Tierra desde la Luna (1)

El 16 de julio de 1969 la misión americana Apolo 11 despegaba de la rampa de lanzamiento en Cabo Cañaveral. El día 20 de julio Neil Armstrong se convertía en el primer hombre en pisar fuera de nuestro planeta. Han pasado 50 años desde aquella gesta épica para la tecnología disponible, pero al contrario de lo que entonces se creía, estamos muy lejos de haber colonizado la galaxia. Solamente otras 11 personas además de Armstrong han pisado la Luna, y hay quien lo duda… Y solamente unas dos docenas han abandonado la órbita terrestre, todos haciendo el camino a la Luna y vuelta (sin pisarla). Sí hemos enviado naves no tripuladas hasta el Sol, y muy lejos suyo: las Voyager siguen su viaje interestelar. ¿Qué creíamos que íbamos a conseguir hace 50 años y qué se ha conseguido?

Exploración práctica

Si repasamos los sueños de los pioneros de la carrera espacial y vemos qué hemos hecho, nos podemos sentir defraudados. No hay una colonia en la Luna ni estaciones espaciales en órbita de La Tierra llenas de oficinas o laboratorios. Tampoco ningún humano ha pisado otro cuerpo celeste ni planeta, ni hemos enviado naves tripuladas fuera de la galaxia. De hecho, estos días nos recordarán que el cohete que nos llevó a la Luna (el Saturno V) todavía es el más grande jamás fabricado y lanzado.

Su padre, Werner Von Braun, pensaba haber llegado a Marte antes de 1980… pero las cosas cambiaron en los años 1970. Él mismo tuvo que revisar su plan de alcanzar Marte el año del 200 aniversario de Estados Unidos (1976) y para entonces los presupuestos eran más de diez veces inferiores. Pero si lo pensamos mejor, sí se han logrado muchos hitos, lo que pasa es que son más «prácticos». La NASA dejó de mirar a las estrellas (en parte) para mirar más cerca y desarrollar tecnologías «útiles». Las otras agencias espaciales, y las nuevas empresas privadas, han hecho igual.

Ahora mismo estás leyendo este artículo y lo puedes hacer en un móvil, en España o en Australia, y es gracias a uno o más satélites. También gracias a esos centenares de objetos que giran alrededor nuestro sabemos mucho más de nuestro propio planeta. Sabemos qué tiempo hará mañana y la semana que viene, y sabemos exactamente dónde estamos (GPS). Sabemos qué hacen en el otro extremo del planeta, y podemos comunicarnos casi sin coste con prácticamente cualquier habitante de nuestro mundo. Estos satélites son cada vez más precisos y baratos, y mejoran nuestra vida a pie de Tierra. Por no hablar de las evoluciones técnicas conseguidas gracias a la tecnología espacial: en ordenadores y materiales en particular.

Voyager

La Voyager más allá de nuestra galaxia

Hasta dónde llegamos

Los humanos no hemos pasado de la órbita (o suelo) lunar, pero nuestra tecnología y objetos sí han ido lejos. Las sondas Voyager que citamos antes salieron de aquí en 1977 y ya son las primeras naves interestelares. Es decir, han salido de la influencia del Sol (nuestra estrella) y viajan hacia otras galaxias. Lo hacen más rápido que ningún otro objeto humano: a casi 60.000 km/h. Los humanos que más rápido han viajado, por cierto, lo hicieron ahora hace 50 años también: 40.000 km/h. Fue la misión Apolo 10, que hizo el último viaje de prueba hasta la Luna, dando la vuelta por detrás suyo para volver a casa batiendo ese particular récord.

También hemos llegado a nuestros planetas vecinos, aunque sea con robots y naves no tripuladas. A Venus, a Júpiter, a Saturno, a sus lunas… pero sobre todo a Marte. El planeta rojo, el siguiente más lejos del Sol tras la Tierra, fue visitado en 1976 por la nave Viking 1 y desde entonces varias misiones más han pisado su suelo. Marte nos fascina no solo porque se puede ver a simple vista sino porque su origen se parece al nuestro. Y ahora mismo hay proyectos, estatales y privados, pensando en enviar allí naves tripuladas en próximas décadas.

Y después de pisar la Luna ¿qué? 50 años de exploración espacial 1

Las Voyager abandonando el Sistema Solar

No hemos llegado con ningún objeto, pero sí con la «mirada», mucho más lejos de nuestra galaxia: los telescopios orbitales, libres del manto atmosférico, nos han permitido descubrir mundos quizás habitables en otras galaxias más o menos lejanas. Esa lejanía hace imposible siquiera pensar en colonizarlos ahora, pero quién sabe cuando nos acerquemos al final de nuestro mundo. Porque eso también lo hemos aprendido con la exploración espacial: el Sol tiene unos 4.600 millones de años y durará otro tanto… y después (o poco antes)… se acabó la Tierra (si nos ha aguantado tanto).

Y después del hombre, la mujer

A la Luna ya hemos llegado. Pero como comentamos en su momento la NASA tiene en marcha un proyecto para dar el siguiente paso lógico. Después de haber enviado el hombre a la Luna… enviar a una mujer. En realidad no es solamente eso, sino revivir el sueño espacial: Trump está decidido a reforzar la imagen y presencia de Estados Unidos también en el espacio y por eso ha dotado a la NASA de más presupuesto. Quieren acelerar las nuevas misiones a la Luna, con el objetivo de dar el siguiente paso: Marte. En 2024 la primera (nueva) misión a la Luna llevará allí a dos astronautas, y uno será una mujer. La misión se llamará Artemis (diosa griega hermana gemela de Apolo, precisamente) y si sale adelante será una buena señal pensando en el siguiente paso, después de aquel de Armstrong hace 50 años: Marte.

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