¿Qué diferencias existen entre sistemas de archivos FAT32, NTFS o exFAT?

Puede que alguna vez os hayáis encontrado con la siguiente coyuntura: queréis formatear en Windows una unidad de disco, ya sea externa o interna, y el software nos ofrece tres tipos de sistemas de archivos para hacerlo. Estos son FAT32, NTFS y exFAT.

Por desgracia, Windows no nos da una explicación clara de en qué consiste cada uno de estos sistemas. No sabemos  cuáles son sus diferencias, cuál es más adecuado para cada tipo de unidad, o cuales son sus problemas. Así­ que vamos a explicároslo hoy de la manera más sencilla posible.

Antes de nada, ¿qué es un sistema de archivos? Es el procedimiento informático por el cual se organizan los archivos dentro de una unidad. Es el sistema que nos permite reconocer los archivos, diferenciarlos por tipo y manipularlos. El sistema de archivos es indispensable para la organización estructural de un sistema operativo basado en archivos. Vamos ahora a ver entonces estas tres principales alternativas.

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FAT32

El más genérico de los tres sistemas es FAT32. Vino a reemplazar a FAT16 allá por 1995. Estaba pensado para Windows 95 y no llegó a pasar de Windows 2000, que ya introdujo Fat64, en referencia a los 64 bits. Hoy en dí­a es prácticamente imposible dar con unidades internas que acepten FAT32, pero todaví­a lo encontramos mucho en memorias USB.

Lo bueno del sistema FAT32 es, como decí­amos al principio del apartado, que es un estándar. Así­, formateando una unidad externa con este sistema, será compatible con varios softwares distintos, como Mac OS X o Linux, así­ como también televisores y consolas.

¿Cuál es la parte mala? Al ser antiguo, tiene una limitación máxima de 4 GB de almacenamiento, u 8 TB de partición. Probablemente en 1995, cuando se creó el sistema, se pensó que 4 GB era una capacidad difí­cilmente superable, sin embargo hoy en dí­a, apenas quedan teléfonos móviles que se contenten con esa memoria interna.

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NTFS

Aunque nació para ser usado en Windows NT, a partir de Windows XP  NTFS (New Technology File System) se convirtió en el nuevo estándar como sistema de archivos. Actualmente, es el sistema que se utiliza por defecto en Windows si formateamos una unidad, ya sea interna o externa.

NTFS es muy versátil: su lí­mite llega hasta los 16 TB de almacenamiento, por lo que es ideal para los ordenadores modernos, además de que permite cifrar archivos y usar nombres largos para nombrarlos (En FAT32 hay una limitación de ocho caracteres, sin contar la extensión). Otro dato, que no es baladí­, es que permite recuperar archivos más fácilmente cuando el sistema se cuelga.

Sin embargo, también hay una parte mala, y esta es la compatibilidad. NTFS Mac OS X y Linux únicamente pueden admitir esos archivos como sólo de lectura, pero no se pueden escribir. Tampoco Sony reconoce el sistema (lo que incluye PlayStation) ni sorprendentemente XBOX,  propiedad de Microsoft.

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exFAT

El más reciente de estos sistemas (data de 2006), no ha empezado a usarse de manera masiva hasta hace poco. Y es que exFAT es el relevo natural de FAT32, manteniendo en gran parte sus virtudes y corrigiendo algunas de sus limitaciones. La principal de ellas, el almacenamiento: exFAT es capaz de aguantar hasta 16 millones de TB, dejando en ridí­culo los 4 GB de FAT32.

Además, tiene una compatibilidad que , si no es tan grande como la de FAT32, es bastante más que la de NTFS. MacOS y Linux, por ejemplo, sí­ admiten la escritura en este sistema. Android lo reconoce a través de unidades microSD o USB OTG. Por último, Playstation 4 (que no la 3) y XBOX One (que no 360) también admiten el sistema.

exFAT es además un sistema ligero, ya que está pensado directamente para unidades flash, por lo que no precisa de las funciones más complejas de NTFS.

Eligiendo sistema

Probablemente ahora entendéis porqué hay memorias USB que se reconocen en nuestra SmartTV y otras que no, o por qué algunos discos duros, sin explicación, no los lee nuestro iMac. ¿Cuál es el método ideal? Depende de nuestras necesidades.

Si hablamos de una unidad interna o de un disco duro SSD, lo más recomendable es NTFS. Para unidades externas modernas que requieran moverse entre distintos sistemas, exFAT. Y si queremos tener una unidad externa de tamaño reducido pero que sirva para cualquier software, FAT32. Pensad qué necesitáis y actuad en consecuencia.

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