En Rusia tienen la costumbre de grabarse mientras viajan en coche. ¿Cuántas veces has visto accidentes con vehículos en el citado país gracias a que los conductores llevan cámaras en los mismos? Pues bien, hoy tenemos otro que probablemente te deje con la boca abierta.
Se trata de una grabación que muestra un coche eléctrico Tesla ardiendo tras chocarse contra un camión. La historia ha trascendido a los medios locales y lo cierto es que pone la piel de gallina. Todo sucedió la noche del 10 de agosto de 2019, cuando un hombre de 41 años iba tan tranquilo conduciendo su coche. Un Tesla, por supuesto.
Lo peor de todo es que este señor estaba viajando con sus hijos. ¿Qué sucedió? El coche colisionó contra un camión de remolque en el carril izquierdo de la calzada. El vehículo se estaba moviendo con el modo asistencia, pero tenía desactivado el piloto automático. Lo que ocurrió nada más producirse el choque fue que el coche Tesla prendió en llamas, no sin antes producirse un par de impactantes explosiones.
Tienen que lamentarse daños personales
Como decíamos, el conductor del vehículo Tesla era un hombre que viajaba con sus hijos. Por ahora no está muy claro si estaba conduciendo un Tesla Model 3 o un Model S. Sin embargo, lo que sucedió nada más chocar es que el responsable del vehículo tuvo que ingeniárselas para salir del vehículo cuanto antes. Y menos mal. Porque en pocos minutos se produjeron las explosiones y el coche salió ardiendo en llamas.
El conductor se rompió las piernas en la colisión y a duras penas pudo salir del coche y sacar, a continuación, a los niños del interior. No pasaron demasiados segundos hasta que el coche estalló. Pudieron grabarlo los conductores que estaban conduciendo en sentido contrario, en la que parece una autovía o autopista con varios carriles.
No hay información sobre cómo se ha producido este incidente, pero lo cierto es que no es el primer vehículo Tesla que sale ardiendo de este modo.
Un año complicado para Tesla y Elon Musk
Lo cierto es que este no está siendo un año fácil para Tesla. Mucho menos para su dueño, Elon Musk, que lleva arrastrando una mala racha desde 2018. Ya por entonces, el fundador de la compañía declaró que la empresa tenía un saboteador interno. Lo dedujeron después de investigar unas explosiones que se habían producido en el taller de pintura de la fábrica de Tesla en Fremont.
Este mismo saboteador habría conseguido infiltrarse en el sistema operativo de Tesla para sonsacar información que luego habría sacado fuera de la empresa con el objetivo, lógicamente, de hacerle daño. Todo ocurrió después de que Elon Musk anunciara oficialmente el despido del 9% de la plantilla de Tesla. En ese momento se hablaba, nada más y nada menos, que de 4.000 empleados que se quedarían de patitas en la calle.
La razón argumentada por Musk para hacerlo tenía que ver con el hecho de que Tesla no haya obtenido ganancias durante 15 años. No ayuda el hecho, en absoluto, de que ahora un coche salga ardiendo después de un choque.
Por si esto fuera poco, a la situación – nada boyante – que está atravesando la empresa hay que sumar los problemas personales que se han hecho públicos en los últimos meses sobre Elon Musk. La vida amorosa del magnate no ha sido, en absoluto, un camino de rosas. Y esto tampoco ayudado a los negocios, en el sentido de que sus divorcios le han costado varios miles de euros, además de diferentes escándalos, por haberse juntado con la flor y nata de la farándula en Estados Unidos.