¿Qué es la censura previa en Internet? Si no habías escuchado hablar nunca de ello, debes saber que este será el tema de debate hoy en Europa. Los eurodiputados hablarán hoy sobre la nueva normativa de derechos de autor. Su objetivo, el de la normativa, es el de evitar que los usuarios sigan descargando contenidos de manera ilegal. ¿Y cómo lo harían? Pues filtrando el contenido que buscan los usuarios y eliminando, así sin contemplación ni mediación, aquello que un algoritmo considere que vulnera los derechos de autor.
En esta ocasión, las políticas para proteger los derechos de los creadores buscan ir un poco más allá. Para empezar, esta medida podría llegar a suponer la prohibición de los memes, de los remixes de canciones en las que se parodian otras canciones de éxito o el streaming de videojuegos a través de plataformas tan populares como YouTube o incluso Twitch.
Y la normativa también afectaría a España. Aunque, por suerte, los memes, a los que tanto tiempo dedicamos en nuestras redes sociales y aplicaciones de mensajería, estarían protegidos por ley. Parece que estas imágenes manipuladas quedarían protegidas por el Derecho de Parodia.
No en vano, en la Ley de Propiedad Intelectual Vigente hay un artículo, concretamente el 39, que reza lo siguiente: “No será considerada transformación que exija consentimiento del autor la parodia de la obra divulgada, mientras no implique riesgo de confusión con la misma ni se infiera un daño a la obra original o a su autor.”
Una máquina decidiría por un juez
La censura sería, lógicamente, una censura automática, sin ningún tipo de mediación humana. Un algoritmo decidiría qué contenidos deben ser fulminados de las redes, para así no vulnerar los derechos de autor. En la normativa europea se reclama a los buscadores filtrar aquellos contenidos, tanto alojados como enlazados, a través de algoritmos automáticos.
Perseguirían detectar qué contenidos vulneran los derechos de autor y a partir de ahí, podrían ejecutar la acción de eliminarlos. De este modo evitarían que los internautas accedan a ellos.
Los que defienden la aplicación de esta norma proponen hacer el mismo proceso, pero a la inversa. Es decir: que los contenidos que supuestamente infrinjan el copyright sean eliminados por el algoritmo y que, en cualquier caso, sean los usuarios afectados los que pidan explicaciones a las plataformas a posteriori. Y si se trata de algo realmente grave, acudan directamente a la justicia.
Actualmente, como sabes, es el juez el que decide si un contenido vulnera o no los derechos de la propiedad intelectual y por tanto, ordena su eliminación. Con esta nueva norma, primero se eliminaría el contenido y luego el juez (en caso de que el propietario de la publicación decida acudir a los tribunales) sería el encargado de dictaminar si se trata de un contenido censurado con razón o si, por lo contrario, tiene que levantar el veto.
El algoritmo no es la perfección, pero algo hay que hacer
Es el argumento que esgrimen los partidarios de la censura previa. Los que están en contra la consideran un grave ataque a la libertad de expresión. Pero en el bando contrario no creen lo mismo. Piensan que hay que proteger al creador, que ahora no recibe la atención ni el pago de las plataformas que ponen sus contenidos a la palestra, y que si se da algún caso de vulneración de la libertad de expresión, ya se encontrarían mecanismos para solucionarlo.
En declaraciones al diario El Mundo, Carlos Sánchez Almeida, abogado experto en derecho digital del bufete Almeida, explica que esta normativa entraría en conflicto con el artículo 15 de la directiva Europea 2000/31e. En esta se expresa claramente que los servicios de Internet como Google o YouTube no están obligados a escrutar los contenidos que se publican en las mismas para comprobar si se producen vulneraciones de derechos de autor. Sino que son los propietarios y/o responsables de los derechos los que tienen que avisar a las plataformas de que se ha subido contenido ilegal.
En Europa, el Partido Popular y el Partido Socialista están de acuerdo con la iniciativa y confían en que el artículo número 13 sea aprobado en la cámara sin dificultades.
