La noticia salía a la luz ayer mismo: las direcciones IP que comúnmente conocemos han llegado a su fin. El comunicado, publicado por el Centro de Coordinación de Redes IP Europeas (también conocido como RIPE NCC) rezaba que durante el día de ayer se emitiría la última asignación de direcciones IPv4 correspondiente al bloque 22. El siguiente paso es escalar los bloques a direcciones IPv6, bloques testimoniales que, a fin de cuentas, podrían influir en el precio final de nuestra tarifa de Internet, y no de manera positiva precisamente.
Direcciones IPv6: la nueva asignación que podría suponer una escalada de precios
A las 15:35 del día de ayer, RIPE NCC anunciaba lo siguiente:
«Hoy, a las 15:35 UTC + 1 del 25 de noviembre de 2019, realizaremos nuestra asignación final del bloque 22 IPv4 de las últimas direcciones restantes en nuestro grupo disponible. Ahora nos hemos quedado sin direcciones IPv4.»
El subtexto que yace sobre este mensaje viene a anunciar lo evidente: las direcciones IPv6 entrarán a subasta dentro de muy poco. Pero, ¿qué significa esto?
Nuestro router cuenta con una dirección IP pública y 253 direcciones IP privadas.
Por la naturaleza de las direcciones IP, el número de direcciones públicas que se pueden subastar es limitado. A grosso modo, una dirección IP está compuesta una serie de bloques. Hasta el día de ayer, el único bloque libre que se podía subastar públicamente era el bloque /22, con hasta 1.024 direcciones IP públicas únicas. El bloque /24 es el último bloque que queda libre, con tan solo 256 direcciones únicas. El siguiente paso lógico es migrar a las direcciones IPv6. El problema, una vez, es la subasta de estas últimas.
A día de hoy, el precio medio de una dirección IP ronda los 10 y 12 euros, un precio que puede ser asumido por cualquier compañía de telefonía o alojamiento en la nube. Algunos especialistas aseguran, no obstante, que el precio de estas direcciones IP públicas se verá incrementado durante los próximos meses hasta valores que podrían ir desde los 50 hasta los 100 euros debido a la especulación de los principales suministradores.
I expect this will lead to more ‘black market’ IPv4 sales, as it’s a valuable commodity now.
— Register to vote (@GossiTheDog) November 25, 2019
Así lo reflejaba @GossiTheDog en su cuenta oficial de Twitter. El experto en seguridad informática asegura que la escasez de direcciones IPv4 podría desembocar en un «mercado negro de ventas de direcciones IP en su versión 4», y esto se debe, en gran parte, a la reticencia de las empresas a la hora de adquirir direcciones IPv6.
Las razones de ello beben de múltiples factores: routers incompatibles con este tipo de direcciones, costes de implantación, permanencia de las LIR durante 24 meses… Las consecuencias, como no podría ser de otra forma llegarán en forma de escalada de precios. Eso sí, al cliente final.
Principales afectados: tarifas de Internet y servicios de almacenamiento en la nube
Contra todo pronóstico, la escalada de precios influirá, de nuevo, en las tarifas de Internet (fibra y móvil) y los servicios de hosting y almacenamiento en la nube asociados (MEGA, Google Drive, IONO, iCloud etcétera). Para prueba, un botón.
El pasado mes de octubre Movistar anunció un cambio en las tarifas de Fibra que repercutirían en la asignación de direcciones IP: de direcciones fijas a direcciones dinámicas. Ahora la compañía ofrece un servicio de IP fija a todos sus clientes por nada menos que 30 euros al mes, que se suman al coste final de la tarifa que tengamos contratada.
Un movimiento similar se espera del resto de operadoras, como pueden ser Vodafone, Orange o Yoigo. Parece que, en este sentido, no hay vuelta atrás.
