Hace justamente un año te contábamos que las tiendas online de juguetes amenazaban seriamente la existencia de Toys R Us. De hecho, ya entonces la cadena se declaró en bancarrota. Pero cual ave fénix, parece que Toys R Us ha resurgido de sus cenizas. Ante la catástrofe, sus directivos decidieron luchar contra viento y marea para mantener el negocio a flote. Hoy parece que lo han conseguido.
Los nuevos propietarios de Toys R Us son un fondo portugués llamado Green Swan. Ellos tienen el 60% y la cúpula directiva de la antigua filial ibérica se ha hecho con el 40%. Fueron ellos, de hecho, los que se arremangaron para recuperar aquello que estaba ya hundido.
Ahora tienen planes. Quieren abrir nuevas tiendas en el centro de las ciudades y potenciar con especial insistencia la venta online, que es uno de los factores que los llevó al desastre. Paulo Andrez, representante del fondo luso, explicó a El País cómo fue el proceso, que este define como «infierno».
La negociación tuvo que llevarse a cabo con los fondos buitre que tenían la matriz estadounidense y cuya intención era la de liquidar la filial ibérica. Los directivos, en lucha, se rebelaron contra la decisión. El objetivo que persiguieron durante todo este tiempo fue el de encontrar un inversor que pudiera garantizar la supervivencia de Toys R Us.
Un proceso muy complejo
La compañía estaba ahogada por las deudas y fue entonces cuando, en 2005, los fondos buitre se quedaron con la matriz estadounidense de Toys R Us. Absorbieron una deuda de nada más y nada menos que 5.000 millones de dólares, lo que serían 4.284 millones de euros al cambio actual.
Incapaz de encontrar una estrategia que la conectara de nuevo con los consumidores, Toys R Us entró en 2017 en concurso de acreedores. El concurso fue un fracaso y en ese punto, los fondos iniciaron la liquidación en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
Las cosas fueron bien distintas tanto en España como en Portugal. En contra de las decisiones tomadas por la matriz estadounidense, los directivos de aquí, que son seis, tomaron la decisión de oponerse a la acción de los fondos buitre. Solicitaron el concurso de acreedores de Toys ‘R’ Us Real State con el objetivo de proteger los edificios de las tiendas, que son muchos. Solo en España hay un total de 26, mientras que en Portugal se cuentan dos. Parece que los fondos veían la salida de venderlos. Fue fundamental, en todas estas estratagemas, la colaboración y el asesoramiento de Cuatrecasas, el bufete de abogados que los acompañó en todo el proceso.
Otro reto para Toys R Us: encontrar un inversor
Ojo, que aquí no terminó el trabajo de los directivos de la compañía. Su objetivo, preservados los inmuebles, era el de encontrar un inversor. El Banco Rothschild fue el encargado de remunerar el proyecto según el número de empleados que consiguiesen mantener.
Sin crédito y con un año sobreviviendo in extremis, consiguieron pagar a todos los proveedores. Y luego llegó el acuerdo con Green Swan, que compró el 60% de la empresa. El 40% restante fue adquirido por los directivos portugueses. En total, 80 millones de euros que se pagarán en cuatro años.
Y aunque Green Swan contó que al principio no confiaba en el proyecto, terminó apostando por él. Le gustó el equipo y valoró la capacidad del mismo. De hecho, los 1.200 trabajadores de Toys R Us también se comprometieron a mantener la empresa en marcha. Tras vencer a los fondos buitre, podrán usar la marca durante 20 años, aunque a cambio tendrán que pagar un canon.
Los responsables de Toys R Us consideran que podrán ampliar la plantilla de la empresa a través de las nuevas aperturas en las tiendas. Está previsto que, en su apuesta por innovar, ofrezca nuevos servicios en los propios establecimientos. Durante la campaña de Navidad podrán emplear a 2.000 personas más, aunque no todos serán empleos fijos.
