempo. También podemos acceder al panel lateral de notificaciones y pulsar sobre la opción homónima. A continuación se desplegará una ventana similar a la que podemos ver a continuación:

Antes de seleccionar el tipo de proyección (Solo pantalla de PC, Duplicado, Ampliar…) tendremos que pulsar sobre la opción Conectarse a una proyección inalámbrica para sincronizar el PC con el televisor. Finalmente seleccionaremos la proyección deseada. Automáticamente la imagen pasará a emitirse en la pantalla a la que nos hayamos conectado.

Las limitaciones que nos encontramos con este tipo de conexión parten de la calidad de imagen y el tiempo de retardo. Aunque el televisor hace un reescalado de la resolución del monitor, la calidad final no se corresponderá con la resolución nativa del televisor. En cuanto al retraso de la señal, aunque no ha sido muy elevado en nuestras pruebas, no nos permite hacer uso de este método para jugar de manera inalámbrica.

Chromecast, Fire TV o Apple TV, mismo perro (y mismos problemas) con distinto collar

Otra opción a la que podemos recurrir para conectar el ordenador a la televisión pasa por echar mano de dispositivos externos. Los más conocidos en la actualidad son Chromecast, Fire TV y Apple TV. La diferencia entre todos estos en términos de calidad es prácticamente nimia.

Para conectar el equipo a alguno de estos dispositivos tendremos que proceder de maneras distintas. En el caso de Chromecast, bastará con dirigirnos hasta Google Chrome y acto seguido pulsar sobre el icono de Cast que podemos ver en la barra superior. También podemos hacer click derecho sobre cualquier parte de una página web y a continuación seleccionar la opción Enviar contenido.

La conexión a través de este método es más sencilla incluso que la función Proyector de Windows. Al ser compatible con prácticamente cualquier dispositivo, podemos duplicar la imagen de teléfonos, tablets y ordenadores independientemente del sistema operativo.

Nuevamente las limitaciones de conectarnos por medio del WiFi nacen de la calidad del contenido y el retardo de la señal. Nuestras pruebas nos han demostrado que la latencia es mucho mayor que la latencia obtenida con el método anterior. La calidad, sin embargo, es similar. Lamentablemente no podemos convertir la pantalla del televisor en un monitor secundario, con todas las ventajas que ello conlleva.

Entonces, ¿cuál es el mejor método?

Las conclusiones que sacamos tras probar a conectarnos por medio de tres vías son claras. Si nuestro uso se limita a ver películas y series y navegar en páginas web y plataformas como YouTube, Netflix o HBO, la opción más cómoda es la de recurrir a la función Proyector de Windows. La más cómoda y la más económica, pues no tendremos que recurrir a cables o dispositivos externos.

Si vamos a hacer del televisor un monitor secundario, ya sea para jugar a juegos online o bien para reproducir contenido en su máxima calidad de imagen y audio, la opción más factible es la de recurrir a un cable HDMI o cualquier conexión compatible con la salida de imagen y sonido. DisplayPort, USB 3.1… No solo obtendremos la mayor calidad, también nos permitirán configurar la proyección de la imagen a nuestro gusto. A esto se le suma la posibilidad de explotar la calidad de los sistemas de sonido conectados al televisor. Los estándares más avanzados son compatibles incluso con sistemas 7.1.