Esta noticia que os traemos, a través de The Verge, llama la atención por lo simbólico. Todo comienza en las oficinas de Twitter en Hamburgo, Alemania, donde una mañana sus trabajadores se levantan para descubrir que la calzada de la entrada del edificio se encontraba inundada de pintadas. Esas pintadas representaban tweets ofensivos y de incitación al odio escritos en varios idiomas. Las pintadas reproducían el tweet como lo vemos en la pantalla, incluyendo el nombre del usuario que los escribió. ¿Quién haría algo así y por qué?
Una medida simbólica de último recurso
La respuesta está en un nombre: Shahak Shapira. Se trata de un artista germano-israelí afincado en Alemania, muy concienciado con la lucha contra el lenguaje del odio. Lejos de esconderse de sus acciones, el artista las reclama, y graba un vídeo que sube a YouTube para visualizar su denuncia. Éste es el vídeo:
Tras informar de más de 300 mensajes con contenido abusivo a la plataforma de microblogging, el artista se sintió indefenso al no recibir respuesta en seis meses. Finalmente, sólo 9 de esos 300 fueron eliminados. Por ello, Shapira se decidió a «publicar» algunos de esos tweets a las puertas de las oficinas de Twitter más cercanas, ya que decían que no violaban las reglas de la empresa. «Si Twitter me obliga a ver esos mensajes, ellos tendrán que verlos también», sentencia.
Lenguaje de odio
Frases como «Los negros son una plaga para esta sociedad«, «Retweet si odias a los musulmanes» o «Cerdo judío» son sólo algunas muestras de lo que se encontraron los viandantes delante de las oficinas de Twitter Alemania. Y como esos, cientos de mensajes más siguen pululando por la red del pajarito sin control alguno.
Mientras Facebook lleva más control sobre el contenido de sus posts, Twitter tiene una política mucho más laxa. Con el tiempo, ésta red ha acabado conociendo de cerca el lenguaje del «troleo», que pasa de la ironía a la descalificación más vulgar. Frente a redes como Instagram, en Twitter abunda el insulto.
Por ahora tenemos este acto a caballo entre el arte y la denuncia, veremos si Twitter recibe el mensaje y decide tomar medidas al respecto.