Agosto avanza sin compasión. Y no nos dará tregua. Sí, se acerca el momento en el que nuestros pequeños regresarán la escuela o en algunos casos, irán por primera vez al cole de mayores. Y será entonces cuando probarás al fin las mieles de esa cosa terrible: los grupos de WhatsApp de padres y madres del cole.
Todos sabemos que los grupos de WhatsApp, así en general, los carga el diablo. Pues los grupos de padres y madres son, haciendo el símil, auténticas armas de destrucción masiva. Allí se cuelan rumores, dimes y diretes, conflictos, acusaciones, críticas despiadadas y en general, absurdidades, memes y pasatiempos.
Lo que en principio se crea como vía de comunicación puramente informativa acaba convirtiéndose en un hervidero de problemas. De ahí que ya sean muchos los valientes que evitan adentrarse en las oscuras mazmorras de los grupos de Whatsapp de padres y madres del cole.
No hay que perder de vista que las familias que tienen varios hijos tienen que multiplicar por dos, por tres o por los que sean las suscripciones. Hoy te damos algunas claves para sobrevivir al curso que viene. Aunque no prometemos nada.
Silencia los grupos de WhatsApp de padres y madres del cole
Desde el minuto cero. No pierdas ni un segundo más. En cuanto te añadan a uno de estos grupos del demonio, trata de evitar el bombardeo de notificaciones. Es lo segundo más sensato que puedes hacer. Porque lo primero habría sido no entrar en el grupo.
Si ya has caído en la trampa, no te queda otra que poner el mute. Y cúrate en salud: que no sea por unas horas o una semana. Que sea por un año. Aunque al final termines leyendo la sarta de mensajes inútiles que mandarán el resto de padres y madres, por lo menos no serás molestado con mil y una notificaciones.
No olvides que siempre está el típico padre o madre que manda mensajes a altas horas de la madrugada, aprovechando que tiene insomnio. Estos son otros que deberían arder en el infierno.
No entres al trapo
Los grupos de WhatsApp de padres y madres del cole deberían ser informativos. Y ya está. La leyenda dice que una vez existió uno, pero no hemos encontrado nadie vivo para dar fe. Si el grupo al que perteneces es todo lo contrario (que vendría siendo lo más normal), por favor, trata de no alimentar a la bestia.
Antes de compartir cualquier cosa, piensa primero en si de verdad puede ser útil para todo el mundo. Lo más recomendable es que se atribuya a una persona la administración del mismo y que sea esta la que comparte informaciones de interés general para la clase o el grupo. Si contribuyes con más y más sandeces, aplaudirás la actitud de los que están haciendo un mal uso de la herramienta.
Y otra cosa: las discusiones a través de los grupos (y subgrupos, ese es un tema aparte) son de lo más populares. Las peleas de gallos no deberían ser legales. Tampoco en los grupos de Whatsapp de padres y madres.
Otra cuestión importante son los mensajes absurdos e innecesarios. Lo más probable es que ni nadie ni nada pueda librarte de ellos: ¿Váis a ir al parque al salir del cole? ¿Qué traeréis mañana para desayunar? ¿Qué le pongo, zumito o galletas? No luches contra ello. Es una batalla perdida.
Los cotilleos, en la plaza
Aunque pueda parecernos una cosa moderna, padres cizañeros los ha habido y los habrá siempre. De ahí que lo que antes se comentaba en la plaza o en el parque, ahora se haya trasladado a las conversaciones de WhatsApp. Y es aquí cuando la cosa comienza a adquirir un tinte peligroso: críticas a maestros y profesores, campañas de desprestigio, líos en fiestas de cumpleaños, etcétera.
¿Lo mejor que puedes hacer? Si quieres permanecer en el grupo, quizá sería interesante que le recordaras al administrador cuáles son sus funciones. Y que este haga memoria al resto, a su vez, de que el grupo debería ser una herramienta puramente informativa.
Huye, no mires atrás
Debes tener muy clara una cosa: los padres y madres que están en el grupo de cole de WhatsApp no van a cambiar. Puede que muy a pesar de las advertencias sigan mandando cadenas, fotos y chismorreos. En ese caso, solo tienes una salida: huir.
Si silenciar el grupo no te ha servido para nada y crees que no podrás soportarlo durante más tiempo, lo mejor que puedes hacer es marcharte con la música a otra parte. Al fin y al cabo, lo que de verdad importa es que puedas comunicarte de manera fluida con los docentes. Para todo lo demás, usa WhatsApp.